• Por admin
  • 9 marzo, 2023

Detalles del Momento: Libertad


Moisés Absalón Pastora.

Observo desde las diferentes plataformas mediáticas que ofrece el internet a tipos y tipejas que, desde afuera y que por resultado de sus errores y actitudes malsanas fueron desnacionalizados, invocar como fundamento de la pedidera de riales que se tienen y desde espacios creados virtualmente para mentir y desconfigurar la realidad nicaragüense, la libertad para nuestro país. 

Es claramente notorio que el grifo financiero de quien antes los tenía emplanillados para hablar pestes de nuestro país y ambientar un caos que nadie les compró, se empieza a cerrar o ya se cerró porque hasta los más caracterizados terroristas mediáticos, que antes utilizaban a microfoneros del montón para sus bufonadas ya empezaron a mostrarse con rostros de desesperación y derrota, llamando a cualquier tonto que caiga en sus redes para que les mantenga la vida de politiqueros baratos que decidieron para sí a nombre del ejercicio periodístico.

Yo quiero ser lo suficientemente franco para decir que no me alegro por la situación que atraviesan todos esos que por terroristas y traidores fueron desnacionalizados y no me alegro porque se lo que es ver la patria desde lejos dentro de un proceso de lucha por volver a ella y cuando estuve en esas circunstancias asumí cada momento vivido sabiendo que era el resultado de mis decisiones porque en aquel tiempo, en la década de los ochenta, luchaba al grito de viva Sandino, de patria libre o morir y con la pañoleta roja y negra en el cuello, contra muchos de esos que falsamente se decían revolucionarios y hoy son agentes del imperio que demandan una libertad que los nicaragüenses ya tenemos, que nos quisieron arrebatar a sangre y fuego y que es la misma libertad que algunos de esos que se decían “comandantes de la revolución”, ahora tiliches de la desaparecida sigla, MRS, nos confiscaron ayer y tristemente nos empujaron a una guerra civil que nada tiene que ver con la guerra terrorista que ya en calidad de mercenarios nos impusieron en el 2018 cuando por puros apetitos de poder pretendieron un golpe de estado que al ser conjurado por el pueblo todavía se fue generoso con ellos en la victoria por la paz.

Pues bien estos mercenarios mediáticos, que como periodistas no hacen nada, -su rol es de pinches y ordinarios garganteros de los intelectuales del terror-, a gritos piden que les ayuden financieramente, invocan a amables patrocinadores para que les depositen en cuentas bancarías, que refieren en dólares o colones, para poder seguir haciendo campañas por la libertad de Nicaragua y es precisamente sobre “LA LIBERTAD” que quiero centrar mi comentario porque me parece una herejía que demonios asalariados por el diablo lo aborden con su siempre caracterizado cinismo porque estos se hartan un elefante y no lo eructan, matan y van al entierro, así de cínicos fueron, así de cínicos son y así de cínicos morirán, porque como dice el refrán “no hay mal que dure cien años” ni cuerpo que lo resista y Nicaragua ya cargó el fardo de la traición y de los traidores por más de dos siglos y precisamente a eso le pudimos coto porque la paz de 7 millones de nicaragüense de ninguna manera puede depender exclusivamente de la impunidad de cada uno de esos terroristas y prófugos que ya fueron desnacionalizados y que bien pueden optar por cualquiera de esas banderas que les ofrecen como naipes.

La libertad, desde mi punto de vista, es el valor más preciado de la humanidad porque cienes de millones de personas, desde que la Creación, murieron por ella y estaremos siempre dispuestos a morir para tenerla, y una vez alcanzada, defenderla y sirva como mensaje para aquellos que solo nos amenazan de muerte y que solo saben decir voy por tus restos porque entonces hay que decirles, si acaso los tienen puestos, que está bien, que aquí los esperamos con millones de sandinistas y no sandinistas dispuestos a decir no por ahora, sino desde siempre, patria libre o morir frase que como decía Sandino encierra el misterio de ser patriota, leal y sincero.

La libertad es tan, pero tan valiosa, que gozarla es una inmensa responsabilidad y demanda mucha sabiduría para administrarla porque su existencia no es compatible con ningún tipo de excesos y el más grande de esos excesos es la mentira porque lo que hacemos entonces es poner en peligro nuestra libertad. 

La libertad es un factor de felicidad y por eso no podemos permitir que nada la contamine mucho menos aceptar como válido o legítimo que a nombre de ella algunos crean poder hacer lo que se les antoja desde un concepto errado de lo que realmente representa para la humanidad, el gran paradigma de la civilización. 

La libertad por el hecho de que sea plena no significa que no tenga fronteras porque cuando las sobrepasamos la perdimos y entonces entramos al áspero y oscuro mundo del libertinaje donde la vida, la dignidad, el respeto y la tolerancia pasan a ser cualquier cosa en una sociedad corrompida por la anarquía y la sedición. 

La libertad es una columna fundamental en la cotidiana construcción de la democracia y es la fortaleza de toda sociedad que con responsabilidad la goce y fomente porque en la medida que yo sepa vivir mi libertad en esa misma medida voy a ser capaz, si luché por ella o por el solo hecho de disfrutarla a costo del sacrificio de otros, de hacer patria para los demás. 

Desgraciadamente en nuestro país la libertad es poca cosa para los desadaptados e insatisfechos que creen que esta les da derecho a matar, a mentir, a plantear descaradamente desde la sicología del terror, que siendo ellos una ínfima minoría son los únicos con derecho a ser libres para hacer lo que quieran contra una inmensa mayoría a la que pretenden esclavizar desde un poder que ni tienen ni tendrán. 

El constante asedio contra la libertad por parte del terrorismo criollo que habita en la oscuridad del libertinaje colmó la tolerancia del nicaragüense que, a pesar de ser ofendido, ultrajado y humillado, tras los eventos tristes y macabros del 2018, se hartó de tanta infamia y mentira descarada que pretende reeditar la tragedia que causaron hace casi cinco años y a lo que ya pusimos un freno contundente. 

La libertad no significa desnaturalizarnos y vivir como nos ronque. Hasta los animales en la selva tienen normas de convivencia porque saben contra qué pueden y contra qué no pueden, en que territorio habitar y en cual no. Aquí sin embargo los que hacen del libertinaje su modelo de operación estimulan sin ambages el crimen sugiriendo el asesinato contra las autoridades o contra todo aquel que encontrándose hasta en la más baja llanura, cargue por pecado ser sandinista, pensar como sandinista, apoyar desde otras corrientes al sandinismo o también contra los que no son ni chicha ni limonada, porque la delincuencia politiquera del oposicionismo criollo sustenta aquello de que “o estás conmigo o estás contra mí”. 

Para mí la libertad es ser quien soy y no lo que los demás esperan que yo sea. Incluye mi libertad decidir dónde quiero estar en cada momento. Mi libertad es pensar lo que pienso y no necesariamente lo que debería sentir o lo que otros hubieran sentido o lo que esperan que yo sienta.

Mi libertad es correr los riesgos que yo decida correr, siempre y cuando esté dispuesto a afrontar por mí mismo los costos de dicho riesgo porque vivir esa libertad tiene sus detentes, tiene sus responsabilidades y gozar esa libertad para nada significa ignorar la ley.

Libertad es salir al mundo a buscar lo que creo que necesito, en lugar de vivir esperando que otro me dé el permiso para conseguirlo y eso significa que si me lo propongo no voy a tener detentes para conseguir lo que quiero siempre y cuando dependa de mis valores y no de lo que otros quieren que haga por ellos. 

Tenemos el derecho de pensar, de sentir, de expresarnos, de elegir, pero no el derecho de mentir ni de inocular ese odio criminal que te mata la vida o el alma. Podemos elegir lo que sentimos y aunque no podamos hacer lo mismo con lo que nos pasa sí podemos decidir qué hacer con lo que tenemos y aquí tenemos una Nicaragua que a pesar de nuestras distancias la estamos reconstruyendo pasando por encima de las cobardes e infames maniobras de quienes la quieren hundida solo porque no son ellos quienes la gobiernan. 

La libertad es una gran responsabilidad y los comunicadores tenemos una inmensa incidencia en el cuido de sus altísimos valores y por eso creo firmemente que si en otros países los medios de comunicación que promueven la muerte, el crimen, la sedición y el odio han sido cerrados y sus dueños encarcelados, aquí deberíamos comenzar a perfilar medidas de esa naturaleza porque aquellos que no entienden el valor de la libertad para los demás también ponen en riesgo la seguridad, la vida, la hacienda, también de los demás y eso simplemente no es posible porque aquí en Nicaragua un grupejo de miserias humanas se la pasen tocando los huevos al tigre creyendo que la tolerancia es ilimitada y que los que queremos la paz, por ser mansos, no somos capaces de reaccionar y se equivocan. 

Hablo de la libertad con responsabilidad porque es inadmisible que sigamos viendo, sin reaccionar, tanta mentira que no solo se repite en las inhóspitas redes sociales, sino que en televisión abierta, en canales como el 10, el 12, el 14 y otros , en emisoras como la Corporación o desde el partido virtual que estuvo en carretera norte, ahora diciendo miércoles desde afuera, que chorrean sangre cada vez que invaden la inteligencia y el sentido común del nicaragüense que, aunque sabiendo distinguir entre la luz de la verdad y la oscuridad de las tinieblas, no deja de ser sometido a un bombardeo infame y sostenido contra la paz de cada individuo y de toda la sociedad en su conjunto.

Yo soy comunicador, soy periodista, estoy consciente que por ser generador de opinión hay quienes me detestan por lo que escribo y expreso, pero saben qué, yo no hablo ni pienso con odio, yo voy contra el odio y lo detesto por conocer la guerra porque fue el odio quien nos enfrentó y seguramente muchísimas cosas que digo molestan a los que habitan en la infernal puchilandia, pero eso sí, no miento y si alguna vez lo hiciera y alguna miseria humana se sintiera ofendida que me demande porque eso es lo que se hace para acabar con la mentira. 

Yo entiendo que las autoridades de gobierno no quieren entrar en el desgaste de perder el tiempo siendo contestatarios de tanta estupidez que se dice sobre cualquier cosa, pero quienes insisten en ello son brutos de toda brutalidad porque el daño que se hacen es la equivalencia a cavar la sepultura que todos los días profundizan con su propio actuar. 

A pesar de la insistencia de hacer propio aquel pensamiento nazi del “miente, miente, miente que de la mentira algo queda”, esas coces contra el aguijón de quienes solo tienen por propósito quitarnos la libertad, lo único que han logrado, es diluirse porque de todo lo que un día creyeron tener lo que les queda es únicamente la cúpula terrorista que por añadidura está dividida y odiándose entre sí lo que, por supuesto, nunca será algo nuevo, porque simplemente así son, yetas que dispersan todo a cuanto lugar se acerquen. 

Al margen sin embargo de quienes por atentar contra la libertad están solos, lo que sí debemos tener presente es que la lucha por ella nunca termina, que es nuestra responsabilidad preservarla sabiendo que está más allá de expresarnos, de movilizarnos, de asociarnos o elegir, porque aun teniendo todo eso siempre seremos esclavos sin otros derechos fundamentales como la educación y salud gratuita, como la vivienda, como las carreteras y caminos, como las comunicaciones, los parques, las instalaciones deportivas y el acompañamiento de un gobierno en las adversidades. 

La libertad es completa o no es libertad. La libertad es política y es social, es de justicia y de paz, es para ricos y pobres, es derecho y obligación, es respeto y es fundamentalmente un estado de convivencia donde el ciudadano tenga capacidad de entender que jamás el odio será más que el amor, ni que la muerte es más que la vida.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.

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