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  • 1 septiembre, 2023

Detalles del Momento: La Corrupción


| Moisés Absalón Pastora

La corrupción es un tema inevitable que identificar como ancla del desarrollo social o personal de los países y sus ciudadanos. Su peso es un tonelaje que hunde toda aspiración humana para acelerar los procesos que conduzcan a la superación en todos los sentidos y si no se extirpa se convierte en un fenómeno cancerígeno agresivo y expansivo que solo puede revertirse con el nivel de conciencia que sobre esta peste tengamos todos.

La corrupción es un mal endémico que avanza porque tenemos una visión hipócrita de ella. Cuando la traemos al banquillo de los acusados para determinar fusilarla todos queremos jalar el gatillo, pero muchos de los que nos adueñamos de ese rol en realidad deberían estar frente al paredón. Es decir, desde el lente de quienes señalamos todos estamos enfermos, pero en realidad ni el que te acusa está fuera de la contaminación de la peste porque tendría que ser Jesús de Nazaret para ostentar la pureza e integridad que solo la santidad emanada de lo alto puede conferir.

En el gobierno tiene que haber gentes que incurren o han incurrido en la corrupción. No lo dudo porque son hombres los que están al frente, son seres humanos con profundas debilidades y aunque no se trata de justificar nada, la verdad es que en esta área no he sabido de una sola denuncia ante la Contraloría General de la República, por parte de personas que así lo afirman, que sustenten el acento político que imprimen a su discurso cuando acusan.

Otro aspecto alrededor del endoso que de la corrupción se hace al área gubernamental y que hay que tomar muy en serio, es que uno solo de los organismos internacionales con los que Nicaragua trabaja y recibe asistencia y financiamiento ha dicho o denunciado que sus fondos fueron desviados, que alguien abusó de ellos o se los robó. Si así hubiese sucedido el divieso ya habría hecho erupción.

Ante este tema de la corrupción, que también ha sido puesto sobre la mesa por la empresa privada y lo que he consultado con algunos visibles dentro del partido gobernante, lo que debo compartir es lo que está a vista y es que no pocos alcaldes, funcionarios municipales sobre todo en zonas turísticas y costeras y hasta altos administrativos de los cuales dependieron concesiones, permisos o similares y que se dedicaban a pedir coimas para avalar tal o cual cosa fueron despedidos de sus funciones una vez que fueron cogidos en la ilegalidad, irregularidad o el robo y eso me parece excelente porque la corrupción se combate dónde está y no donde se inventa y cada uno de ellos fueron sancionados.

La idea de la corrupción sin embargo hay que sacarla del encajonamiento en la que la hemos metido porque cuando hablamos de ella nos quedamos pensando que su origen está sí y solo sí en todo lo que tenga que ver específicamente la administración pública y es cuando erramos porque al menos desde el manejo del gobierno o del estado como tal, al menos existe una institución que está ojo a visor sobre los que meten las garras sobre el erario, lo que no sucede en lo privado donde no existe un mecanismo de oficio para combatirla, reducirla y castigarla.

Saben qué es corrupción cuando en el matrimonio hay infidelidad; cuando los padres de familia prefieren una cerveza antes que comprar un cuaderno para los apuntes del hijo; cuando nos hacemos los enfermos para no llegar al trabajo o nos robamos los lapiceros o la papelería de la oficina para llevarla a nuestra casa; cuando traveseamos la pesa para vender menos de lo que el cliente quiere y ganarle más; cuando acumulamos los productos para disparar los precios y crear inflación; cuando botamos la basura en la calle y nos quejamos de que la alcaldía no la recoge; cuando inventamos cosas para no pagar los impuestos; cuando le robas agua, luz, cable y la señal de internet a tu vecino; cuando en un bus ves una persona de edad avanzada, una mujer con un niño en brazos, o algún minusválido y la persona que viene sentada en el asiento se hace la dormida para no dárselo y si alguien te reclama te levantas, pero para dar un golpe o decir una mala palabra que se oye a kilómetros.

Somos corruptos cuando la prioridad de paso es para el automovilista y no para el peatón. Hay corrupción cuando somos de un país donde su gente está llena de faltas que ignora, pero que disfruta criticando a sus gobernantes. Seremos corruptos mientras existan jóvenes imberbes e irrespetuosos que hablan pestes de sus mayores creyéndose mejores personas que todos pese a haber comprado las preguntas de los exámenes de mañana. Seré corrupto por haber estafado a un cliente al que ofrecí mis servicios y le hice un fraude para ayudarme a pagar algunas deudas o comprar para el domingo el guaro que tanto me gusta y a la que priorizo en vez de llevar la comida que tanta falta hace en mi hogar.

Le decimos mentirosos a todos y nos quedamos fuera, pero le pegamos o regañamos al hijo porque lo mandamos a la pulpería y lo maltratamos porque nos mintió al decir que estaba llena, cuando en realidad se quedó jugando con sus amiguitos, pero minutos después de castigarlo, llegan los cobradores de cualquier cosa a nuestra casa y le decimos al niño: “diga que no estoy”, ¿ENTONCES QUÉ? le mostramos que la honestidad y la mentira está en dependencia del momento, el lugar y de quien es la autoridad para ejercerla solo para cubrirnos con esa personita a la que le estamos enseñando a ser corrupto.

Esos defectos son los que tienen real y francamente mal al mundo y debemos ponerle atención porque entonces, como ahora mismo está pasando en muchas sociedades, la corrupción será moneda de curso legal y de ella no es culpable alguien en particular, sino todos como conjunto porque mientras nadie señale un camino destinado a erradicar primero los vicios que tenemos como pueblo, nadie que se ponga al frente para combatirla será efectivo y así seguiremos hipócritamente viendo en otros la enorme viga que tenemos en el propio.

Aquí hace falta otra cosa y mientras esa “otra cosa” no empiece a surgir desde abajo hacia arriba o desde arriba hacia abajo o del centro para los lados, o como quieran, seguiremos igualmente condenados, igualmente estancados, igualmente sumergidos y hechos, paste porque el pesimista, el más corrupto de los corruptos, es lo que quiere y desgraciadamente hay gente tonta, dunda e ignorante que les cree y no solo les cree sino que además hasta se tiran al abismo sin paracaídas con la campaña difamatoria de culpar a otros de lo que en realidad somos los que por falta de voluntad política no se amarran aquello que les conté para extirpar el tumor cancerígeno cuando este ha sido identificado.

Nosotros tenemos que cambiar, nosotros los que criticamos la corrupción pero nos cruzamos de brazos y callamos cuando algunas cosas nos son muy convenientes, porque un presidente como el que tenemos, por muy diferente que sea a todos los que han existido en nuestra historia, debe estar acompañado de su pueblo, de los verdaderos nicas para extirpar la corrupción en un país donde los ladrones de corbata en el sistema bancario y financiero te exprimen; donde el costo de la energía eléctrica se altera porque siempre existirán los vivianes que quiera pegarse ilegalmente a ella; donde los taxistas te asaltan con la tarifa y te montan en basureros rodantes donde entras limpio y sales sucio y además insultado si protestas; donde los mecánicos en sus talleres hacen chanchadas con el carro que llevas a reparar y después te das cuenta que le quitaron una pieza para vendérsela a otro; dónde vas a un restaurante de supuesta reputación y cuando te das cuenta lo que te pusieron es recalentado y para colmo en la factura te metieron y cobraron algo que no consumiste; cuando abordamos esas lindas unidades de buses nuevos y viene un chancho y las empieza a manchar.

Estos pueden ser solo algunos ejemplos para que aquel que le caiga el guante que se lo plante, pero la verdad es que requerimos de nacer desde una nueva conciencia y saben porque este país que tenemos, esta Nicaragua ya es otra y el esfuerzo que se hace por sacarla adelante es tarea de titanes porque no se trata solo de sacarla de la postración en que sus malos hijos la condenaron desde que somos nación independiente, sino de tener un pueblo más comprometido y con más fuerza para juntos empujar esta carreta que nos pertenece a todos, pero que a los rosaditos, a los de sangre azul, a las oligarquías, a los de elegantes sacos y corbatas se les ocurrió que el país era solo de ellos y que empujarlo era únicamente menester de los trabajadores y de los campesinos y esa es la máxima expresión de la corrupción que debemos fusilar, por supuesto metafóricamente hablando.

La primera línea de corrupción que debemos combatir es la del hipócrita que cree que los otros deben y ellos no. No quien diga que no es esos y si es así lo felicito porque serán Santos o serán Ángeles que privilegiadamente a lo mejor se sienten con la autoridad moral para tirar todas las piedras que quieran, pero cuidado porque si se miran al espejo podrían ver en el reflejo la imagen del más grande de los corruptos.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.

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