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  • 5 junio, 2024

Detalles del momento: “La implosión imperial”


Por: Moisés Absalón Pastora.

Estados Unidos asusta, queramos o no, cualquier cosa que suceda dentro de sus límites, que han sido sobrepasados por ellos mismos como pretendidos policías del mundo, van a impactar planetariamente porque hablamos de un sistema que hinchado por la soberbia está en su decadencia más visible y en la misma ruta de caída que tuvo el imperio de Alejandro Magno, el romano, el mongol, el español, el británico y el francés.

Para ser franco Estados Unidos es un imperio reciente que aprovechando las circunstancias se insertó dominantemente en la geopolítica en 1945 tras finalizar la segunda guerra mundial y solo, y solamente después de haber ejecutado los lanzamientos atómicos de Hiroshima y Nagasaki tema del que ya he abordado extensamente antes pero que para Estados Unidos fue el mayor grado de heroicidad en un conflicto que tuvo fin solo porque Rusia venció a los Nazis.

La Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Pentágono, la CIA, el congreso, el senado, el tesoro, el servicio secreto, el FBI, Wall Street, todo eso que representa el establishment vive viendo explosiones lanzadas desde afuera contra ellos y entonces por el delirio de persecución que los desvela han creído legítimo poner al mundo al borde de una tercera guerra mundial donde los pueblos, donde la humanidad, y no los dirigentes desesperados por apretar el botón, somos los que vamos a padecer.

El pueblo de los Estados Unidos sebe cual es su realidad y lo sabe tanto que no logra descifrar que en noviembre próximo va a tener que decidir para ser gobernado por un presidente senil, con la memoria en blanco, que no sabe ni como se llama ni por donde anda, que decidió ir por la reelección representando a  los demócratas, que tiene al mundo a un milímetro para que estalle y por al otro lado a Donald Trump que en representación de los republicanos fue declarado culpable de 34 cargos de falsificación de registros comerciales, específicamente relacionados con 11 facturas, 12 vales y 11 cheques, por su participación en el plan para evitar que la estrella de cine porno, Stormy Daniels, hiciera públicas las acusaciones de una o varias noches locas y además de tener que pagar 370 millones de dólares por evasiones de impuestos siendo este mandatario de su país.

¿Como puede uno entender esto en un país que se vendió como “el sueño americano” para un mundo que ahora vive de pesadilla en pesadilla por culpa de un imperio que efectivamente es el enemigo de la humanidad?

Descifrar la arrogancia y voracidad de los Estados Unidos, desde sus apetitos de conquista para efectos prácticos fue un proceso rápido que seguramente intoxico a muchos con el armónico cantar de una fantasía donde la libertad, la justicia y la democracia eran sus mejores películas, pero al final se descubrió como lo que es una sociedad podrida, sin sentimiento, sin consideraciones, sin amigos y con una disposición pirata de saquear a cuanta nación pudo para erigirse en la “super economía” que bien revisada es ahora uno de los más grandes fraudes de la historia y por añadidura lo convierte en un país embargado por China a quien debe más de 240 mil billones de dólares.

La decadencia de los Estados Unidos es inobjetable. Su verdadera disminución de poder es geopolítica, militar, financiera, económica, social y ya no digamos en términos de salud con el COVID-19 que la hizo ser la nación más contagiada y con más mortalidad del planeta y además declive en materia medio ambiental porque ya su selva de concreto acabó con su propia naturaleza.

Estados Unidos viene en decadencia desde antes de que llegara Donald Trump a la presidencia en el 2016 siendo este además el primer candidato a la presidencia en promover la idea de que su país ya estaba en decadencia y es algo que sigue repitiendo con instancia, ahora como aspirante a la retoma del poder, aunque encima de él haya 34 acusaciones penales por las que resultó condenado y por las cuales el 11 de julio será sentenciado. Lo curioso es que hay quienes advierten que, aunque mandado a prisión, aun así, puede llegar a la presidencia lo que al final no extraña porque así impuso el imperio el funcionamiento de su sistema.

El asunto de todo esto es que estamos ante un imperio decadente, ante un tigre desdentado y sin rayas, que existe en el panorama internacional porque hay otros tontos útiles que pelean las batallas que la cobardía estadounidense evade, pero que para el ciudadano gringo o yanqui representa su propia miseria porque sus impuestos no se destinan para frenar el desempleo, la indigencia, la falta de salud y educación, sino que se usan para que se financien guerras contra países que son mejores que él como Rusia o pueblos inocentes como el Palestino que está siendo inmisericordemente acribillado y extinguido por el gobierno sionista de Israel que a puesto oídos sordos al mundo que le grita basta ya de tanta carnicería.

Desde hace rato vemos a Estados Unidos y de forma muy consistente como un caso perdido que caerá ante rivales más fuertes como China, como Rusia, que lo son individualmente, y que lo son más en la medida que se les suma Irán, los Emiratos Árabes, Turquía, y así otras naciones que proponen un nuevo orden, una nueva moneda de comercio, ahí están los BRICS o una relación multipolar que sin ambages le golpea la mesa a cualquier inquilino que tenga la Casa Blanca partiendo desde Joe Biden y esos son claros visos de que       inevitablemente igual que como cayó cualquier imperio antes que este así caerá Estados Unidos.

Si bien en la actualidad se acepta que Estados Unidos mantiene un rol fundamental como superpotencia en el mundo, aunque cada vez más disputado o por lo menos acompañado, con la República Popular China, existen otros problemas y debilidades en su rol. Hay indicadores de desarrollo humano que sitúan al decadente imperio al mismo nivel de países subdesarrollados en materia de esperanza de vida y de la mortalidad infantil e incluso por debajo de algunos países latinoamericanos, tema en el que los nicaragüenses estamos muy avanzados siendo nosotros una de las naciones más afectadas por el odio visceral de un grandote que quiere lucir su fuerza ante un chiquito que le salió gigante.

En materia de pobreza infantil, por ejemplo, según la Unicef de un análisis de 35 países con economías avanzadas, Estados Unidos aparece en penúltimo lugar, solo por encima de Rumanía. También en los últimos años ha habido un aumento en las cifras de mortalidad materna, en sentido contrario a las tendencias de todo el primer mundo.

Otro factor a considerar, como la tasa de homicidios, en Estados Unidos es muy notablemente superior a la del resto de países desarrollados. En educación, según estudios de la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo, en donde se analizó la situación de 23 países, incluido Estados Unidos, los estadounidenses se ubicaron entre los ocho con peores resultados. Además, hay por lo menos 16 millones de estadounidenses que no saben leer, el 8.1 % de la población adulta, una cifra muy elevada en comparación con otros países desarrollados.

Por otra parte, el número de personas sin hogar ha crecido constantemente en Estados Unidos, sin que se registre un alto en este fenómeno. Estados Unidos también es el segundo país más desigual del mundo según el Banco Mundial. Según el relator de pobreza extrema y derechos humanos de la ONU, 40 millones de estadounidenses viven en pobreza, y 18.5 millones de estadounidenses viven en pobreza extrema de condiciones del tercer mundo.

En un informe de 2018 el relator de la ONU afirmó que estas condiciones hacen que: «el sueño americano rápidamente se convierta en la ilusión americana». Estados Unidos es el país con el mayor porcentaje de su población en cárceles y ocupa el lugar 36 en acceso al agua en el mundo. Al final, otros analistas sugieren que debido a otros factores y su posible agudización como el alto desempleo, la pobreza, la deuda pública insostenible, el gran déficit comercial con China y una economía en declive, Estados Unidos está en vías de ser un país como los del llamado tercer mundo.

Encuestadores de Gallup reportaron que la aprobación global del liderazgo de los EE. UU. se hundió del 48 % en 2016 a un récord bajo de 30 % en 2018, en gran parte debido a las posturas aislacionistas de Donald Trump. La competencia de China con los EE. UU. para el predominio global constituye un núcleo del debate sobre la decadencia estadounidense.

La mayoría de las personas de derecha y algunos centristas visibles dentro de la corte imperial creen que las raíces de la crisis fiscal estadounidense se debe al aumento del gasto en programas sociales o a los aumentos en gasto militar para las guerras en Irak y en Afganistán, en el apoyo al neo nazismo en Ucrania a través de la OTAN, para lanzarse contra Rusia, en la barbarie que apoya contra Palestina con  su aliado el sionista israelí, las narices que mete en conflictos que no son de ellos, en las partidas para desestabilizar gobiernos como Cuba, Nicaragua o Venezuela, siendo todos factores los que han dirigido a ese país a la decadencia.

Según un informe de la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional, las ventajas militares de los EE. UU. han disminuido. Han proliferado las dudas sobre la capacidad del imperio en disuadir, y si es necesario, defender y honrar sus compromisos globales ante sus adversarios.

El informe cita un presupuesto limitado hacia adentro, de derrocha y sin control hacia afuera y una disfunción política como factores que limitan que el gobierno pueda mantenerse al tanto de amenazas, llamándolo “una crisis de seguridad nacional”.

Estados Unidos es el principal país consumidor de drogas en el mundo, también tiene el índice más alto de muertes por sobredosis de todos los países de la OCDE, y la cifra de muertes por esta causa continúa en aumento.

Desde 2001, la empresa Gallup publica una encuesta anual con la pregunta, ¿qué tan orgulloso se siente usted de ser estadounidense? Las respuestas de «nada orgulloso» o “solo un poco orgulloso” siempre han sido minoritarias, pero han ido en aumento desde el 2016, llegando a conformar hasta un 21 % en 2020.

Lo más grave es que estas verdades, que muestran a un Estados Unidos en plena decadencia, es el proceso de implosión que se acomoda desde adentro porque no son pocos los analistas que concluyen que ese país está montado en la ruta de una guerra civil como producto de la desviación moral de una sociedad corroída o putrefacta, es igual, por un libertinaje donde la principal negación es la existencia de Dios cultivada desde las más altas esferas de un poder cimentado en la sangre de los propios y de los ajenos.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.

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