El Papa Francisco condena las noticias falsas
El Papa Francisco, durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este martes 28 de abril, condenó la elaboración de noticias falsas y calumnias que llevan al linchamiento social o incluso al asesinato de personas inocentes, como les ha ocurrido, les ocurre, a los mártires a lo largo de la historia.
El Pontífice se explicó la maldad existente tras las calumnias y noticias falsas, apoyandose en la historia del primer mártir cristiano, San Esteban, que se narra en la Primera Lectura de este día, del Libro de los Hechos de los Apóstoles.
“Fue una cosa sencilla como sucedió”, dijo el Papa lamentando la facilidad con que se puede destruir la fama de una persona. “Los doctores de la Ley no toleraban la claridad de la doctrina, y como salida, pidieron a alguno que dijera que habían escuchado que Esteban blasfemaba contra Dios, contra la Ley. Luego de estos cayeron sobre él y lo lapidaron. Así de simple”.
Es el mismo procedimiento que se hizo con Jesús: “Al pueblo, que estaba allí, trataron de convencerlo de que era un blasfemo y ellos comenzaron a gritar ‘crucifícalo, crucifícalo’”. “Es una bestialidad partir del falso testimonio para llegar a hacer ‘justicia’”, aseguró el Pontífice.
“Noticias falsas, calumnias, que calientan al pueblo y piden justicia. Es un linchamiento, un verdadero linchamiento. Y así, lo llevan a juez, para que el juez le de forma legal, pero en realidad ya ha sido juzgado. El juez debe ser muy valiente para ir contra un juicio hecho así, popular, hecho a propósito, preparado”.
Ese fue el caso de Pilatos, señaló. “Pilatos ve claramente que Jesús es inocente, pero ve al pueblo y se lavó las manos. Es un modo de hacer jurisprudencia”.
Se trata de un esquema que se repite hoy también: “Cuando se quiere dar un golpe de estado o echar a algún político para que no se presente a las elecciones, se hace esto: noticias falsas, calumnias y luego cae en un juicio al gusto, se crea jurisprudencia con este positivismo situcionalista que está de moda y luego, condena”.
“Es un linchamiento social. Y así se hizo con Esteban. Así se hizo el juicio de Esteban. Llevan a juzgar a uno que ya ha sido juzgado por el pueblo. Engañado. También esto sucede con todos los mártires de hoy. Los jueces no tienen posibilidad de hacer justicia porque ya han sido juzgados”.
En concreto, se refirió al caso de Asia Bibi, la madre cristiana paquistaní, acusada falsamente de blasfemia contra el islam y que estuvo 10 años en prisión condenada a muerte hasta que consiguió ser liberada. “Diez años en la cárcel porque fue juzgada con una calumnia por un pueblo que quería su muerte”.
El Papa lamentó que “ante esta avalancha de noticias falsas que crean opinión muchas veces no se puede hacer nada”.
Francisco explicó que, cuando habla sobre este asunto, piensa “mucho en la ‘Soah’”, el asesinato de millones de judíos en Europa durante la II Guerra Mundial.
“La ‘Soah’ es un caso típico de esto. Se creó una opinión contra un pueblo y luego se convirtió en algo normal: ‘Sí, sí, son asesinados’. Un modo de proceder para expulsar a la gente que molesta”.
Por otro lado, señaló que, aunque “todos sabemos que esto no es bueno, lo que no sabemos es que hay un pequeño linchamiento cotidiano que busca condenar a la gente, crear una mala fama a la gente, descartarla, condenarla. El pequeño linchamiento cotidiano de las habladurías que crean opinión, y muchas veces uno escucha hablara de alguno, dice: ‘Pero esta persona es una persona justa’. ‘No, no. Se dice que…’. Y con ese ‘se dice que’ se crea una opinión para acabar con una persona”.
“La verdad es otra: la verdad es el testimonio de lo verdadero, de las cosas que una persona cree; la verdad es clara, es transparente. La verdad no tolera presiones”.
“Miremos a Esteban, mártir: primer mártir después de Jesús. Primer mártir. Pensemos en los apóstoles: todos han dado testimonio. Y pensemos en tantos mártires que, también en los de hoy, que han sido víctimas de las habladurías. Se crea una fama, y es asesinado”.
Por último, invitó a pensar “en nosotros, en nuestro modo de hablar: muchas veces nosotros, con nuestros comentarios, iniciamos un linchamiento de este tipo. Y en nuestras instituciones cristianas, hemos visto muchos linchamientos cotidianos que nacen de las habladurías”, lamentó.
Lectura comentada por el Papa Francisco:
Hechos 7:51–8:1
51 «¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! ¡Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo! ¡Como vuestros padres, así vosotros!
52 ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Ellos mataron a los que anunciaban de antemano la venida del Justo, de aquel a quien vosotros ahora habéis traicionado y asesinado;
53 vosotros que recibisteis la Ley por mediación de ángeles y no la habéis guardado.»
54 Al oír esto, sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus dientes contra él.
55 Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios;
56 y dijo: «Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está en pie a la diestra de Dios.»
57 Entonces, gritando fuertemente, se taparon sus oídos y se precipitaron todos a una sobre él;
58 le echaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearle. Los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo.
59 Mientras le apedreaban, Esteban hacía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.»
60 Después dobló las rodillas y dijo con fuerte voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y diciendo esto, se durmió.
Saulo aprobaba su muerte. Aquel día se desató una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, a excepción de los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria.