Detalles del Momento: Homenaje a Otto de la Rocha
Por | Moisés Absalón Pastora
Uno de los más grandes de la radiodifusión nacional, un artista de toda la vida, un actor nacido entre los olores de su tierra, Don Otto de la Rocha se nos adelanta dejando en el folklore nacional el recuerdo imperecedero de su canto, de su música, de su picardía y de un talento que será insustituible en la posteridad de los tiempos.
Otto de la Rocha es de esos personajes míticos con el característico sabor de la leyenda por la cual muchas generaciones aprendimos el orgullo de ser auténticamente nicaragüenses y ese detalle lo imprimió siempre en la letra y canto de sus expresiones musicales que nunca dejaron de ser una oda al acento de popular.
Otto de la Rocha fue un gladiador hasta sus últimos días, resistía dejar lo que tanto amaba, su patria, su tierra, los encantos paisajísticos de Nicaragua, el son como esencia de su arte, pero sobre todo la radio, a través de la cual realizó y consumó su vida para atraparnos con el cuento y la tierra adentro de Lencho Catarrán, el indio pícaro y sabio nacido de su corazón.
Otto de la Rocha es posiblemente uno de los pocos gigantes que aún quedaban en pie. El tiempo poco a poco, en la medida que han envejecido los años, nos ha ido arrancando poco a poco a los grandes de nuestra nicaraguanidad esos que nos enseñan desde su melodía el orgullo de ser nicaragüenses y aunque nos damos por enterado que él se queda a habitar con nosotros, junto a Aniceto Prieto, Lencho Catarran y toda su extensa antología discografía, lo cierto es que la partida de este gran señor es de impacto profundo para la cultura nacional.
Otto de la Rocha es tan grande en lo que fue que quizá solo podría ser superado por otro inmortal, Camilo Zapata, y de ahí que su paso por la vida nos deja una estela extensa de fidelidad absoluta a los valores y principios por los cuales jamás abandonó ni las raíces ni la conexión directa con un pueblo del que jamás se desprendió, al que se entregó con la totalidad de sus dichos, costumbres, gustos y sentires porque el gran Otto de la Rocha fue siempre una estrella agradecida con el aplauso de la inmensa mayoría de los nicaragüenses que le respetan y hoy le designan en su corazón un lugar para habitar.
Hoy no puedo menos que rendir un homenaje agradecido a quien indudablemente enlutece a todo el país porque Otto de la Rocha es Nicaragua, es un orgullo de mi país, es por quien hoy repican las campanas anunciando su partida al descanso eterno mientras se queda en su Managua, Linda Managua que lo acogió después de su cuna Jinotegana.