Acompañantes norteamericanos desmienten acusaciones de fraude electoral en Nicaragua
El martes 9 de noviembre a las 11 am, hora de Managua (12 pm ET), ciudadanos canadienses y estadounidenses que fueron testigos directos de las elecciones de Nicaragua informaron sobre lo que vieron el día de las elecciones. Este grupo es una muestra de más de 165 representantes internacionales de 27 países.
Si bien los medios y la administración de Biden han calificado la elección como una “farsa”, las observaciones de los delegados contradicen estas acusaciones. Acompañaron una elección eficiente, transparente, con amplia concurrencia y participación de partidos de oposición.
Los delegados internacionales viajaron a 5 departamentos y dos regiones autónomas representando todos los rincones del país: León, Bluefields, Bilwi, Chontales, Chinandega, Granada y Managua.
El grupo observó el proceso de votación y visitó más de 20 centros de votación diferentes. Entrevistaron a votantes, trabajadores electorales y representantes de partidos políticos de todo el espectro político.
El mensaje abrumador fue que el pueblo nicaragüense quiere la paz y la posibilidad de ejercer la soberanía nacional sin injerencias extranjeras.
NORTH AMERICANS DEBUNK ACCUSATIONS…
On Tuesday 9 November at 11 am Managua time (12 pm ET), Canadian and US citizens who were first-hand witnesses of the Nicaragua election reported what they saw on Election Day. This group is a sample of over 165 international representatives from 27 countries.
While media and the Biden administration have labeled the election a “sham”, the delegates’ observations contradict these accusations. They accompanied an election that was efficient, transparent, with widespread turnout and participation of opposition parties.
International delegates traveled to 5 departments and two autonomous regions representing all corners of the country: Leon, Bluefields, Bilwi, Chontales, Chinandega, Granada, and Managua.
The group observed the voting process and visited over 20 different voting centers. They interviewed voters, poll workers and political party representatives from across the political spectrum.
The overwhelming message was that the
Nicaraguan people want peace and the ability to exercise national sovereignty
without foreign interference.
