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  • 10 marzo, 2023

Ana Julia Guido Fiscal General de la República en la Revista En Vivo con Alberto Mora


Entrevista a la Compañera Ana Julia Guido
Fiscal General de la República
con el Periodista Alberto Mora
Revista En Vivo, Canal 4

9 de Marzo del 2023

Periodista Alberto Mora

Le damos la bienvenida a la Compañera Ana Julia Guido, Fiscal General de la República; ella fue también parte de la Guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional y tiene una larga historia y trayectoria dentro de las filas de la Organización que logró el Triunfo de la Revolución en 1979. Ella recientemente recibió junto a otros Compañeros la Orden Augusto C. Sandino, de manos del Presidente-Comandante Daniel Ortega Saavedra, en ocasión del 89 Aniversario del Paso a la Inmortalidad de nuestro General.

Gracias por permitirnos conversar con usted esta mañana, Fiscal.

Palabras de la Doctora Ana Julia Guido

Buenos días, Alberto; gracias por esta oportunidad. Un saludo a toda la teleaudiencia del Canal 4. Quiero decirte que esto de una entrevista es complicado para mí, es difícil hablar de uno, en lo personal es complicado para mí, pero vamos a hacer el intento, vamos a hacer el esfuerzo.

Periodista Alberto Mora

Le agradecemos que haga ese intento y ese esfuerzo por compartir un poco la historia con los jóvenes, con nuestro público, con Hermanos y Hermanas que también miran en usted y en otros Compañeros un ejemplo de Vida.

¿Cómo comienza su participación? Entiendo que desde muy jovencita usted se involucra; que proviene de una Familia de Colaboradores del Frente, de gente estrechamente vinculada a la Organización. Bienvenida de nuevo, y cuéntenos un poco su historia.

Palabras de la Doctora Ana Julia Guido

Bueno, para comenzar quiero decirles que soy matagalpina, matagalpina pura, de la Perla del Septentrión, probablemente descendiente de los Flecheros de Matagalpa; entonces, matagalpina, pues. Mi papá era un Colaborador Histórico, Julio César Guido, que ya falleció; mi mamá, María Bárbara Ochoa, una señora también con una gran historia, Colaboradora del Frente Sandinista. Es decir, mi casa era una Casa de Seguridad.

Nosotros éramos 6 Hermanos, de los cuales 2 de ellos cayeron, que están acá en la foto, son los 2 que cayeron en la guerra, que también se fueron clandestinos, se incorporaron a la Guerrilla, los dos estaban en la Columna Bonifacio Montoya. El primero, el de la izquierda, Justo José, tenía 15 años cuando lo asesinaron, él estaba en el Kilambé, casualmente en esa Columna, a él lo asesinaron junto a otro Compañero, Alí Abarca, lo entregó un Juez de Mesta, en una casa los encontraron, los capturaron y los asesinaron a los dos ellos. Fue un 25 de Julio de 1977.

Mi otro hermano, Leonel, que está acá a la derecha, fue asesinado el propio 19 de Julio de 1979; él también se fue desde 1977 a la Guerrilla, estaba también en la Bonifacio Montoya, estuvo todos esos años ahí; ya para la Insurrección Final él venía con toda la Columna liberando todos los pueblitos de Wiwilí, de Condega, todos esos pueblos que vienen por allá.

Él ya había pasado Sébaco, estaba en Darío, cuando les avisaron que la Guardia iba en huida para Honduras, iban unos camiones de Guardias, pasaron por la carretera paralela a Darío, entonces él se regresó de Darío hacia Sébaco, se encontró a la Guardia ahí, él creyó y confió, para mí fue un exceso de confianza, creyó que como ya estaba el Triunfo la Guardia se iba a rendir, él les pidió que se rindieran y la Guardia lo que hizo fue comenzarles a disparar, y ahí fue asesinado el propio 19 de Julio junto con otro grupo de Compañeros que lo acompañaban.

Así que eso fueron mis dos hermanos que también participaron y cayeron en la lucha para el Triunfo de la Revolución.

Mi papá, como le decía, era un Colaborador Histórico, él estuvo preso más de un año aquí en las mazmorras de la Guardia, fue torturado cruelmente, después de un año lo soltaron; él tenía una propiedad que la había comprado a propósito para que fuera un lugar donde la Guerrilla pudiera asentarse, hacer ahí su campamento y eso, que quedaba a la orilla de El Cuá, al lado de Jinotega, y ese era un lugar que la Guerrilla utilizaba y se sintiera segura, para que los Compañeros se sintieran seguros.

Y mi mamá, en la casa, en Matagalpa donde nosotros vivíamos, que digo nuestra casa pero no era nuestra casa porque no era de nosotros, sino que rentábamos, alquilábamos las casas y a veces nos movíamos en diferentes lugares. En esta casa para mí era normal o para mis hermanos también era normal que entraban y salían Compañeros, hacían reuniones, hablaban bajito porque todo era clandestino, todo era muy secreto, todo era con mucho cuidado.

Entonces los Compañeros llegaban, los que iban para la montaña pasaban algunos por la casa, los que bajaban de la montaña a la ciudad pasaban algunos por la casa, entonces era muy normal ver en mi casa personas, caras conocidas y desconocidas, de repente, pero que sabía que en algo andaban. Yo no podía preguntar porque me miraban cipota y no podía preguntar, pero mi mamá y mi papá estaban comprometidos en la lucha del Frente y en su colaboración con el Frente Sandinista.

Pudiera decirse que las primeras personas que comenzaron a hablar conmigo y a decirme que si quería trabajar con el Frente, fue René Núñez y Juan de Dios Muñoz. Quiero decirle que René Núñez era una persona que muchos lo conocieron, un Compañero extraordinario, un Compañero humilde, un Compañero formador de generaciones, un Compañero forjador, él educaba con su ejemplo; un Compañero Fraterno, Solidario, con una gran mística.

Igual puedo decir de Juan de Dios Muñoz, un Compañero extraordinariamente humilde, un Compañero con una gran Fraternidad, Compañerismo, es decir, con un espíritu altísimo de sacrificio. Bueno, a él lo asesinaron, él cayó en el 78, fue asesinado en Estelí.

Y bueno, creo que fueron para mí los mejores maestros que pude haber tenido en los primeros pasos que yo di en el Frente Sandinista. Me siento honrada totalmente de haber tenido a dos grandes Compañeros que fueron ejemplo en el Frente Sandinista, que fueron los Militantes de los cuales Carlos Fonseca hablaba que debía ser un Militante del Frente Sandinista.

Periodista Alberto Mora

¿Cuáles son las primeras tareas que usted realiza, porque entiendo que estuvo bastante tiempo en la montaña?

Palabras de la Doctora Ana Julia Guido

Sí. Antes de eso quiero decir que en el 74, en Octubre del 74 me dice a mí Juan de Dios que si estoy dispuesta a cumplir una tarea. Inmediatamente le digo que sí, que estoy dispuesta a lo que sea. Entonces me dice, bueno, vamos a salir mañana, vamos a ir a hacer una tarea. ¡Perfecto! Preparate unos zapatos que podás caminar, que no tengás dificultad, una mochilita. Entonces no tenía mochila sino un bolsito, alisté mi ropa y mis zapatos.

Bueno, vamos en camino, entonces cuando me di cuenta estaba en Peñas Blancas, en la montaña, ya estaba en la montaña, en Peñas Blanca. Llegué al Campamento, en el Campamento estaba René Vivas, estaba Aurelio Carrasco, “Chicón” era el seudónimo, un Compañero que había estado en los años 61 en Raití y Bocay, un Compañero con una gran trayectoria, viejo de ser Militante del Frente; estaba Inés Hernández “Pedrito”, un baqueano a toda prueba, también un Compañero excelente;  estaba “Rodrigo”, Carlos Agüero que era el Jefe de todo el grupo, y Juan de Dios y yo.

Éramos 6 Compañeros y se nos dice que vamos a hacer una operación, que vamos a hacer una acción y que nos vamos a preparar. Bueno, comenzamos a hacer el entrenamiento, no se nos dice qué tipo de operación ni qué tipo de acción, simplemente que vamos a hacer una acción en la cual debemos prepararnos, que debemos de ser disciplinados, que la preparación va a ser exigente porque no podemos fallar, porque cualquier falla nos puede costar la Vida o nos puede costar la misma acción. O sea que no podemos fallar, porque en estos casos la responsabilidad es grande y cualquier error no se puede permitir o no se podía permitir en esos momentos ningún error. ¡Perfecto! Comenzamos el entrenamiento intenso, muy fuerte, ejercicios físicos, etc.

En ese tiempo estamos hablando como en Octubre más o menos del 74. Yo bajé en esa oportunidad como 2 veces a la Ciudad, me mandaban a que fuera a traerle alimentos, abastecimiento para el grupo que estábamos ahí; bajé en dos ocasiones, no recuerdo exactamente la fecha. Pero después nos preparamos para Diciembre y el 18 de Diciembre salimos, un día antes había salido Juan de Dios y René Vivas a la Ciudad a conseguir un vehículo para podernos movilizar. Entonces salieron ellos a buscar el vehículo y al día siguiente, el 18 de Diciembre estábamos esperándolos a la orilla del camino.

Nos recogieron en una camioneta, nos subimos y salimos rumbo a Abisinia, había ahí un Banco, y entonces ya nos explicaron el mismo día que íbamos a la operación que se trataba de una recuperación económica porque el Frente Sandinista necesitaba abastecerse, la montaña no tenía recursos y que en esos momentos el Frente Sandinista estaba pasando una situación difícil y había que tener económicamente recursos para poderse sostener.

Así fue que llegamos al Banco de Abisinia, en la parte de afuera se quedó Juan de Dios al volante del vehículo, del timón, se quedó afuera Aurelio Carrasco “Chicón”, y se quedó “Pedrito”, Jacinto Hernández, y entramos al Banco, René Vivas, Carlos Agüero y yo. Llegamos, entramos, así que, bueno, manos arriba todo el mundo que estaba ahí.

Fue sin nada de violencia, sino que se les dijo, aquí a nadie le va a pasar nada, todo está garantizado, su Vida, aquí a nadie se le va a hacer daño. Esta es una acción del Frente Sandinista de Liberación Nacional, lo que pretendemos es buscar recursos para el Frente Sandinista, para seguir haciendo acciones y para poder sostener a la Organización, que lo que busca es luchar por la liberación del Pueblo de Nicaragua, luchar en contra de la Guardia Somocista, etc., etc.

Ese era el discurso político que es importante aclarar, por qué estábamos ahí, para qué estábamos ahí y qué era lo que estábamos haciendo; entonces la operación fue muy rápida. Salimos del lugar, subimos nuevamente al vehículo, nos fuimos, pasamos dejando por un punto a los 4 Compañeros que iban para la montaña, y Juan de Dios y yo nos regresamos a la Ciudad. Nos despedimos y cada quien agarró para su rumbo.

Nosotros llegamos a Matagalpa con Juan de Dios, regresamos normal como que no había ocurrido nada; pasaron los días y no sé, 5, 6 días después comenzó la Guardia a hacer una redada, comenzó a capturar a un montón de Colaboradores que eran de las zonas, más o menos donde se había dado la Operación, toda la zona de Jinotega.

Capturaron a los 3 hermanos Núñez, a Carlos Argüello, a Adrián Molina, y a Jaime Cuadra, y comienzan a capturar a todos los Colaboradores. Porque ahí los Colaboradores en ese tiempo se contaban todo entre ellos, esa es la verdad; entonces toditos al final se daban cuenta de que eran Colaboradores. Entonces fueron capturados.

René que era el Responsable que estaba ahí, dijo, bueno, tenemos que salir de Matagalpa porque ustedes dos participaron en esta Operación y lo más seguro es que también los van a capturar, por lo tanto tenemos que salir de Matagalpa. Eso nos lo dijo el 27 de Diciembre, nos dice vamos a salir de Matagalpa y así fue, el día 28 por la mañana, al amanecer, en el primer bus salimos, nos pasó recogiendo en un taxi donde estábamos, en mi casa, Juan de Dios estaba en mi casa, René Núñez pasó por la casa, nos recogió y nos fuimos a la COTRAN.

Nos montamos en un bus, así que salimos, nos sentamos en lugares distintos en el bus, íbamos por la Cuesta El Coyol ya amaneciendo, de repente oímos: ¡Ultima Hora! ¡Ultima Hora! ¡Ultima Hora! Un grupo de Guerrilleros del Frente Sandinista tomaron secuestrado a un grupo de Funcionarios del Gobierno. Y esa fue la Operación de la casa de “Chema” Castillo.

Nosotros solo nos volteamos a ver, y calladitos. Llegamos a Managua y no encontramos ni un retén, ni un Guardia, o sea, parece que la Guardia todavía no había reaccionado porque estaba amaneciendo y no habían salido a las calles, ni nada. No nos previno a nosotros de que podía suceder algo. Entonces nos bajamos en la COTRAN y René dijo, vamos a irnos a León; buscamos los Interlocales que van para León, estaba un carrito, nos subimos al carrito, René Núñez iba a la orilla del conductor, Juan de Dios iba detrás de René Núñez y yo iba detrás del conductor. En medio de Juan de Dios y yo iba una maletita donde René llevaba toda la documentación del Frente, todos sus papeles.

Entonces salimos para León, la gran sorpresa es que cuando llegamos a León está tendida todita la Guardia, no tenemos nada más que hacer, detienen el vehículo, René va adelante, como les decía, vamos alerta, porque vamos a la expectativa de lo que está pasando, de lo habíamos escuchado en la noticia.

Entonces se acercan dos Guardias, a René inmediatamente lo reconocen, porque René había sido un Dirigente Estudiantil de León, era de León, todo mundo lo conocía. A René lo bajan inmediatamente del carro, lo agarran de la parte de la camisa, lo comienzan a empujar, a golpear, y se lo llevan a René. Juan de Dios y yo nos bajamos del vehículo, a Juan de Dios lo registran, él lleva la pistola en la parte de atrás, lo registran y todo, la Guardia estaba tan nerviosa que no le encuentra la pistola a Juan de Dios.

En la parte de atrás del carro donde vamos sentados nosotros no registran, el asiento, porque ahí llevábamos la maleta de documentos y no la registran. Nos volvemos a subir al carro, registraron la cajuela del carro, no encuentran nada atrás, entonces nosotros seguimos. O sea, a René se lo llevan y nosotros seguimos en el carro.

Juan de Dios también era de León, conocía Casas de Seguridad, nos fuimos a una Casa de Seguridad y ahí inmediatamente Juan de Dios informó lo que había ocurrido con René que hasta donde entiendo, se hizo hasta lo imposible para que a René lo incluyeran en la lista de todos los presos, para que saliera junto con todos los presos que estaba el Comandante Daniel, José Benito Escobar, Julián Roque y el resto de Compañeros que se estaba pidiendo que salieron ellos en libertad, que también se incluyera a René Núñez, lo cual fue imposible. No creemos que no lo conocieran, simplemente se hicieron los sordos y no quisieron incluirlo.

Bueno, después que estuvimos en esa Casa de Seguridad donde estuvimos unos días, nos trasladamos a un lugar en Telica a hacer un campamentito en la casa de unos Campesinos, Nicanor se llamaba, era toda una Familia Carrero, toda la Familia prácticamente eran Colaboradores, eran varias casitas, y ahí se nos comenzó a dar una Escuela Político-Militar en la que llevaba el Comandante Borge, que le fascinaba dar la clase de historia del Frente Sandinista y nos hablaba de cuando se fundó el Frente, entonces nos hablaba de Silvio Mayorga, de Jorge Navarro, de todos los Fundadores. O sea, él se quedaba extasiado hablando de la Historia del Frente, le encantaba darnos esa clase de la Historia del Frente, y por supuesto, a nosotros también nos gustaba mucho.

Periodista Alberto Mora

Una pregunta, ¿sólo incluía a los Compañeros caídos o mencionaba, porque estaban en compartimentación?

Palabras de la Doctora Ana Julia Guido

Sí, él generalmente habla de los caídos, no hablaba de los que estaban vivos, no hablaba de Tomás Borge, no iba a hablar de él mismo, sino que hablaba de los caídos, de los que habían fundado el Frente Sandinista, dónde se habían dado los primeros intentos de organización del Frente Sandinista, dónde había sido, cómo había sido; nos explicaba todo eso, de cómo había iniciado los intentos de la organización. Luego sobre la lucha guerrillera en Pancasán, también la cantidad de Compañeros que habían caído ahí, que había sido otro intento de tener otro foco guerrillero, y cómo había venido el Frente creciendo, cómo se había venido organizando, etc.  O sea, él nos daba esa clase.

Llegaba también Pedro Arauz a esa Escuela donde estábamos. Habíamos entre los que recuerdo ahorita, así que me vas a perdonar, a disculparme si no me recuerdo de todos los Compañeros. Allí estuvo en esa Escuela, Sinforoso Bravo, estuvo Leonel Espinoza, estaba Julio Avendaño, un Compañero que cayó en la montaña; estaba Leonardo Real Espinales, otro Compañero que cayó también en la montaña.

Llegó ahí José Valdivia, por supuesto ese no llegó a la Escuela, sino que él llegó porque iba con nosotros después a la montaña, un Compañero que ya tenía muchísimos años de haber estado allá. Llegó Sabino, que iba a ser el baqueano, la brújula, la guía, el que nos iba a conducir al lugar que nos iban a enviar.

Ahí estuvimos un tiempo recibiendo el Curso, pasábamos en el día en una burrita de monte que había, bajo un Sol inclemente ahí en Telica, por los Hervideros de San Jacinto, por esa zona, por ahí; entonces pasábamos el día completo y en la nochecita pasábamos enrollados porque era un monte bajito, todo eso es pelado, no es montaña, es campo y en la noche salíamos a estirarnos un poco, salíamos a las casitas donde los Campesinos a hablar con ellos, a platicar, a hablar de lo que era el Frente. Eran personas muy conscientes, muy comprometidas y estaban exponiendo su vida, porque si nos encontraban a nosotros allí, también ellos estaban muertos.

Por eso creo que es bien importante reconocer que los Colaboradores exponían su vida igual que nosotros. Los Colaboradores jugaron rol importante en el FSLN, ellos exponían su vida y la de su Familia, no solo la cabeza de su Familia, el padre o la  madre, sino de los hijos y la gente que vivía en la casa. Estos Colaboradores se comportaron excelentes, fueron buenos en todo el sentido de la palabra, eran solidarios con todos los que estábamos allí, estábamos 2 mujeres y el resto de los Compañeros eran varones.

Al final del Curso que llevamos se tomó la decisión de que iba un grupo para la montaña, otro grupo iba a quedar en el campo para hacer trabajo político y los que iban a quedar en la ciudad. Ya cuando se hizo esa división, a mí me dijeron que yo iba para la montaña; bueno, uno allí no decidía, simplemente uno va para allá, vos para acá, y uno es disciplinado, y bueno, voy para la montaña.

En ese grupo Sabino era el baqueano, también iba José Valdivia, Julio Avendaño, iban dos muchachos que después desertaron en el camino, que entiendo los mató la Guardia; iba un muchacho, “Felipe” era el seudónimo, está vivo; también iba con nosotros Leonardo Real Espinales.

El grupo no era muy grande, era pequeño. Salimos temprano en la noche, cruzamos un cerco de alambres de púas, después agarramos la carretera y fuimos a salir a San Isidro, de San Isidro por San Jacinto, San Benito. Después garramos Boaco, Muy Muy, Río Blanco, luego a un lugar que se llama Mancera, después El Bijagüe ya al amanecer; allí nos quedamos porque no podíamos caminar de día, sino que teníamos que esperar la noche para volver a comenzar a caminar. Tomamos pinol ese día, es lo único que podíamos hacer, y esperamos que cayera la noche nuevamente.

Al día siguiente comenzamos a caminar, no podías encender foco, teníamos que caminar en lo oscuro, caminábamos a un brazo de distancia del que iba adelante, no podíamos ir pegaditos, ni tan largo del que iba adelante porque nos podíamos perder. Lo único que mirábamos por la noche en la montaña eran Luciérnagas y algunos árboles quemados porque la gente hacía sus quemas para hacer sus siembras.

Llegamos a El Bijagüe, a 4 Esquinas, habían recién atacado el Cuartel de Río Blanco, y entonces la Guardia andaba en todo el sector movilizada, y tenían varias emboscadas porque el Comandante Víctor Tirado, Filemón Rivera, creo que también Edgar Munguía habían atacado el Cuartel de la Guardia, entonces estaba movilizados los Guardias y tenían varias emboscadas. Nosotros no sabíamos y casi chocamos con la Guardia porque no sabíamos que ellos habían hecho esa acción; íbamos en esa misma ruta.

Llegamos a 4 Esquinas, estuvimos en ese campamento y allí nos llegaron a encontrar Pedrito con Carlos Agüero; después salimos a Yaró que era la propiedad que tenía Martiniano Aguilar donde vivía con su Familia. Allí estuvimos en ese campamento, era grande y donde también estuvieron varios Compañeros.

Después salimos buscando lo que es El Chile, ya íbamos buscando lo que se llama el corazón de la montaña, porque toda esta parte de la que te estoy hablando para nosotros era como la periferia. Zinica, Pancasán, toda esa zona era cerca de la Ciudad, pero ya buscando la parte de Lisagüe era más alejando; te estoy hablando eran días, semanas, caminatas de varios días. Nos asentamos en varios campamentos, estuvimos en Lisagüe en un lugar que le llamamos El Plátano, después en Las Nubes donde permanecimos mucho más tiempo y allí nos preparamos con más tiempo; una Escuela fuerte, intensa.

A los que íbamos llegando nuevos nos daban preparación física para tener resistencia y poder aguantar las caminatas en la montaña; teníamos que esforzarnos en ese sentido, teníamos que hacer la Capacitación Militar que nos daban, de cómo arrastrarnos, cómo caminar, cómo disparar, cómo hacer todo lo que deberíamos saber como Guerrilleros.

Al mismo tiempo yo siempre aprovechaba… Martiniano era un Compañero Campesino, uno de los mejores baqueanos, humilde; yo le preguntaba y de él aprendí. Me enseñaba cómo debía caminar en el lodo, cómo debía subir las cuestas, cómo debía poner el pie; entonces uno va agarrando maña para no caerte, para no irte de lado. También cómo usar la mochila, cómo amarrar la mochila para que no se soltara, cómo poner la hamaca, cómo poner la champa, cómo hacer el nudo de la hamaca. O sea, son enseñanzas que parecieran sencillas pero que no son tan sencillas porque todo eso tiene que aprenderse, porque si no ponés la hamaca bien te caés, o ponés la champa y con la primera lluvia te cae encima. Ellos tenían esa gran habilidad.

Además, uno tenía que volverse totalmente independiente, no podías estarle diciendo al Compañero, mirá ayudame a poner la hamaca, o ayudame a poner la champa. Allí  todo mundo aunque fuera mujer uno tenía que ser independiente, nadie podía depender del otro. Teníamos que aprender a encender el fuego con leña mojada que no era fácil; el maestro de eso era David Blanco, y además le gustaba. Cada vez que acampábamos él se iba y raspaba el palito mojado y hacía como hilachitas y lo encendía; pero es que además doblemente le gustaba porque además aprovechaba el fuego, porque no todo mundo podía estar a la orilla del fuego, ya que al que le tocaba cocinar tenía que encender el fuego, entonces él se prestaba para encender. Estas son cosas que uno tenía que aprender en la montaña.

Decirte que había muchísimos Compañeros que cayeron en la montaña, en la montaña éramos como unos animalitos salvajes pensantes, porque allí vos aprendés a caminar todo el tiempo bajo lluvia, los 12 meses del año, todos los días, todas las noches. Comíamos lo que encontrábamos, no había medicamentos, afortunadamente, no sé por qué nadie se enfermaba, no nos dolía la cabeza, el estómago, nada; afortunadamente teníamos la juventud, pero ahora vos te encontrás a jóvenes que todo les duele.

Afortunadamente nunca nos picó un animal, lo único era la lepra de montaña que eso sí pegó duro a mí y muchos Compañeros; a mí me dio aquí, tuve lepra, en esta parte del codo; a unos les dio en la cara, a otros en las piernas y a otros en otras partes del cuerpo. La Lepra fue lo más fuerte que le podía dar a alguien, pero eso no te impedía caminar en la montaña, no te impedía hacer tus actividades, simplemente era una llaga que tenías allí, que te dolía, que te molestaba, pero que al final no era impedimento para que no pudieras hacer tus actividades, simplemente era algo molesto, que a veces dolía, pero nada más.

Era una situación difícil porque llegó el momento en la montaña, te estoy hablando de que en el 75 se hicieron los ataques a Waslala, se arrancó el campamento a la Guardia que era como el símbolo que ellos tenían allí, era su campamento donde allí capturaban, asesinaban, y torturaban a los campesinos y a todo lo que arrasaban en la montaña.

Se había atacado Río Blanco, se habían ajusticiado a varios Colaboradores de ellos, los Jueces de Mesta de la Guardia; entonces ellos comenzaron a atacar y a capturar a todititos los Campesinos; ellos dijeron, aquí vamos tierra arrasada, o sea, a dejarnos a nosotros sin Colaboradores, al FSLN; es decir, matar a toditos y dejarnos a nosotros totalmente aislados de la población, de la sociedad, de la población civil, además alejarnos y dejarnos aislados totalmente de la ciudad.

Ellos lanzaron ahí lo que se llama Operación Águila VI, que fue con todos los Ejércitos de Centroamérica, ellos hicieron esa Operación en la montaña con el CONDECA a la Pablo Úbeda; al final lograron aislarnos totalmente de la ciudad y lograron matar prácticamente a todititos los campesinos. A los que no mataron fueron a los Campesinos que se fueron donde nosotros.

En el campamento teníamos niños de 3 meses, ancianos, chavalitos, nosotros aguatábamos hambre, igual, también ellos aguantaban hambre y se nos murió un niño, un viejito, porque nosotros no teníamos para darles de comer a ellos, pero nosotros los priorizábamos a ellos en darles de comer; la situación de nosotros era difícil porque estábamos totalmente aislados.

Ellos agarraban a los campesinos, a algunos los tiraban desde los helicópteros, y a otros los capturaban y los mataban allí mismo. Había un lugar que ellos le llamaban Ermita que eran un lugar donde oficiaban Misa, y entonces ellos citaban a los campesinos a la Ermita, los llevaban engañados y allí asesinaban a los Campesinos.

Llegó un momento en que nosotros quedamos aislados, el 5 de noviembre del 76 nos matan a dos Compañeros, a Leonardo Real Espinales y a Jorge Matus Téllez, un Compañero que era del lado de Carazo, un joven Estudiante y el otro era Obrero. A los dos los matan por el lado de Lisawe, por el Río Lisawe, pero el lugar se llamaba El Plátano, los asesinan y dos días después matan a Carlos Fonseca.

Para nosotros fue un golpe fuertísimo habernos matado a los 2 Compañeros que estaban en el grupo con nosotros, que éramos parte de la misma escuadra, y después a los 2 días la muerte de Carlos Fonseca, fue un golpe durísimo para nosotros. Hubo una reunión, se nos explicó la circunstancia en que había ocurrido y después qué íbamos a hacer. Se formaron 3 grupos, un grupo que salió para Saslaya, otro grupo que formaron con David Blanco y el otro grupo que se formó la Columna Aurelio Carrasco que la dirigía Carlos Agüero.

En esa Columna quedamos 25 Compañeros, y la orientación era que esta Columna Aurelio Carrasco era la que iba a combatir, los otros iban a abrir nuevas rutas, iban a buscar otras direcciones donde buscar más Colaboradores, porque todo lo que ya teníamos anteriormente se había exterminado totalmente; era abrir rutas y buscar nuevos Colaboradores y otros centros de colaboración.

Nosotros éramos los que nos íbamos a quedar supuestamente enfrentando a la Guardia. Allí se nos dijo que desde ese momento para adelante ya no íbamos a esquivar a la Guardia sino que nosotros íbamos a buscarla, que la Guardia ya no nos iba a buscar a nosotros sino nosotros a ellos.

Entonces se trazó un Plan y se mandaron a hacer exploraciones a varias Ermitas donde se mantenía la Guardia y se iba a atacar donde estaba la Guardia. Se hizo la primera incursión que además fue la única, porque sale el primer grupo en el que iba Marcelino Guido, Alberto Jaen, hermano de Marcio Jaen, Orlando Castellón Silva, Martiniano Aguilar, entre otros; creo que eran 7 Compañeros, y Carlos Agüero que iba al frente del grupo.

Desgraciadamente él va al frente, él posiciona a todos los Compañeros, los ubica donde van a atacar, pero él era zurdo y se pone en la gamba de un palo, como el arma que él tiene es la que tiene mayor carencia de fuego, parece que le concentraron el fuego donde él estaba y entonces lo matan.

A raíz de eso fue impactante para todos porque era el Jefe de nosotros, era la primera Operación que se estaba haciendo, la primera acción de lo que pensábamos que íbamos a hacer todo el grupo. Ya después cuando regresan los Compañeros nos damos cuenta que el único que no regresó es él. Ya nos dan la noticia que salió, que él había caído y nos quedamos ahí pensando qué hacíamos.

De ese grupo hay 8 Compañeros que se les manda a hacer una Misión, y nos quedamos de ver en un punto, y otros que se van a otro a hacer también otra Misión. Lo que te quiero contar es que al final, de los 25 que éramos nos dispersamos en 3 grupos y al final nunca nos logramos encontrar. Esto ocurrió en Abril y llegamos hasta Septiembre, te estoy hablando de 5, 6 meses aproximadamente.

Entonces pasamos ese tiempo porque había un punto de contacto donde nos teníamos que encontrar. Ellos después nos cuentan que iban a ese lugar y no nos encontraban; nosotros llegábamos a ese punto y nosotros no los encontrábamos a ellos. Así pasamos mucho tiempo, y la verdad es que sí nos buscábamos pero no nos encontrábamos, y los otros que se habían ido primero para Saslaya y se habían ido para las otras zonas a buscar Colaboradores, tampoco teníamos contacto con ellos; o sea que quedamos totalmente aislados.

Uno de los grupos salió para Honduras, sabemos que salió para Honduras, porque supuestamente después del Triunfo nos dimos cuenta que habían salido para Honduras. Al final, de los 25 solo quedamos 6 y dentro de esos 6 estaban Orlando Castellón Silva, Aquiles Reyes, Crescencio Rosales, William Ramírez, Marcelino Guido y yo.

Allí se toma la decisión de qué hacemos, porque no nos encontramos con ninguno de los grupos, no tenemos ningún contacto con la ciudad, y prácticamente la Guardia está arrasando con todo y anda detrás de nosotros; no tenemos nada que hacer. Entonces la decisión es que hay buscar contactos en la ciudad, que tenemos que buscar cómo salir para la ciudad y dijimos, bueno, vamos a salir de 2 en 2 porque si salíamos los 6 juntos lo más seguro es que no vamos a salir vivos ninguno porque no tenemos posibilidades.

Nos dividimos de 2 en 2; Salen 2 que es Aquiles Reyes y Orlando Castellón que salen por el lado de Kuskawás. Allí cada quien escogió su ruta, a ver quién tiene más suerte, ellos escogieron la ruta de Kuskawás, pero a ellos lo detecta la Guardia, tienen un enfrentamiento y allí caen los dos.

Los otros 2 Compañeros eran William Ramírez y Crescencio Rosales, ellos logran salir por Siuna, dicen que se encuentran unos Curas, fueron los que más suerte tuvieron porque al final ellos logran salir y llegar a Managua; los Curas los lograron sacar y llegaron a Managua. Aquí hicieron contacto con la Ciudad, y  bueno, ustedes ya saben que William participó en la Insurrección Final, etc., etc. O sea, al final les fue muy bien a pesar que eran los que menos se orientaban.

La historia de  Marcelino y yo. Nosotros nos quedamos y vamos a cruzar el Río Waní, era un río inmenso, estamos hablando que estábamos en invierno y en ese momento ese río tiene más de 100 metros de ancho y cruzarlo no era fácil; entonces decidimos que nos vamos a cruzar en un pipante, metimos las dos armas que llevábamos en un saquito; nos montamos al pipante pero no nos damos cuenta de que en el pipante van Jueces de Mesta. Cuando nos cruzamos al otro lado del río, y nos bajamos del pipante sale la Guardia que estaba en un monte, ya nos estaban esperando e inmediatamente nos capturan a los 2. Y esa fue la historia de los 6.

Periodista Alberto Mora

¿Eso estamos en qué tiempo y momento?

Palabras de la Doctora Ana Julia Guido

Te estoy hablando de que la captura de nosotros fue el 15 de Septiembre de 1977 en el Río Waní en Siuna. Nos capturan y nos llevan a un lugar que se llama Santa Rosa. Ellos tenían un Cuartel allí que habían puesto en ese momento, porque como andaban en la montaña pusieron ese puesto llamado Santa Rosa. Después nos trasladaron a Waslala donde tenían su principal Base, nos llevan allí y nos tuvieron aproximadamente 2, 3 meses, no recuerdo el tiempo, pero sí fue un buen tiempo.

Le pusieron a las verjas unas láminas de zinc para que no pudiéramos hablar con los Guardias, y nos pasaban la comida por debajo de las verjas. Un día de repente un Guardia nos habló y nos dijo: ¿Quieren que lleven alguna comunicación? Entonces dijimos, no tenemos que perder, si la lleva bien, y si no la lleva también. Le dimos la dirección y solo mandamos a decir, ¡estamos vivos!

Se llevó la comunicación y le dimos la dirección, parece que el hombre cumplió, nosotros no supimos quién era porque tampoco le vimos la cara, pero el hombre cumplió porque llevó la comunicación, después nos dimos cuenta que llegó la comunicación y ya los Medios comenzaron a sacar que estábamos presos, que estábamos en Waslala, y ya la información a presionar.

Periodista Alberto Mora

Eso impedía que los asesinaran.

Palabras de la Doctora Ana Julia Guido

Claro, ya que se diera a conocer que estábamos vivos, y no tardaron mucho tiempo en trasladarnos de Waslala, nos montaron en un helicóptero bien amarrados, iba la puerta abierta y el viento nos golpeaba fuertemente. Nos trasladaron a la pista del aeropuerto, nos bajan del helicóptero y nos montan en un avión. ¡Ay Dios mío, aquí nos van a matar! decíamos, nos van a tirar del avión, porque eso era normal que los mataran y los dejaron caer.

Pero bueno, era un avión de carga, no sabíamos adonde íbamos, íbamos en el avión y de repente aterrizamos en una pista, era en Puerto Cabezas. Porque ocurrió lo siguiente, el 15 de Septiembre que nos capturan, ese mismo día habían levantado el Estado de Sitio y no había Corte Militar, y no nos podían juzgar con Corte Militar sino que nos tenían que juzgar como reos comunes.

Por eso es que a nosotros no nos juzgan en la Corte Militar sino como reos comunes y como la jurisdicción de Las Minas donde nos habían capturado correspondía a Puerto Cabezas, entonces el Juicio va a Puerto Cabezas, entonces nos trasladan ahí a Marcelino y a mí.

Aterrizamos y en la pista allí está un Becat, nos llevan a las instalaciones de la Guardia; llegamos y está un Guardia en una máquina de escribir, está otro que es el Juez. Todo rapidísimo, veloz y nos dice: Bueno, ¿cómo se llama? Ana Julia; están las armas. ¿Conoce esa arma? Sí la conozco, es una Carabina. ¿Es suya esa arma? Sí, le dije, es mía esa arma. ¿Y usted quién es? Militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Luego me dice: Bueno, está acusada por sedición ilícita para delinquir, portación ilegal de armas, y me puso un montón de cosas, todo lo que a él se le ocurrió del Código Penal, y está condenada a 9 meses de Obras Públicas, así que va a ir a la calle a hacer Obras Públicas y por supuesto ni un día me sacaron a hacer Obras Públicas.

Total, cumplí mi pena, esos eran barrotes que había y unas celdas del tiempo de la Colonia, ahí fue cumplí mi pena en Puerto Cabezas. Mi familia no me llegaba a ver porque lógicamente es un lugar alejadísimo, no había dinero, ni condiciones para que me estuvieran llegando a ver.

Estuvimos aislados totalmente y las que llegaban a verme allí los fines de semana eran unas monjitas que me enseñaron a tejer, aprendí a tejer y así pasó el tiempo y cumplí mi pena. Cuando salí llegó mi mamá con el abogado que era un tío mío, Félix Guido, me llegaron a traer; en un avión nos venimos para acá.

En el Aeropuerto nos estaba esperando Roberto Sánchez, nuestro amigo, Militante, Periodista, tomó la foto, la entrevista y todo, porque aquí le podían hacer a uno “el pisa y corre” también, y después aparecías muerto; igual, la propaganda, la cobertura para que supiéramos que estábamos vivos. Hicimos contacto, yo me fui a ver a la Familia a Matagalpa, y después allí mismo volví a hacer contacto con el Frente, y me incorporé nuevamente al Frente Sandinista.

Periodista Alberto Mora

¿Otra vez a la montaña?

Palabras de la Doctora Ana Julia Guido

No; ya no me mandaron a la montaña sino al campo, me mandaron a la zona de Estelí, me dijeron que iba a la zona de Estelí, llegue a un campamento de La Almaciguera, acababa de terminar la Insurrección de Estelí. Me dijeron vas a ayudarnos con los Compañeros que están saliendo de la ciudad, a los que vienen, porque estaba saliendo toda la gente de la Insurrección de Estelí para el campo, entonces vamos a revisar mochilas, todo lo que traen ustedes porque hay que preparar las mochilas.

Entonces, me encontré que las Compañeras llevaban tacones, pinturas, de todo, o sea, nada de lo que tenían que llevar y nada les iba a servir por supuesto, hasta risible pues. Claro, desde donde yo venía a lo que me encontraba era hasta cómico, pero bueno, ya después las Compañeras se fueron ubicando, solo lo necesario, lo que tenían que andar, su latita de comida, su mochila, su hamaca y una ropa nada más, porque solo era una mudada más, la que andaba puesta y otra mudada.

Después de eso se me encomendó hacer una ruta de trasladar armas de Honduras para Nicaragua en lo que era una parte de El Sauce, Limay y Achuapa, El Guayabillo hasta salir a San Marcos de Colón. Yo trasladaba, iba en mula o a pie, yo trasladaba armas.

Por supuesto, era un abismo entre el campo y la ciudad, nada que ver la montaña con la ciudad; o sea, en la montaña, te dije las condiciones que nosotros teníamos, la comida, imaginate que aquí toditos eran Colaboradores en el Campo; o sea, vos te ibas de una casa a otra encontrabas Colaboradores, había todo un tendido de trabajo y además allí no había habido represión como en la montaña, que nos habíamos quedado sin Colaboradores, y te comenté que llegaba un momento en que cuando no teníamos comida, comíamos mono, también una masa de pozol que era maíz cocido.

Cuando estábamos en malas condiciones, comíamos 40 granitos de frijoles cocidos al día, esa era la comida, otras veces era una cucharadita de miel al día, con eso nos manteníamos; comíamos monte, algo que se llamaba Mano de León, pero como era toda alaste le decíamos Baba de León, porque era tan feo aquello, pero al final te alimentaba al final. Todo lo que teníamos ahí era de sobrevivencia,
era sobrevivir para mantenernos. Allí no había gordos, además que había que caminar siempre y debajo unas lluvias.

Todavía llueve muchísimo en esa zona, y en esos tiempos cuando las montañas eran cerradas llovía todo el año. Ahora comento con los Compañeros y les digo, cuántos huracanes habrán pasado y nosotros no nos dimos cuenta, eran lluvias intensas; de repente caía un árbol de esos gigantescos, solo oíamos que tronaba, pero por suerte nunca nos cayó encima, nunca nos picó un animal, una serpiente que era lo que más había, no tuvimos ninguna crisis de gravedad con ningún Compañero, una hernia, una apendicitis, nada.

Fuimos totalmente suerteros en eso. Yo creo que siempre estuvimos bendecidos, protegidos y tuvimos esa suerte. Y la juventud que es lo más importante que todos teníamos; yo creo en eso de Juventud Divino Tesoro, te vas para nunca más volver. Fue lo más lindo porque estuvimos todos ahí; había una gran Fraternidad, una gran Solidaridad, un gran Compañerismo entre todos nosotros.

En la montaña no había egoísmo, no había soberbia, envidia, no había absolutamente, como decimos nosotros, vicios pequeño burgueses, solo existía Fraternidad, Solidaridad, Compañerismo, Hermandad pero de verdad, a tal punto que eso fue demostrado todos los años antes de la Revolución, que uno estaba dispuesto a dar la Vida por el Compañero que tenías al lado.

Periodista Alberto Mora

¿Creyó que iba a llegar viva al Triunfo? 

Palabras de la Doctora Ana Julia Guido

Mirá, eso nadie lo soñaba, te digo, que  en la montaña nunca jamás nosotros pensamos, lo que sí nosotros teníamos era una certeza absoluta, que el Triunfo de la Revolución se iba a dar, pero que nosotros soñáramos de que íbamos a triunfar no estaba en nuestros planes, no estaba en nuestras pláticas, no estaba en nada, que íbamos a ver el Triunfo nunca lo pensamos.

Yo nunca me imaginé que iba a salir de la montaña, nunca pensé que íbamos a ver a la Familia; mirá, la de nosotros era una entrega total. Nosotros habíamos renunciado a nuestras Familias, a las comodidades, a tener una buena comida, una buena almohada, una cama, a tener todo; es  decir, habíamos renunciado prácticamente a la Vida. Nosotros estábamos y teníamos una entrega total al Frente Sandinista, una entrega total al Pueblo, una entrega total dedicada a la Liberación del Pueblo de Nicaragua; esa era nuestra disposición y decisión tomada conscientemente. Así te lo digo con esa claridez.

Periodista Alberto Mora

¿Qué le diría usted a los jóvenes actuales?

Palabras de la Doctora Ana Julia Guido

Mirá, ¿qué es importante Alberto? En toda la lucha del Frente Sandinista, en los años 60, 70, el Comandante Carlos Fonseca, el Comandante Tomás Borge, el Comandante Daniel, todos ellos fueron jóvenes. Allí estuvo la Juventud, en esa época a esa juventud le tocó iniciar esta lucha. Después estuvimos en Pancasán, era otro grupo de jóvenes que también les tocó continuar, porque aquí ha habido una continuidad, y lo que va a seguir habiendo es una continuidad. Entonces ahí les tocó dar la Vida a otro grupo de Compañeros en Pancasán.

Después a nosotros nos tocó de los 70 a los 80 participar, estábamos jóvenes, igual ahí estaba Ja juventud; entonces la Juventud ha estado en todos los tiempos. Y ahora en este momento histórico que estamos viviendo le toca a la Juventud este momento, y la Juventud entonces tiene ahora que tomar la Bandera y seguir los pasos de Carlos Fonseca, de Tomás Borge, de Silvio Mayorga, Oscar Danilo Rosales, de Otto Casco, de todos los Compañeros que cayeron en las diferentes etapas que ha vivido el Frente Sandinista, de todos los que cayeron antes, durante y después de la Revolución.

Porque cuántos Compañeros han caído después del Triunfo de la Revolución, los que cayeron en los años 80, los que cayeron en el 2018, que fueron asesinados en el 2018. O sea, hay que retomar esa Bandera, y la Juventud tiene que dar el ejemplo de muchas formas que hay que seguir trabajando. Yo les digo a los Compañeros, ahora ustedes tienen que trabajar con gran entusiasmo; ir a dejar una silla de ruedas es una gran labor que se la está mandando este Gobierno. El Frente Sandinista le está diciendo aquí está, le estamos dando a esta persona que necesita una silla de ruedas, o se le está llegando a dejar un paquete de alimentos. Esa es una tarea de la Juventud; que va a una caminata, esa es una tarea de la Juventud.

También en los 80 cuando el Triunfo de la Revolución, ¿toda la Juventud a dónde fue? A la Alfabetización, eran adolescentes los que iban, y después iban a los Cortes de Algodón, de Café. La Juventud, nunca se puede quedar atrasada, la Juventud tiene que ir; es decir, es dinámica, no puede quedar estática.

La Juventud en todos los tiempos y en todos los lugares, como decían, El Che, como decía Fidel, Carlos Fonseca, como lo han dicho todos nuestros Dirigentes, como lo dice el Comandante Daniel, la Juventud tiene que estar presente. Como dice la Consigna: ¡Sin la participación de la Mujer, no hay Revolución! Igual: ¡Sin la participación de la Juventud, no hay Revolución.

O sea, sin la participación de la Juventud, y quiero agregar aquí, que la participación de la Mujer ha sido importantísima en esta Lucha. En la Historia del Frente la participación de la mujer fue importantísima, tan importante como ha sido la participación de la Juventud, y en este momento tiene que serlo, la Juventud tiene que agarrar esa Bandera y continuar.

La Juventud tiene que trabajar todos los días, y nosotros tenemos que estar a la par de ellos; o sea, no nos sentimos todavía que hemos tirado la toalla, seguimos Adelante, seguimos trabajando con el mismo entusiasmo, con la misma energía, con la misma voluntad, con el mismo entusiasmo, como ha sido siempre, hasta el último día. Nosotros tenemos un compromiso con este Pueblo, de toda la vida.

Periodista Alberto Mora

Muchas gracias, le agradezco Fiscal, que nos haya atendido.

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