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  • 11 agosto, 2022

China con la confianza para cumplir la Gran Causa de la Reunificación de la Patria


China cuenta con toda la confianza, determinación y capacidad para cumplir la Gran Causa de la Reunificación de la Patria

Escrito por Chen Xi, Embajador de la República Popular China en Nicaragua

El 10 de agosto, la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado y la Oficina de Información del Consejo de Estado de la República Popular China publicaron un libro blanco titulado “La Cuestión de Taiwán y la Reunificación de China en la Nueva Era”, para reiterar el hecho de que Taiwán es parte de China, demostrar la determinación del Partido Comunista de China (PCCh) y el pueblo chino y su compromiso con la reunificación nacional, y enfatizar la postura y las políticas del PCCh y el Gobierno chino en la nueva era.

El libro blanco señala claramente que Taiwán ha pertenecido a China desde la antigüedad, hecho que tiene una base sólida en la historia y la jurisprudencia. Las primeras referencias a la llegada de chinos a la isla de Taiwán se remontan al año 230 d.C.. A partir de las dinastías Song (960-1279 d.C.) y Yuan (1271-1368 d.C.), los Gobiernos centrales de China ya establecieron organismos administrativos en Taiwán para ejercer su jurisdicción.

El 1 de octubre de 1949 se fundó el Gobierno central de la República Popular China, que se convirtió en el único Gobierno legítimo de toda China en sustitución del Gobierno de la República de China (1912-1949). Como resultado natural, el Gobierno de la República Popular China disfruta y ejerce la plena soberanía de China, que incluye su soberanía sobre Taiwán.

Debido a la guerra civil en China a finales de la década de 1940 y la interferencia de fuerzas externas, los dos lados del Estrecho de Taiwán han caído en un estado de confrontación política prolongada. Pero la soberanía y el territorio de China nunca se han dividido y jamás se dividirán, y el estatus de Taiwán como parte inalienable del territorio de China nunca ha cambiado y jamás se cambiará.

La Resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU, aprobado en 1971, es un documento político que resume el principio de una sola China cuya autoridad legal no deja lugar a dudas y ha sido reconocida en todo el mundo. El principio de una China representa el consenso universal de la comunidad internacional y es consistente con las normas básicas de las relaciones internacionales. En el mundo hay una sola China, y Taiwán es parte de China. Es un hecho indisputable apoyado por la historia y la ley. Taiwán nunca ha sido un Estado. Su estatus como parte de China es inalterable.

El libro blanco enfatiza que cualquier intento de las fuerzas separatistas de impedir la reunificación está condenado al fracaso. Las medidas para separar a Taiwán de China representan un delito grave de secesión y socavan los intereses comunes de los compatriotas de ambos lados del Estrecho de Taiwán y los intereses fundamentales de la nación china. Es un callejón que no tiene ninguna salida.

Las autoridades del Partido Demócrata Progresista (PDP) de Taiwan han adoptado una postura separatista y se han confabulado con fuerzas externas en sucesivas acciones de provocación diseñadas para dividir el país. Además de negarse a reconocer el principio de una sola China, distorsionan y rechazan el Consenso de 1992. Afirman que Taiwán y el continente “no deben estar subordinados entre sí” y proclaman una nueva teoría de “dos estados”. En la isla, presionan constantemente por la “desinización” y promueven la “separación incremental”. Engañan al pueblo de Taiwán, provocan la hostilidad contra el continente y obstruyen y socavan los intercambios, la cooperación y el desarrollo integrado a través del Estrecho. Han aumentado constantemente sus fuerzas militares con la intención de secesionarse y evitar la reunificación. Se unen a fuerzas externas para tratar de sembrar las semillas de “dos Chinas” o “una China, un Taiwan”.

Las acciones de las autoridades del PDP han causado tensión en las relaciones entre el continente y la isla, poniendo en peligro la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwan y socavando las perspectivas y restringiendo el espacio para la reunificación pacífica. Estos son obstáculos que deben eliminarse para avanzar en el proceso de reunificación pacífica.

Taiwán pertenece a todo el pueblo chino, incluidos los 23 millones de compatriotas de Taiwán. Los intentos de rechazar la reunificación y dividir el país están condenados al fracaso, porque se hundirán frente a la historia y la cultura de la nación china, así como a la determinación y el compromiso de los más de 1.400 millones de chinos.

El libro blanco destaca que las fuerzas externas que obstruyen la reunificación completa de China seguramente serán derrotadas. Todavía perdidas en delirios de hegemonía y atrapadas en la mentalidad de la Guerra Fría, algunas fuerzas estadounidenses insisten en percibir y retratar a China como su “importante adversario estratégico” y una “seria amenaza a largo plazo”. Hacen todo lo posible para atropellar y presionar a China, explotando a Taiwán como una herramienta.

Las autoridades estadounidenses han declarado que siguen comprometidas con la política de una sola China y que no apoyan la secesión de Taiwán. Pero sus acciones contradicen sus palabras. Están nublando el principio de una sola China con incertidumbre y deteriorando su integridad. Están tramando “intercambios oficiales” con Taiwán, aumentando la venta de armas y coludidos en la provocación militar. Para ayudar a Taiwán a expandir su “espacio internacional”, están induciendo a otros países a interferir en la cuestión de Taiwán y tramando proyectos de ley relacionados con Taiwán que infringen la soberanía de China. Están creando confusión en torno a lo que es blanco y negro, correcto e incorrecto. Por un lado, incitan a las fuerzas separatistas a crear tensión y confusión en las relaciones entre ambos lados del Estrecho. Por otro lado, acusan a China continental de “coerción”, de “presionar a Taiwán” y de “cambiar unilateralmente el statu quo” para envalentonar a las fuerzas separatistas y crear obstáculos a la reunificación pacífica de China.

El libro blanco indica que China dispone de condiciones, confianza y capacidad para llevar a cabo la Gran Causa de la Reunificación de la Patria. La culminación de la completa reunificación nacional está impulsada por la historia y la cultura de la nación china y determinada por la tendencia y las circunstancias que rodean nuestra revitalización nacional. El desarrollo y progreso de China, en particular, los grandes logros durante más de cuatro décadas de reforma, apertura y modernización, nos han fortalecido en un estado nunca antes tan cercano, confiado y capaz de lograr el objetivo de la reunificación nacional completa.

La reunificación pacífica y “un país con dos sistemas” son nuestros principios básicos para resolver la cuestión de Taiwán y el mejor enfoque para lograr la reunificación nacional. Al encarnar la sabiduría china de buscar la prosperidad común  abrazándonos los unos a los otros, estos principios tienen plenamente en cuenta las realidades de Taiwán y conducen a la estabilidad a largo plazo en la isla después de la reunificación. Es una propuesta basada en los principios de la democracia, que  demuestra buena voluntad, busca solución pacífica y ofrece beneficios mutuos. Las diferencias en el sistema social no constituyen ningún obstáculo para la reunificación ni excusa para el secesionismo.

Estamos dispuestos a crear un vasto espacio para la reunificación pacífica, pero no dejaremos lugar para actividades separatistas de ninguna forma. Trabajaremos con la mayor sinceridad y haremos todo lo posible para lograr la reunificación pacífica, pero no renunciaremos al uso de la fuerza y nos reservamos el derecho a tomar todas las medidas necesarias.

El futuro de Taiwán radica en la reunificación de China, y el bienestar del pueblo de la isla depende de la revitalización de la nación china. Nos uniremos a nuestros compatriotas chinos en Taiwán para luchar por la reunificación y la revitalización nacionales, que son beneficiosas no solo para la nación china, sino también para todos los pueblos y la comunidad internacional en su conjunto.

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