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  • 14 junio, 2021

¿De qué lado está Dios?


Por: Moisés Absalón Pastora

Con guantes de seda quiero abordar un tema que es común y recurrente para los que creemos en la existencia de Dios, aunque no le veamos. Hablar de Dios no es algo exclusivo de los profesionales de la fe que en muchos casos nos quedan a deber por las posiciones que asumen y si es así imagínense entonces para los que andamos en el mundo, generalmente contaminados, pero, aun así, creyendo que está de nuestro lado, aunque andemos más del lado oscuro que del lado de la luz.

Aquella advertencia de “no tocar a Dios con las manos sucias” tiene un profundo significado porque lo tocamos cuando hablamos de Él. No importa en qué sentido lo hagamos siempre debemos tener presente que para hacerlo, antes que todo, debemos tener las manos limpias y tenerlas no es un asunto que lo declaremos con la boca, sino que tiene que ver con la conciencia, con el espíritu y con lo que hacemos.

Hay muchas preguntas que nos hacemos acerca de la existencia de Dios y lo más recurrente, como si se tratase de materia, es como surge y de dónde nace. Para esas personas es más importante la respuesta a esa interrogante que todo lo demás olvidándose de algo más grande y real como que los caminos de Dios son insondables e inalcanzables para toda comprensión humana.

Dios es el principio de un todo, el creador del universo, el ser supremo, el superior, una deidad omnipresente que está en todo lugar, omnisciente y que todo lo sabe. Se caracteriza por ser un ente que posee el poder supremo de todo el universo. Se trata de una deidad que no es natural, esto es debido a sus características espirituales. Posee un amor infinito, pero también actúa como un fuego abrasador que consume el don de toda alabanza, es decir Dios es Dios y por eso sus hijos, donde hay buenos y malos, siempre decimos que Dios está con nosotros y entonces si Dios está con nosotros, nadie contra nosotros y lo llagamos a creer tanto que pasamos por alto que hay cosas que hacemos que son del desagrado de Dios y aun así las ponemos en sus manos.

A esos que les preocupa más de dónde nace Dios o cómo surge Dios yo les recomiendo que antes deben ver su grandeza en el planeta que tenemos, el hogar que nos dio para vivir y aun así no lo cuidamos; en el milagro que representa el nacimiento de una persona y que no surge de una industria sino de la vida que es una de las creaciones más majestuosas de todos los días; en el aire que respiramos que no lo produce el hombre, pero que sí contaminamos; en el agua que solo la naturaleza del Creador nos puede dar; en las hojas, los árboles, las flores, los frutos, en los alimentos de la tierra, la fauna y la inteligencia que puso en los seres humanos para que desde sus diversas cualidades estemos dónde estamos, en lo bueno y en lo malo porque nos dio tanta libertad que nos concedió el libre albedrio para que de cualquier resultado no le culpáramos a Él.

Dios es el Ser, Es el que Es, como le fue transmitido desde una zarza encendida por el Espíritu a Moisés, quien además recibió los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí escritos con el fuego del Creador y que nos representan el más notable código de ética a lo largo y ancho de la humanidad.

Los Diez Mandamiento son la Ley de Dios y francamente no creo que seamos capaces de cumplirlos por nuestra naturaleza humana. Es más creo que ni los beatificados como santos desde la Plaza de San Pedro los hayan cumplido a cabalidad porque son un rigor de ley que solo pueden estar a la altura de su mismo Creador, aunque sí nos representan un parámetro moral para acercarnos a lo que el supremo quiere de nosotros.

Un pastor evangélico al que mucho aprecio, observador de las cosas que están sucediendo en Nicaragua, con mucho cariño patentizó su deseo para que las cosas que escribiera e hiciera las pusiera en las manos de Dios para que fue El quien me condujese y me diera sabiduría en el actuar y quehacer de todos los días.

Yo francamente soy un hombre de oración porque reconozco que soy débil, que soy pecador y todos los días cuando termino de orar, de conversar con Dios -no de rezar- que es otra cosa, además frívola, mecánica, repetitiva, cierro dando Gracias a Dios porque tengo certeza de que Él me acompaña y está de mi lado.

Fíjense que en Nicaragua esto lo hacemos la inmensa mayoría y cuando identificamos que a nuestro alrededor hay una situación de presión, de amenaza, de incertidumbre, de dudas proyectadas al futuro, entonces nos alentamos en la oración afirmando que Dios está con nosotros y si está con nosotros entonces nadie contra nosotros y sin duda eso nos fortalece independientemente de cuál sea realmente la línea de nuestro objetivo.

Esta realidad, aunada al buen deseo de mi hermano y amigo, el pastor evangélico, que pidió a Dios para que me llenara de sabiduría, lo que repito agradezco, además de que lo necesito mucho, me llevó a preguntar a mi conciencia, dado de que todos somos hijos de Dios, donde existimos buenos y malos, que siempre terminamos afirmando que Dios está con nosotros, que de qué lado estará realmente Él Creador porque hasta lo más malos creen estar haciendo el bien.

¿Se imaginan ustedes a gente que le cuelga un crucifico, un rosario o a esos que les llaman sobaco bendito por andar bajo la axila una biblia haciendo cosas malas y agradeciendo a Dios por estar con ellos?

No puedo responder por Dios cosas que mi naturaleza humana no me permite pero mi sentido común me dice que Dios está del lado de la verdad, que está del lado de quien hace por los demás, de quien construye, de quien privilegia como opción a los más necesitados, de quien hace por el enfermo, de quien es capaz de patentizar solidaridad para con el que sufre y además auxiliarlo, de aquel que habla de paz y no de violencia, de quien habla de amor y no de odio.

En Nicaragua, al margen del tamaño de las porciones en los bandos, hay dos visiones diferentes de la Nicaragua que se quiere y cada parte afirma tener a Dios de su lado y esto es interesante porque al margen de lo que cada quien espere del Señor lo cierto es que los hechos son los que finalmente hablan y cuando cantamos a todo pulmón el estribillo de “Nicaragüense por Gracia de Dios” es porque hacemos un repaso por toda nuestra historia para ubicarnos en un presente de retos donde el bien se sigue enfrentando al mal, pero con la evidencia que siempre perdieron los mentirosos, los destructores, los calumniadores, los soberbios, los agresores y los asesinos.

Hay quienes teniendo un historial de mal contra el país, incluso clérigos muy reconocidos de la iglesia católica que promovieron y comandaron la violencia de hace tres años, que afirman tener a Dios de su lado y son “profesionales de la fe” que han sido incapaces de humillarse y pedir perdón por lo que hicieron y siguen haciendo, sino por el contrario, continúan profiriendo desde un discurso muy electoral el veneno que todos los días tratan de inocular contra la paz que hoy por hoy es nuestro más celoso objetivo de defensa.

A mí en lo personal me parece que la conducta de estos religiosos con sotana no se corresponde con la dignidad de lo que dicen representar y hay en consecuencia individuos que piensan que si estos obispos o curas actúan como actúan, bendiciendo el mal, aquellos que pueden ser ejecutores de la perversidad siendo laicos, entonces lo que ven en ellos es una luz verde para creerse de que Dios está de su lado, que todo lo que se financió desde afuera para agredirnos es de su total complacencia y es cuando solo me limito a realizar que Dios está del lado de la verdad.

Algunos oposicionistas hoy están presos y sujetos a una investigación que trata de determinar si hubo lavado de dinero y si hubo traición a la patria, lo que por el momento ni los hace inocentes ni los hace culpables, y son quienes ya antes fueron amnistiados por delitos hartamente comprobados, que les fueron perdonados, pero que volvieron a repetirlos y lo volvieron a hacer proclamando tener a Dios de su lado en una escala de valores que para mí esta invertida.

Estas personas de las que hablo, que están bajo arresto por la presunción de delitos graves no por ser opositores porque estos no existen, porque ni todos juntos podrían vencer al actual partido de gobierno y el mismo oposicionismo lo ha reconocido una y otra vez, me vienen a la mente, a propósito de que dicen tener a Dios de su parte, como los mercaderes, como la pandilla de delincuentes que llenaron el templo de oración al Padre con ganado, cantinas y cambistas, que cambiaban las monedas griegas y romanas por monedas judías y tirias y que generaron el enfado, en enojo, la ira, de Jesús de Nazaret, que los azotó y reprendió por todo lo actuado dentro de la Casa de Oración del Creador.

Un ejemplo más cercano, más blasfemo y sacrílego a desempolvar, es la imagen perturbadora e inconcebible de aquellos templos que en el 2018 eran la guarida de criminales y terroristas que bebían guaro, cometían actos obscenos y escondían bajo las naguas de las imágenes de yeso que simulan ser Santidades beatificadas por la mano del hombre, -los Papas vaticanos-, las armas humeantes y calientes con las que disparaban a gente inocente desde aquellos tranques que según Silvio Báez, Juan Abelardo Mata, Rolando Álvarez y Leopoldo Brenes, entre otros, que incluyen a curas pirucas y pirómanos, una idea super genial bendecida por el Creador.

Debo pensar que si el Creador está del lado de la verdad es porque está del lado de la ley y en consecuencia del lado de la justicia. Pues bien, por la verdad, la ley y la justicia, aquellos que decimos que Dios tener a Dios de nuestro lado debemos estar claros que esa afirmación se valida no porque la proclamemos sino por lo que nuestros actos determinen que así es porque en las cosas divinas no podemos ser ni jueces ni partes de nuestros propios actos.

Es la limpieza, transparencia e integridad de nuestro quehacer lo que determina hacia nuestro interior si efectivamente Dios está de nuestro lado. La opinión de los demás es importante, no hay duda. Usted por ejemplo puede tener una opinión de mi y afirmar que estoy en lo correcto y no es así; Usted puede tener una mala opinión de mi y afirmar que ando en el camino curvo y no es así, pero en verdad solo mi conciencia sabe exactamente por dónde ando, pero pasa también y muy notoriamente por lo público de mis actos y mi conducta que solo me hace falta el rótulo que diga soy delincuente, aunque en las misas me golpee el pecho y diga que Dios está conmigo.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA

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