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  • 10 noviembre, 2021

Declaración del FAI sobre la posición del Gobierno español acerca de las elecciones en Nicaragua


En relación con los resultados de las elecciones presidenciales y legislativas en la República de Nicaragua, el Frente Antiimperialista Internacionalista apoya firmemente la Declaración de las delegaciones de Acompañantes Internacionales al proceso electoral de Nicaragua, certificando sin la menor objeción la legitimidad del proceso electoral y reivindicando el derecho a la paz y a la soberanía de la nación nicaragüense. Asimismo, manifiesta su absoluta repugnancia por el contenido de la declaración que ha efectuado el Ministerio de Asuntos Exteriores español, deslegitimando arbitrariamente el proceso electoral.

El Gobierno español ha venido involucrándose desde mucho antes de estas elecciones en campañas para su deslegitimación, mimetizado las maniobras injerencistas norteamericanas y facilitando la promoción de políticas hostiles en la Unión Europea, con el establecimiento de sanciones económicas y con el ocultamiento deliberado y sistemático de los logros sociales conseguidos por el gobierno legítimo de esa nación.

Desde 1984, en Nicaragua se han celebrado ya 49 elecciones de todo tipo, con el mismo sistema electoral establecido por la Revolución Sandinista, avalado desde todos los ámbitos internacionales. Las únicas modificaciones que ha sufrido el sistema electoral se refieren a la exigencia de la paridad entre géneros y a la introducción de medios informáticos para la mejor gestión del proceso. Este sistema electoral también dio el triunfo a los enemigos de la Revolución en el periodo entre 1990 y 2006, después de una salvaje guerra desatada por la “contra”, paramilitares entrenados y financiados por la CIA. Los EEUU recibieron la condena de la Corte Internacional de Justicia por esta criminal guerra subrogada, aunque la demanda fue posteriormente retirada (y las indemnizaciones condonadas) por el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro.

El Gobierno español conoce perfectamente las maniobras criminales de injerencia en favor de las oligarquías locales llevadas a cabo por todo un enjambre de ONGs con la generosa financiación de las principales agencias de los EEUU, y que algunos de sus más conspicuos representantes fueron procesados, no por cuestiones de opinión, sino por ejercer una violencia extrema contra personas, instituciones del Estado, hospitales y escuelas para desestabilizar de nuevo el país y facilitar la intervención extranjera en el proceso electoral; cualquier país soberano está legitimado y obligado a neutralizar semejantes atrocidades mediante la aplicación de sus propias leyes, como el estado nicaragüense ha venido haciendo con exquisito cuidado.

Conoce bien el Gobierno Español que las revueltas de 2018 no fueron protestas pacíficas y espontáneas, sino todo un intento de golpe de estado por la creación deliberada de una situación artificial de inestabilidad y enfrentamientos civiles, amplificada por la propaganda internacional, según el modelo de las revoluciones de colores del manual de Gene Sharp para acabar con los gobiernos que no se se someten a intereses extranjeros. Estas estrategias de guerra híbrida, promovidas en el caso de Nicaragua por el gobierno de EEUU, necesitan de la participación de gobiernos cómplices que apoyen las maniobras con condenas y sanciones que traten de dar legitimidad al proceso de golpe. Resulta vergonzoso el papel sumiso y contrario a sus intereses históricos que está jugando el Estado Español en los procesos contra los países hermanos de Latinoamérica, más aun por su influencia en la región, y en la actitud de otros países europeos

Por último, resulta sorprendente el recurso al argumento de la ilegitimidad de unas elecciones por su escasa participación; los datos del Consejo Supremo Electoral son del 65%, lo que, para un país en el que las elecciones no son obligatorias, resultan más que contundentes. Hay que preguntar al Gobierno de España si considera que las elecciones en los EEUU son legítimas o no, cuando sus niveles de participación raramente superan el 55%.

Ya sabemos del papel que el imperialismo, hegemonizado por los EEUU, espera que el Estado Español juegue en relación con los países y movimientos liberadores en Latinoamérica. Y sabemos que la agresión, una vez preparado el terreno para deslegitimar las elecciones, continuará su escalada para tratar de desmontar todas las conquistas del sandinismo por todas las vías posibles. Pero resulta inconcebible que un gobierno que se autodefine como de progreso se enfangue de esta manera en hacerle el juego a los mas abyectos intereses que suponen la ruptura de la paz social en Nicaragua y del derecho a su desarrollo soberano.

Frente Antiimperialista Internacionalista

10 de noviembre de 2021

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