Dengue: El virus y la enfermedad
Por: Jorge Jenkins Molieri*
El virus del dengue (DENV) tiene forma esférica y es tan pequeño (40-60 nm), que solamente puede ser visto con el microscopio electrónico. El virus tiene 4 tipos (serotipos), que son DEN-1 al DEN-4. Se ha descrito un quinto serotipo selvático. Como se sabe, este virus se transmite por la picadura de mosquitos del género Aedes, infectados. No hay transmisión de una persona a otra. El principal transmisor (vector) es el Aedes aegypti, aunque el Aedes albopictus originario de Asia también puede transmitir el dengue. Este mosquito, muy resistente al frío y a otras condiciones, ya está en Europa y América.
En el mundo la transmisión del dengue se da en las zonas tropicales y subtropicales, principalmente en los ambientes urbanos. Cerca del 80% de los infectados no tienen síntomas, o los tienen de forma leve. Siendo una enfermedad febril, el dengue se parece a una gripe o resfriado, por lo que ha sido común llamarlo fiebre quebrantahuesos. Pero en algunos casos (cerca del 5%) el dengue puede evolucionar a un cuadro hemorrágico grave, llamado dengue grave, que requiere hospitalización inmediata, e incluso tratamiento en unidades de cuidados intensivos, UCI. De entrada, hay que decir que no existe tratamiento específico contra el virus del dengue, de manera que los tratamientos se basan en la estabilización del paciente, su adecuada hidratación y otros soportes terapéuticos.
Los principales síntomas del dengue son fiebre alta, dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, erupciones en la piel (llamadas petequias), inflamación de los ganglios, y otros. En los casos leves la enfermedad dura de 1 a 2 semanas. En todos los casos es importante que el enfermo se mantenga hidratado. Puede tomarse acetaminofén para el dolor, pero no aspirina ni ibuprofeno ni otros antiinflamatorios no esteroideos, ya que aumentan el riego de hemorragia. En las formas más severas puede haber dolor abdominal, vómitos, sangrado de nariz o encías, cansancio, piel pálida y fría y debilidad general. En caso de tener algunos de estos síntomas se debe buscar atención médica de inmediato, y nunca auto medicarse. El dengue grave puede ser mortal. Se estima que de no recibir atención médica adecuada la mitad de los enfermos pueden morir. Acuda sin demora a los centros de salud del MINSA, o a su médico.
Si una persona tuvo dengue por alguno de los cuatro serotipos indicados, no padecerá de nuevo dengue de este mismo serotipo. Dicho de otra forma, desarrollará una memoria inmunológica contra ese serotipo. Sin embargo, las personas que ya tuvieron dengue tienen un elevado riesgo de padecer el dengue hemorrágico si vuelven a contraer la enfermedad por otro serotipo. No se conoce bien el mecanismo que desencadena esta grave condición.
A nivel mundial, en nuestro continente y en Centroamérica el número de casos se ha incrementado de manera importante en los últimos años. Algunas de las causas de esto son: el calentamiento por el cambio climático; el incremento de las lluvias y la humedad por el Fenómeno del Niño; la acelerada urbanización; el cambio en la distribución del Aedes por el aumento de los viajes y el comercio internacional; los problemas urbanos de abastecimiento de agua y dispersión de las basuras; y los hábitos inadecuados de la población en el manejo del agua y sus desechos sólidos. Se calcula que a nivel mundial se producen unos 390 millones de casos anuales en más de 100 países, de los cuales unos 96 millones presentan síntomas. En América Latina y el Caribe se dan más de 9 millones de casos al año.
Existen dos vacunas contra el dengue, pero solo sirven a personas entre 6 y 16 años, y que hayan tenido dengue con anterioridad. Una de ella requiere 3 dosis cada 6 meses, y la otra dos dosis cada 3 meses.
La mejor forma de combatir el dengue es tomando las medidas preventivas que ya hemos indicado en artículos anteriores: Seguir las orientaciones de la autoridad sanitaria nacional (MINSA), y dejar entrar a las brigadas anti-dengue, eliminación de los criaderos (recipientes con agua), fumigación contra los mosquitos adultos, uso de repelentes, usar ropa clara y pantalones y camisas manga larga, colocar cedazos en puertas y ventanas y cualquier medida que ahuyente a los mosquitos. Recordar que, en general, los Aedes no pican de noche. Lo hacen de manera principal en las primeras horas de la mañana y al atardecer.
*El autor ha sido asesor en salud y ambiente de la Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) durante 25 años.