Detalles del Momento: “Constructores de Paz”
Por: Moisés Absalón Pastora
La navidad nicaragüense es muy peculiar, es decir, se distingue muy por encima de cualquier otra. Nuestra navidad es profundamente cristiana, va más allá de las luces, de los colores y de los sabores. En ese sentido tenemos una gran cantidad de tradiciones e independientemente de nuestras convicciones de fe, es notorio que en familia, en la intimidad del hogar, las gozamos reconociendo y respetando el significado que tienen porque al final todo concluye en que son expresiones culturales propias de la nacionalidad.
Recientemente tuve en “Detalles del Momento” a la Coordinadora del Movimiento Cultural Leonel Rugama y al director del teatro Nacional Rubén Dario y ambos hablaron de la navidad cultural 2022 en todo el territorio nacional y referían cualquier cantidad de actividades, además diversas, para ambientar, dar contenido y hacer mucho más amena esta temporada donde celebramos en Nacimiento del Niño Dios.
Para algunos derrotados por el peso de sus reiterados fracasos, porque no pegan una, porque no hay nada que les salga bien, y cómo, si todo lo que hacen es a partir del odio, la proyección de nuestra navidad cultural es solo una mampara para esconder lo que ellos insisten en referir como crisis.
Estos perdedores jamás aceptaran la realidad del país, nunca admitirán que vivimos en paz, que tenemos estabilidad, que el nicaragüense tiene confianza en sus autoridades, que estamos logrando vencer la pobreza, que el ciudadano se desplaza por doquier con absoluta libertad, que goza de los beneficios que antes nunca tuvo y que observa a una nación que crece, se desarrolla, que está gozando la temporada de fin de año y que todo eso encierra una satisfacción y felicidad que el pueblo defiende dentro de la inobjetable normalidad que vivimos y a todo eso los derrotados le llaman crisis.
Lo anterior no significa que estamos en un lecho de rosas y menos negar que el terrorismo de 2018, que por supuesto nos condujo a una crisis nos hizo un enorme daño, pero es algo que estamos venciendo.
Los medios de comunicación no podemos sustraernos de ninguna crisis porque nuestra razón es transmitirla para su comprensión y solución, pero a través del debate y eso es muy diferente a fabricarla y estimularla para que se profundice y desencadene en situaciones terribles como las que efectivamente vivimos hace más de cuatro años y la misma va de retro y eso es visible a pesar de todo el lodo que quieran tirar sobre el crecimiento económico y la estabilidad palpable que nos reconocen los organismos internacionales, realidad que se reafirmará con mayor énfasis en el próximo 2023, que ya a las puertas, se anuncia como plataforma de un nuevo despegue.
Cuando el resentimiento de los perdedores hace gala de su presencia criticando actividades como las que genera nuestra “Navidad Cultural 2022” lo que causa realmente es indignación y pena ajena porque habla de la anémica formación intelectual de la politiquería que lo que realmente quiere es poner sobre nuestros tablones teatrales el odio y eso no puede calzar en ningún medio de comunicación porque eso va en un sentido contrario a lo que deberíamos ser.
Llevar al tablón teatral en éste venidero 2023 la crisis que vivió el país, tal y como lo sugieren esos que solo “MIERCOLES” hablan desde afuera no es otra cosa que la carreta delante de los bueyes porque es pasar por encima de la ausencia de valores morales, políticos y ciudadanos que los pusieron al servicio del interés extranjero.
Yo creo que lo que hay que llevar a los tablones escénicos del gran teatro es lo que representa la PAZ porque ella es la ausencia de la guerra o de las hostilidades y en un plano personal, la PAZ es un estado de espíritu sereno donde uno puede estar en armonía con sigo mismo y con los demás.
Deberíamos llevar a los teatros la RESPONSABILIDAD que es un valor que está en la conciencia de la persona que estudia la Ética sobre la base de la moral. Una persona se caracteriza por su responsabilidad porque tiene la virtud no solo de tomar decisiones de manera consciente, sino también de asumir las consecuencias porque están aquellos que no quieren pagar el costo, no solo de sus actos criminales, sino que además insisten en seguir cometiéndolos impunemente.
Deberíamos también llevar a los escenarios a la JUSTICIA como conjunto de valores esenciales sobre los cuales debe fortalecerse a la sociedad y al Estado y estos valores son el respeto, la equidad, la igualdad y la libertad. La justicia, en sentido formal, es el conjunto de normas codificadas aplicadas por jueces sobre las cuales el estado juzga cuando éstas son violadas, suprimiendo la acción o inacción que generó la afectación del bien común, pero eso aquí se pretende entender del modo equivocado y hacer de ella la impunidad plena y absoluta para quienes quisieron destruir el país.
Deberíamos también de hacer un guion teatral sobre la FIDELIDAD que la virtud de alguien que es constante y comprometido con respecto a los sentimientos, ideas u obligaciones que asume. FIDELIDAD significa servir a un solo Dios. Es una característica de quien es leal, en quien se puede confiar y creer, porque es honesto y respetable. Hay que ser fiel Dios con el cliente, con el amigo, con el esposo o la esposa. La FIDELIDAD es la capacidad, el poder de dar cumplimiento a las promesas sin herir a nadie por no hacerlo.
La FIDELIDAD es también la capacidad de no engañar, de no traicionar a los demás. Cuando se rompen estos compromisos se llama infidelidad y eso es lo que son aquellos, que son capaces de ser fieles únicamente con el extranjero que nos agrede y con el dinero que reciben para hacer lo que nos hizo la crisis que solo dolor, muerte y espanto nos dejó.
Hay que llevar a los tablones teatrales a la HONESTIDAD que es la virtud que caracteriza a las personas por el respeto a las buenas costumbres, a los principios morales y a los bienes ajenos. Es la acción constante de evitar apropiarse de lo que nos pertenece.
De igual manera la HONESTIDAD es armonizar las palabras con los hechos, es tener identidad y coherencia para estar orgullosos de lo que somos. La HONESTIDAD es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y lo que se hace, es una conducta que se observa hacia los demás y exige a cada quien lo que es debido. La honestidad es un valor, vital y medular para poder convivir en todos socialmente.
Ser honestos nos convierte en seres de honor; aspirar a la honestidad es buscar la grandeza, sin embargo, aquí hay gentes, menos mal cada vez más reducidas, que llaman al terror pacifismo, a la violencia paz, al odio amor y se dicen demócratas que nos quieren imponer la dictadura de su propio fracaso para destruir al país en el que nacieron para cumplir las órdenes del amo extranjero que nos quiere desaparecer porque no abrazamos su decadente e inmoral democracia y que por falta de HONESTIDAD se despedaza día a día.
Aquí en vez de la crisis que tanto gusta al terrorismo mediático que habla “MIERCOLES” desde afuera, deberían ambientar temas como el RESPETO como base para una convivencia sana y pacífica entre en la sociedad. El RESPETO se practica cuando se entiende que la libertad de acción de cada quien, termina cuando empieza la del otro. El RESPETO está muy relacionado a la tolerancia, ya que ésta no funcionaría si no hubiera RESPETO, que añade una calidad moral positiva a la tolerancia y por ende el RESPETO no esconde ningún tipo de desigualdad, ya sea de poder o de dignidad.
Desgraciadamente los primeros en negarlo y en promocionar su desconocimiento son medios de comunicación que crearon la crisis que menos mal se va diluyendo y por la cual Nicaragua entera fue ofendida en su dignidad nacional por el irrespeto que sufrimos sus ciudadanos.
Aquí deberíamos hablar de LIBERTAD, como un derecho sagrado e imprescriptible que todos los seres humanos poseen. La LIBERTAD de obrar según nuestra voluntad, respetando la ley y el derecho ajeno a pensar como queramos, no que aquí en el contexto de la sangrienta crisis que nos impuso Estados Unidos, a través de sus sirvientes nacionales y hasta con la bendición de algún sector de la iglesia católica, nos conculcaron la LIBERTAD para imponernos un terror que nunca más volverá.
Aquí deberíamos poner en el guion teatral a la HUMILDAD como virtud moral contraria a la soberbia, que posee el ser humano en reconocer sus habilidades, cualidades y capacidades y aprovecharlas para obrar en bien de los demás, sin decirlo, sin pretenderlo, sin exhibirlo, solo asumiendo una conducta de recogimiento espiritual.
La HUMILDAD permite a la persona ser digna de confianza, flexible y adaptable, en la medida en que uno se vuelve humilde adquiere grandeza en el corazón de los demás. La HUMILDAD no debe ser confundida con la humillación, que es el acto de experimentar en algún otro o en uno mismo una vergonzante sensación y eso fue lo que la soberbia imperial y de sus lacayos en Nicaragua quisieron hacer con este pueblo contra el chocaron y no pudieron porque de la misma manera que el crimen nunca pudo contra la decencia, de la misma manera tampoco la soberbia frente a la HUMILDAD.
Y finalmente, aunque podríamos poner sobre el tablón teatral, muchísimos temas más por cuya ausencia en el corazón del golpismo desató la crisis del 2018, deberíamos de hablar, los periodistas y los comunicadores, sobre todo en el contexto de esta “Navidad Cultural 2022” que ya vivimos, del AMOR que es un sentimiento de afecto universal que se tiene hacia Dios, hacia un país, hacia una persona, un animalito y hasta una cosa cuando nos representa un recuerdo o un detalle que alguien, que a lo mejor no estará con nosotros en noche buena, nos obsequió.
El AMOR amigos es expresado a través de acciones, mensajes, declaraciones y poemas. El AMOR es uno de los valores más importantes. Es la fuerza que nos impulsa para hacer las cosas bien, por eso es considerado un valor que tiene muy clara la diferencia entre el bien y el mal. El AMOR es un sentimiento moral, pues nos induce a actuar bien en nuestra vida y con las personas que amamos. Además, nos lleva a tener una vida plena de paz, tranquilidad y alegría y en consecuencia de bienestar con nosotros mismos. El AMOR es el antídoto contra el odio, contra ese cáncer resentido que habita en el fracaso, en la incapacidad y en todos esos desadaptados sociales que ahora se esconden por el peso de sus propias culpas declarándose abiertamente al mundo como derrotado.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.