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  • 9 noviembre, 2022

Detalles del Momento: Elegimos por la Dignidad


 | Moisés Absalón Pastora.

Las elecciones de este 6 de noviembre, como siempre lo expresé y hoy más que nunca lo sostengo, fueron no necesariamente contra el oposicionismo que no existe, ahí están otra vez los debaclantes resultados que los aplastan, sino contra Estados Unidos, el enemigo de la humanidad.

Como popularmente se dice, hablando a calzón quitado el Frente Sandinista jamás tuvo rival porque sus adversarios solo tuvieron candidotes no candidatos, porque no tuvieron un vehículo electoral que les permitiera materializar las promesas o los programas de gobierno que nunca hicieron por no poder sobrepasar de ninguna manera ni lo que existe en el presente ni lo que está en desarrollo hacia el futuro y tampoco porque no tuvieron liderazgos locales conocidos o comprometidos que fueran capaces de agradar a un electorado que supo identificar dónde estaba su conveniencia y la de la nación.

No nos engañemos o más bien no se engañen esos que creen que estamos sorprendidos por la reacción de algunos sectores que desde afuera suenan estridentemente llamando al desconocimiento de lo que los nicaragüenses decidimos, de lo que los nicaragüenses queremos y de lo que los nicaragüenses queremos seguir teniendo.

Esas campañas que ya que más bien se les revierten siempre van a insistir en deslegitimar toda elección que los nicaragüenses de aquí decidamos en tanto no sean ellos quienes las ganen pretendiendo generar condiciones de inestabilidad que nunca los conducirán a ninguna parte porque aquí el terrorismo fue vencido en el 2018 y nunca jamás será aceptado de ninguna manera como una expresión política que pretenda sustituir los mecanismos constitucionales para la alternabilidad en el poder de manera que aquellos que lo quieran deben andar nuevos caminos y pavimentar nuevas rutas porque ya se les demostró que lo que pretendieron a sangre y fuego, espanto y dolor, se estrelló con la voluntad de un pueblo que no quiere seguir siendo esclavo de nadie.

Los nicaragüenses, que votamos este 6 de noviembre y que entre otras cosas y como aspecto fundamental lo hicimos para decirle al mundo que este es nuestro país y que sobre él solo nosotros decidimos, debemos estar claros que no es que el mundo está contra nosotros, sino que el que mueve esta campaña es el aborrecido imperio norteamericano que como gran marionetero es el que mueve los hilos de los títeres que gobierna a voluntad partir de los chantajes que sobre ellos ejerce.

La delincuencia cibernética de forajidos que huyen de la justicia, por lo que alentó en el 2018, ya empezó otra vez con sus diatribas, según ella para inducir en algún sector que en su momento fue manipulado, mensajes desesperados que pintan una Nicaragua que nada que ver con la que vivimos aquí pero que al final son tan estériles como lo que el viejito senil de Joe Biden y el Departamento de Estado puedan decir e igualmente como el berrinche que quiera armar Luis Almagro que con toda seguridad va a llamar a otras reunión de consulta poniendo como tema a nuestro país, que además ya no es parte de ese circo o lo que igualmente puedan decir desde el parlamento europeo algunos de sus diputados que en la práctica hablan a título personal sin que sus gobiernos los determinen porque aquí tenemos relaciones directas o indirectas con las naciones de esos continentes a nivel de gobiernos y de hermanamientos edilicios.

Así las cosas todas esas reacciones, que no importa lo que hagamos continuaran porque el imperio lo que quiere es negar al sandinismo un gobierno central encabezado por sandinistas, o gobiernos municipales, igualmente encabezados por sandinistas, son de lo más hipócrita inimaginable. Todos esos pobres títeres que se pliegan a decir que aquí las elecciones no fueron legítimas mejor deberían callar porque en el caso de las elecciones presidenciales de 2021 en Nicaragua Daniel Ortega las gana con el el 75.87 % de la votación, según el Consejo Supremo Electoral de Nicaragua, pero en contraste Alberto Fernández de Argentina fue electo con el 38% de su electorado; el mismo viejito que solo con fantasmas habla, Joe Biden de Estados Unidos, con el 35%; Andres Manuel López Obrador de México con el 34%, Jair Luis Lacalle de Uruguay con el 25%; Justin Trudeau de Canadá con el 22%; Pedro Sánchez de España con el 18%; Sebastián Piñeira de Chile con el 17%; Carlos Alvarado de Costa Rica con el 14% y Pedro Castillo del Perú con el 11% y todos ellos quieren cuestionar a un Daniel Ortega electo con el 75.87%% de los nicaragüenses que lo elegimos por cinco años más por lo que ha hecho en beneficio de nuestro país, y que ninguno de esos que desde afuera nos quieren decir cómo elegir y a quien elegir, ha hecho por esos países donde hay pueblos que los aborrecen por incapaces.

Esas mismas caricaturas que dicen ser gobernantes de países donde hay pueblos avergonzados que saben que en realidad son mandados desde la Casa Blanca nos quieren decir desde la O.E.A, que tiene al frente a un payaso como Luis Almugre, que no son legítimas porque no vinieron los observadores que en Bolivia propiciaron un golpe de estado que terminó deponiendo del poder a un Evo Morales que de calle había ganado su reelección, situación tan burda que hasta el propio congreso imperial ahora lo investiga porque claro, se siente estafado.

Hay que ser estúpido para admitir y dar por cierto que los extranjeros van a decidir en esta Nicaragua lo que a nosotros nos corresponde hacer. Nosotros ya sufrimos la marca que dejó la colonización que con la Cruz en alto nos esclavizó. A nosotros nadie nos puede contar el cuento de lo que significa la intervención o invasión de los marines norteamericanos porque nos desbarataron el cuerpo a balazos y nos impusieron las dinastías de los Chamorro y los Somoza que siempre fueron y serán la misma cosa y que por años nos robaron y asesinaron.

Lo más cómico de todo esto es que aquí hay mercenarios detrás de algunos medios de comunicación que brincan de felicidad por las agresiones contra todo el pueblo de Nicaragua, aquel que mayoritariamente es sandinista, aquel que siendo independiente decidió votar por lo mejor que como gobierno hemos tenido en nuestra historia.

Hoy somos nuevamente vencedores. Ganamos las elecciones municipales de este 2022 y lo expresado no es una celebración arrogante de una victoria merecidamente obtenida a través de la acción y el trabajo, sino la profundización de un compromiso que nos genera más expectativa de bienestar, de progreso y desarrollo porque revalidamos con trabajo y el esfuerzo la visión incluyente de una revolución social transformadora que no tengo duda que hará crecer más al país con el mandato que ahora tienen las nuevas autoridades electas en los 153 municipios del país, por supuesto, con el apoyo de las autoridades del gobierno central.

El pueblo habló, decidió y arrasó. El pueblo premió y reconoció, pero también facturó y castigó porque lo que acabamos de registrar para la historia es inédito en el mundo porque dimos el toque final al modelo que tanto quería el nicaragüense para salir adelante, para encontrar la paz, para colocar al país en el camino que sí nos llevará a puerto porque después de esta barrida, impresionantemente perfecta, de 153-153, nuestro país será un jet hipersónico con una poderosa máquina donde con la bendición de Dios todo lo bueno que siempre quisimos será posible porque ahora es cuando, porque este es nuestro mejor momento.

Las elecciones municipales 2022 es la muestra palpable de nuestra voluntad soberana claramente expresada contra aquellos que jamás supieron leer el pensamiento del pueblo y ahora impávidos no pueden hacer otra cosa que verse retrospectivamente y entender al fin que por propia mano se suicidaron y como alguna vez lo expresé sentenciaron su propia extinción porque después de esta barrida podrán existir pero no ser en el sentido de que son ahora muertos vivientes, zombis, que lo único que les queda es terminar de depredarse entre sí hasta disolverse totalmente.

Estas elecciones fueron impecables, trasparentes, ordenadas y en consecuencia ejemplares porque su proceso fue revestido de una participación sin precedente para la modalidad municipal que tuvo porque del total de inscritos en el padrón electoral de 3 millones 692 mil 733 el recuento total de votos fue de 57.09%, número que no alcanzan otros que son electos presidencialmente con resultados que incluso no llegan ni al 30% y son los que nos quieren dar lecciones de democracia.

153 de 153 debe ser algo así como batear diez jonrones consecutivos con las bases llenas y eso se debe primero a la particular característica del Frente Sandinista de Liberación Nacional que fue además de lo que vale por sí solo, el único partido que se presentó a la cabeza de una alianza como la “Unida Nicaragua Unida Triunfa”, es decir que aun siéndolo no se consideró poderoso por sí solo sino que fue capaz de incluir, de sumar, de multiplicar voluntades y hacerse acompañar de otros pensamientos y talentos que fuimos seguramente adversarios a muerte en su momento, pero hoy desde la reconciliación efectiva, que tanto demanda Nicaragua, caminamos juntos hacia el país maravilloso que siempre soñamos y que puesto en pie como lo tenemos, ya hay muchísimos que podemos irnos satisfechos y agradecidos a Dios por la nación que estamos poniendo en las manos de quienes vienen detrás de nosotros.

Otro aspecto que debemos evidenciar es que este voto masivo por lo que es y representa el FSLN fue profundamente razonado porque la Nicaragua real que vivimos los que estamos aquí fue un espejo que nos dio el reflejo del mejor rostro que ha tenido a lo largo de toda su historia y oiga bien lo que digo, de toda su historia, porque es innegable todo lo que está ahí y podemos tocar; Hospitales, escuelas, salud, educación, centros de salud permanentes y móviles, brigadas de vacunación en todo tiempo, carreteras, caminos de penetración, energización, comunicaciones, puentes, recreación, edificaciones deportivas, casas maternas, atención a sectores vulnerables, asesoría y financiamiento a los productores, tecnología agropecuaria, apoyo a los emprendedores, viviendas dignas, integración del atlántico con el pacífico, integración del atlántico norte y sur y tantas cosas más que tuvieron un efecto determinante para que todos supiéramos conferir al voto la utilidad correspondiente y de ahí los resultados que fueron tan contundentes que lo poco o nada que le quedaba al oposicionismo también fue arrasado por el huracán de dignidad que les pasó encima este pasado 6 de noviembre.

Saludamos en hora buena a los electos y abrazamos estas elecciones por la paz porque la paz es el camino para ir a la visión de una Nicaragua que será luz a las naciones a pesar del odio que jamás entendió que la paz siempre será su gran vencedor.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.

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