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  • 25 noviembre, 2024

Detalles del momento: “Estados Unidos aliado de nadie, enemigo de todos”


Por: Moisés Absalón Pastora.

El sueño americano es a lo mejor la frase de mercado más “dulce” jamás vendida para predicar sobre la prosperidad material del ser humano. Encierra su sola mención la búsqueda de la dignidad como valor más puro de la libertad personal y se hace simbolizar por la imponente y poderosa figura del Águila Real, del señorial flameo de la majestuosa bandera de las 52 estrellas y su melódico y pegajoso himno que al hacerse escuchar diera la impresión que son las notas del planeta y no exclusivamente el himno de los Estados Unidos de América.

Indudablemente en cada uno de nuestros ciclos críticos Estados Unidos siempre tuvo y tiene algo que ver con lo que nos pasa y a lo mejor pudiéramos endosar las culpas directamente a ellos, pero no, los culpables siempre fueron malos nicaragüenses por haberlos traído al centro de nuestras controversias y dejar que se metieran de cabeza en los asuntos íntimos de nuestra casa lo que gracias a la determinación soberana que el Creador nos dio se acabó.

Nuestra historia en la búsqueda de su libertad tiene capítulos trágicos y sangrientos que han surgido de la imposición geopolítica de los arrogantes caprichos de Estados Unidos.  Otra realidad es que en gran medida nuestro sub desarrollo lo debemos enteramente a que gobiernos pasados han sido cómplices de las humillaciones que nos ha proferido la garra imperial cuya pretensión siempre es enredarnos porque el Tío Sam no le perdonará jamás que este país, el nuestro, haya sido expulsado y humillado a Willian Walker mercenario norteamericano que con la credencial de ser estadounidense se nos impuso como presidente, que nos quiso esclavizar y que incendió nuestra querida Granada.

Los nicaragüenses hemos sido pasto de la ocupación física de los norteamericanos y aunque fueron expulsados por esa piedra en el zapato que les representó Zeledón y Sandino, lo cierto es que tras irse nos negaron la paz viciando desde sus raíces la composición de una guardia nacional que fue contaminada por una familia dinástica que nos gobernó durante 45 años con el OK del imperio y cuyo derrocamiento conmemoramos precisamente cada 19 de Julio, con la expresión impresionante de un sandinismo vivo, activo y orgulloso de explotar nacionalistamente contra la descarada injerencia imperial, que, junto a sus acólitos hemisféricos y los sirvientes nacionales que se le ofrecieron aquí, se les ocurrió que pueden despedazar nuestra constitución y descarrilar, solo por un capricho de venganza, el recorrido exitoso del país a lo largo de los últimos 18 años posteriores al 2007 cuando Daniel Ortega retoma el destino que nos marca viviendo en una revolución en paz, pero indudablemente amenazada, agredida, pero en modo de defensa y nunca vencida.

Desde que a Estados Unidos se le ocurrió ser el policía del mundo, mientras decidió su retiro de las instituciones que hacen valer el derecho internacional, los derechos humanos, los acuerdos ambientales, pero a las que usa y financia para desequilibrar a otros estados, el mundo y los países que lo componen vive una gran inestabilidad y es así que se convirtió en una medicina mucho más letal que enfermedades que aquejaban a naciones como Egipto, se acuerdan de la primavera árabe, de Irak, se acuerdan de los laboratorios de armas de destrucción masiva, se acuerdan de Mel Zelaya en Honduras con el asunto de la no reelección y su último presidente la terminó logrando, se acuerdan de Brasil que destituyó a Dilma Rouselft acusada de corrupción y al final terminó absuelta, solo por mencionar algunos actos barbáricos que fueron consumado incluso contra quienes el imperio decía eran sus aliados.

Quien no recuerda aquí en Nicaragua, en los tiempos posteriores a 1990 al omnipresente Pancho Villa, Oliver Garza, dictando cómo debía hacerse política en Nicaragua o como obviar los niveles de influencia de la embajadora Bárbara Calandra Moore, q.e.p.d, sobre Enrique Bolaños. Cómo olvidar al indigerible de Paul Trivelli, tan absurdo, neófito y de tan extrema brutalidad que de diplomático lo único que tenía era la delicadeza de un elefante entrando a una tienda de bacará o quien se olvida Roberto Callahan que jochó tanto que tuvo que salir despavorido un día de la Universidad Centroamericana cuando creyó que aquí estaba en Washington.

Hoy Estados Unidos dice estar preocupado por cada cosa que pasa en Nicaragua, pero que rara manera de preocuparse pues fue el autor intelectual y financiero de aquel pretendido golpe que no fue otra cosa que un guion escrito en el “Situation room” del departamento de estado en el 2015   y todo lo que de él salió fue un baño de sangre imperdonable y solo para poner en el poder a sus “muchachos” que nunca se dieron cuenta o no quisieron saber que a cambio de unos cuantos centavos los pusieron parados sobre una plasta ya saben de qué porque mientras todos esos se ahogan por el hedor de sus propios tufos aquí tenemos paz, vivimos la paz, gozamos la paz, construimos la paz y defendemos la paz.

Aquí se acabaron los tranques, aquí se acabó la anarquía, la muerte, la tortura, el espanto y se estableció el orden y la seguridad, pero sobre todo aquí otra vez se venció al imperio norteamericano y cada día que pase lo seguiremos haciendo porque ahora tenemos instrumentos jurídicos de defensa contra cualquier tipo de agresión.

Aquí no se doblega nadie, indudablemente habrá sus cuantos contados con los dedos de una sola mano que siempre estarán deseando las peores cosas para nuestro país, pero para esos, que tienen derecho a todo, pero no a conspirar ni a subvertir el orden, lo que hay es un estado de derecho que te dice con muchísima claridad que la ley es la ley, que es para todos y que nadie está por encima de ella.

Pero saben qué es muy importante que la dignidad que como país tenemos para responder a las canalladas del imperio norteamericano son un ejemplo para un mundo, que así como nosotros, tiene una visión y un sueño, donde sus ideales están totalmente desvinculados con ese Estados Unidos que no es amigo ni aliado de nadie y que solo tiene en su barbarismo ser el pirata del planeta despojando a los pueblos que luchan por su libertad de sus riquezas las que hasta ahora han servido al imperio para ufanarse de ser la primera potencia económica del mundo y que por efecto de sus propios crímenes comienza a desmoronarse porque en pedazos porque su propia industria armamentista se hartó el tesoro que nunca fue de ellos.

Estados Unidos te masca, no te traga y después de escupe como el bagazo. Hoy por hoy tenemos un contexto internacional que realmente es un cuadro dantesco y es que el emperador de la Casa Blanca, viejo, ya senil de Joe Biden, bueno en realidad el no, si no sabe ni como se llama, entotorotaron a un comediante a lanzarse contra Rusia y cuando esta respondió entonces el yanqui puso a atacar en su nombre a sus perros de pelea de la OTAN que ensimismados en su servilismo llevaron a la quiebra sus economías y para nada porque el gran Oso, Vladimir Putín, repitió la victoria sobre la guerra napoleónica y también la de la segunda guerra mundial, con la diferencia que ahora venció sembrando la semilla de un mundo multipolar.

La verdad verdadera es que ahora Europa es una caricatura ridícula de lo que en algún momento pretendió ser porque ni toda junta, manejada desde Washington por su titiritero, es capaz de hacerle cosquillas a una Rusia que ya es vencedora de Ucrania y que está agenciando para ella alianzas que nacen y construyen no del interés por el espacio vital sino por el derecho de la humanidad a vivir en paz.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.

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