Detalles del momento: La democracia norteamericana
Por: Moisés Absalón Pastora.
Viví en Miami, por tres años y medio, en tanto Radio Liberación, que era la voz oficial de la resistencia nicaragüense, transmitía desde sus estudios en la Plaza Virginia, de la calle 36 Nort West, donde estaba el mando superior de la contra. Eran aquellos tiempos que nos envolvió a todos en una guerra loca que fue producto de factores combinados que pudieron ser tratados desde su inicio con conversaciones que la evitaran porque cuando afloraron entonces el momento francamente fue muy tarde porque ya nos habíamos hecho mucho daño y digo guerra loca y absurda no solo porque nunca debió haberse peleado sino porque los nicaragüenses fuimos solo usados como peones de las grandes potencias que como Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, en esa coyuntura, nos usaron como piezas en el tablero de su ajedrez geopolítico porque siempre nuestra posición geográfica despierta apetitos.
Por esa misma situación ni el ejército sandinista venció a la contra ni la contra venció al ejército sandinista. Simplemente nos matamos, destruimos el país y al final nos negociaron para que, sin pena ni gloria en 10 años de nuestras vidas, en una década oscura para todos, hiciéramos retroceder al país en más de medio siglo y aún no nos recuperamos de esa tragedia que esperamos nunca vuelva, hablo claro de lo permanente que está en las mentes de los que fuimos de una y otra forma testigos y actores de aquella sangrienta guerra.
Aquel conflicto Este-Oeste representó un par de elefantes aplastando a las hormiguitas personificadas por nosotros a los que nos daban armas por montón y de gratis porque el interés de Washington era defender lo que consideraba su territorio sin nunca siquiera haberlo merecido y el interés de aquel Kremlin era introducirse en él después de su primer intento con cuba en los 60s cuando se generó la crisis de los misiles.
Los Estados Unidos charchaliaban entonces porque los desvencijados tanques Sherman que habían dado a Somoza eran sustituidos por los T-55 que eran los símbolos del poder soviético y los aviones T-33 de la fuerza aérea de la guardia nacional eran cambiados por los poderosos MI-17 y MI24 que eran los tanques voladores de los camaradas regentes de la Europa oriental y puestos en manos de un ejército sandinista que junto a las milicias tenía sobre las armas a más de 200 mil hombres que junto al pueblo vivían estresados con una invasión que siempre estuvo en la agenda de la ejecución operativa del “situation room” o cuarto de mando de la Casa Blanca, idea que prevalece, pero que si no pudieron antes, menos que puedan hoy.
45 años después de aquel conflicto, la Unión Soviética no existe y desapareció junto con cortina de hierro que controlaba en la denominada Europa Oriental y 45 años después los norteamericanos tampoco tienen el control que les concedió Violeta Barrios de Chamorro, que les fue incierto con Arnoldo Alemán y que les concedió con un cheque en blanco un Enrique Bolaños que resultó ser el clon mejorado de Adolfo Díaz.
45 años después la Rusia que recuperó su lugar en el mapa después del fracaso de la Unión Soviética hoy nos asiste con laboratorios criminalísticos y de desarrollo científico para la producción de vacunas, nos dona auto buses que renovaron parte del parque vehicular de servicio colectivo público, carros ladas para taxis, tractores para el agro, trigo, becas y otros aspectos que contribuyen a nuestro desarrollo y 45 años después Estados Unidos, que ciertamente es nuestro mayor socio comercial, hasta ahora, porque nos compra productos que acá cosechamos, producimos y exportamos, aunque sea a cuenta gotas, lo que es diferente del Tratado de Libre Comercio que tenemos con China, no ha perdido la costumbre de querer estamparnos el fierro del águila imperial y de amenazarnos sino nos sujetamos a su agenda política, sino caminamos como ellos lo hacen porque se imaginaron que ellos son el modelo perfecto, aunque indudablemente sí lo sean como exterminadores de la humanidad.
Para sus efectos los Estados Unidos de Norteamérica, un país indiscutiblemente poderoso, con el más grande ejército del planeta, con las armas más devastadoras conocidas por la humanidad, con una actitud de personificarse como la policía y gran regente del mundo, nos invita con un mazo por la espalda, que le pusieron sus sirvientas nacionales en Nicaragua, a que emulemos su paradigmática democracia o de lo contrario nos doblaran el brazo por la vía del hambre y el descarrilamiento económico aunque ello represente la quiebra total, por supuesto según ellos, para un país que unido lucha para salir de la miseria y la pobreza, que, políticas como las del gran garrote nos han impuesto históricamente.
Estados Unidos ha pretendido ser a lo largo de su historia un país de extraordinarios dotes morales y de una democracia bicentenaria intachable y perfecta que según Washington el resto de naciones bajo su égida de influencia también deberían asumir como para ensayar que son parte de su protectorado y a cambio recibir limosnas o migajas que al final no son ni representan nada para naciones que como la nuestra han sido abusadas y saqueadas por sus filibusteros.
Hoy Estados Unidos no es el Dómino de América Latina como en otros tiempos. Hoy los Estados Unidos sufre lo que su imperio llevó a otras naciones con el cuento de la liberación de los pueblos cuando en realidad muchas de sus operaciones fueron caza fortunas y para colmo donde se metieron a “solucionar problemas” las cosas terminaron peor de cómo se encontraban.
Para Estados Unidos son democráticos aquellos que se arrastran a sus pies; los que permiten que sus naciones sean asaltadas por el departamento del tesoro del imperio; los que obedecen tan ciegamente a sus instrucciones que no les importa para nada el bocado de pan que le arrebatan a sus pueblos para dárselo al gringo o al yanqui y menos la vida indigente en la que terminan sus ciudadanos cuando además de hambre no tienen trabajo, ni educación ni salud porque con eso, según el catecismo del capitalismo salvaje no prospera una nación.
La historia de Estados Unidos está escrita con la sangre de los asesinados por la mano de su propio imperio. Desde hace 70 años la Casa Blanca y sus inquilinos vienen asaltado naciones en América Latina repitiendo hasta nuestros días golpes de estado e instalando en el poder, tras derrocar a los electos popularmente a lacayos nacionales que por el interés del mando, no tienen escrúpulos de ninguna naturaleza para actuar como lo hacen y para no irnos tan largo ahí está Rodrigo Chávez en Costa Rica; José Ramón Mulino en Panamá; Gustavo Petro en Colombia; Lula Da Silva en Brasil; Luis Lacalle Pou en Uruguay; Santiago Peña de Paraguay; Javier Milei, “El Taraila” de Argentina; Gabriel Boric en Chile y todos ellos juntos, sí llegaron al poder por elecciones, pero ninguno de ellos representan a sus pueblos porque todos esos, a cambio de mantenerse donde están, le quitaron a sus electores lo que en campaña ofrecieron para darlo a quien los tiene en un poder que es para las élites empresariales y castrenses en cada uno de sus países donde las decisiones las toma la embajada americana.
Cada uno de esos monigotes que he mencionado, perritos falderos de la Casa Blanca, no gobiernan para adentro de sus países porque no los autorizaron para eso, sino que ladran para afuera contra países como Cuba, Venezuela y Nicaragua que viven en la mira de cada misil de agresión que se dispara desde Washington o de sus bases en Latinoamérica para tratar de doblegar a los que simplemente no pensamos como ellos.
Qué triste papelón el de estos arrastrados sirvientes del imperio en américa latina que creen que hablando y diciendo estupideces contra los que no pensamos como ellos ya esto les granjea la simpatía de sus propios pueblos y es que son tan ignorantes, a mí me lo han expresado latinos de diversas nacionalidades, que ellos envidian lo que los nicaragüenses gozamos y disfrutamos del proceso político, económico y social del que somos parte. Esa democracia norteamericana yo en lo particular ni la envidio ni la deseo para mi país. Yo quiero para Nicaragua una democracia esculpida por nuestras manos y con las características de nuestra propia nacionalidad.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.