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  • 17 diciembre, 2024

Detalles del momento: “La religión y el cristianismo”


Por: Moisés Absalón Pastora. 

Después de más de dos milenios que el Hijo de Dios asumió la imagen del hombre para cargar sobre sus hombros el tonelaje de todos nuestros pecados y paso por el mundo por el cual se dispuso a vivir y experimentar sin tener porque los peores dolores y tormentos que jamás alguien haya sufrido, se sigue matando a nombre de la religión por la cual se han hecho “Guerras Santas” y se continúa en el medio oriente y otras partes del mundo asesinando con bombas la inocencia humana.

La religión es el abrigo institucional de nuestra avidez espiritual. Así nos han querido imponer desde las muchísimas denominaciones a través de las cuales nos congregamos y que nos representan un menú amplio que además tiene derivados de derivados que definen que la división es un contaminante demasiado visible en eso que conocemos como religión.

La religión es la puerta creada por el hombre   para que quienes siendo parte de ella se introduzcan a una idealización divina con un rector invisible que los creyentes sabemos existe, pero no vemos y que desde la Fe nos invita a tener una visión del mundo que se vive desde el alma espiritual de cada ser humano.

Cada religión cree que el mundo y la humanidad son el resultado de una fuerza o de un ser superior. Las religiones monoteístas creen en un solo Dios, considerado por unanimidad como el Padre, el Concejero y Preservador del mundo. Existen también las religiones politeístas que creen en más de una deidad, pero con un Dios responsable de la creación y entre los que creemos en un solo Dios o los que creen en muchos a la vez es un tema de nunca acabar entre los religiosos, que son profesionales de la Fe y los seguidores de estos que muchas veces llegan a creer que los sacerdotes católicos, los pastores evangélicos, los rabinos judíos, el Imán musulmán o el Monge Budista tienen incluso algo de santos o divinos.

El factor común entre todas las religiones sin embargo es la profunda separación del mundo material que habitamos del mundo espiritual que vive en el alma de la conciencia de cada ser humano, al menos del que cree en una existencia que está “más allá” de nuestra comprensión pero que nos conduce a la realización de una vida con propósito.

Cada una de estas religiones tiene como guías a profesionales de la fe a sacerdotes, pastores, imanes, rabinos, monjes etc., que se prepararon teológicamente para convencernos a través de la palabra del propósito de la salvación y lo hacen desde la Biblia los católicos y los evangélicos, el Corán los musulmanes, la Torá los judíos o el Tipitaka para los Budistas, entre otros medios de consulta espiritual de las diferentes religiones.

Estos profesionales de la fe que suponen una vocación especial se inician en el camino de Dios sin duda con un propósito profundo de interpretación para conducirnos desde el púlpito a la palabra que nos revela Dios desde sus paradigmas espirituales para que nosotros hombres y mujeres del mundo seamos temerosos de la ley divina

En Nicaragua las religiones que predominan son la católica, aun mayoritaria por un pelo y la Evangélica que con una fuerza tremenda está creciendo a través de la conversión de los católicos y eso preocupa a la jerarquía obediente al Vaticano, pero al margen de quien sea más y quien sea menos, los católicos y los evangélicos son las religiones predominantes en el país constituyéndose, cada quien en sus ritos o estilos, en imperios formados al final por hombres que son un poder económico y que influyen desde la defensa de sus intereses en múltiples cosas.

La religión es la férrea convicción para andar sobre la ruta espiritual que en la gran mayoría de los casos la conocemos porque nos la marcaron nuestros padres desde la infancia, pero es hasta que crecemos y tomamos conciencia real de lo que dicta nuestro corazón, que empezamos a discernir y por eso mismo yo veo y lo afirmo categórica e irreversiblemente, que la imagen de nuestros obispos ya no es la de la unidad eclesial porque entre ellos existieron quienes utilizaron los púlpitos como tribuna política y no niego que tengan derecho a pensar como quieran y a preocuparse por las cosas que crean están mal, pero el problema es que dejaron de decir las cosas con amor, hablaron con resentimiento y algunos asumieron roles que afectaron la imagen que un día tuvieron y hasta se apartaron de aquellos que equivocados o acertadamente no pensamos como ellos y mientras eso pasa la iglesia evangélica les tomó la delantera criticando lo que está mal con amor y celebrando valientemente lo que está bien porque la intolerancia solo quiere permitirte ver lo negro y no lo blanco.

Por asuntos de religión mueren inocentes atrozmente asesinados en las tierras donde el hijo de Dios nos mostró el camino para dar vida, luz y esperanza. Pero es curioso que en aquellos tiempos cuando Cristo hizo la obra del Padre las religiones ya habían sido inventadas por los hombres y fueron religiosos quienes lo crucificaron.

Jesús de Nazaret ordenó a Pedro levantar su iglesia, pero no le habló de religiones y fue así que nos nació el cristianismo por el que los hombres fueron perseguidos de la misma manera que siguen siendo perseguidos por quienes matan hoy a nombre de la guerra santa y vean ustedes que barbaridad, como está Palestina, dónde nace el Hijo de Dios, ahora que nos encontramos en un contexto donde conmemoramos y celebramos la Navidad, está siendo sacudida por el sionismo de quienes hace más de dos mil años crucificaron al Mesías.

Ahora hay religiones que para proclamar su fe imponen prácticas raras como permitir la esclavitud como pasa con las mujeres en el medio oriente o en el extremo muy conveniente de tener a la vez varias de ellas o las que se puedan mantener como en otras sectas de origen anglosajón.

Un escándalo que hace unos años estremeció al catolicismo fue el del Padre Alberto Cutie que mintió a muchos porque desde la televisión, donde explotaba su perfil, hablaba de tantos temas y valores, que nunca pasó por la mente de sus seguidores contra qué estrellaría su vocación. Ahora se cambió a otra religión que le permitió normalizar sus apetitos carnales, sin embargo y lo que es más cierto es que el padrecito Cutie sabía a qué se metió al aceptar el celibato en su ordenación. El aceptó los reglamentos y tomó los hábitos para respetarlos y defraudó al mundo católico y se sumó a otros que siendo menos públicos repiten lo mismo, aunque aquí lo fundamental fue contravenir las reglas, aunque a mí en lo personal me parece que eso del celibato está demás y es un tema que más adelante podré abordar.

Quiero decir con todo esto que no son las religiones las que salvan y no son las iglesias las que nos hacen más cristianos. Está bien ir a las iglesias y congregarse para escuchar la interpretación de la palabra y que cada quien en su religión tenga un medio para acercarse más a Dios, pero creo, que lo que va a contar a la hora de la verdad, cuando tengamos que rendir cuentas de lo que hicimos para tratar de alcanzar la eternidad es otra cosa.

Nuestro paso por este mundo corrupto y lleno de tentaciones que nos representa el infierno mismo no es absolutamente nada en términos de tiempo a lo que nos espera cuando nos vayamos y cuando eso suceda lo que realmente valdrá es como nos comportamos aquí y que obras hicimos por todo aquel necesitado que Dios nos envió para ayudarle.

El amor al Hijo de Dios que entregó por nosotros su vida, murió para vencer a la muerte y resucitó para nuestra salvación no es tanto un asunto de púlpitos, de sacerdotes y pastores sino de la iglesia que cada uno de nosotros como seres humanos representamos.

Está bien que los profesionales de la fe nos interpreten la palabra de Dios, pero está mal, pésimamente mal, cuando a nombre del Creador del universo, quieran que aceptemos como propia la visión política que del mundo tienen algunos obispos que aquí en Nicaragua santifican no solo el odio, la muerte y el crimen, sino que además han sido consentidores y hechores de la deshumanización que vivimos hace unos años atrás. Por esa situación que aquí nunca más se repetirá los nicaragüenses somos más cristianos que católicos y no hablo de ser más evangélicos, sino de asumir nuestra Fe en el Señor Jesucristo.

Somos los que creemos que, por la gracia de Dios, el Padre y de Su Hijo, Jesús de Nazaret, nos arrepentimos ciertos de que esa es la puerta para tener una vida con propósito que se traduce en servir a los demás, en hacer por los demás, en creer que venimos a compartir y a distribuir una esperanza para todos y que eso es lo que nos hace personas, gentes, ciudadanos.

Meditemos sobre esto porque es importante tener en cuenta que la religión y el cristianismo, la iglesia como edificio y la iglesia como cuerpo humano son cosas totalmente diferentes y que más significativo aun es que las religiones no salvan a nadie lo que nos salva es nuestra intimidad con Dios y con ese precioso ser que en la noche buena será el cumpleañero casi universal y que toda su bondad nos representa la Natividad que insisto es la mejor temporada del año para reflexionar sobre nuestras verdaderas acciones.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA

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