Detalles del Momento: Luis Almagro al banquillo
Moisés Absalón Pastora
El Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) anunció hace unos pocos meses atrás haber autorizado una solicitud emitida por el secretario General, Luis Almagro, para que se inicie una investigación sobre acusaciones en su contra, que él rechaza por supuesto, pero fue tanta la presión para que se hiciera efectiva que se vio en la sin remedio y dio luz verde para que comenzara.
La supuesta investigación, la que ya debería haber algún contenido estaría siendo realizada por una empresa externa que responde a una denuncia anónima que señala que el bufón de Luis Almagro habría violado las normas éticas de la OEA al mantener una relación sentimental con una empleada de la Organización. Eso me recuerda al caso del presidente Bill Clinton que terminó diciendo para amortiguar el escándalo que se trataba solo de actos indebidos.
En su momento Almagro se refirió al asunto en el pleno del Consejo Permanente, confirmando que sí mantuvo una relación íntima por tres años con una persona de su entorno laboral y que ha hecho todo lo necesario para que se desarrolle una investigación transparente.
Él sostiene, como el delincuente que agarran con las manos en la masa, pero que denuncia haber sido encarcelado por puro aire, que no ha violado el código de ética de la OEA y en octubre pasado el aún flamante secretario general de la OEA ya había adelantado que estaba facilitando toda la información necesaria sobre este señalamiento que obedece en gran parte a que el Congreso de los Estados Unidos, en cuerda separada como dicen los abogados, también lo investiga por haber sido parte del Golpe de Estado en Bolivia aunque esta última especie sea como de Pilatos, como para lavarse ellos, los Estados Unidos las garras, porque fueron estos los que en realidad lo tramaron dejando a Almagro su ejecución, ejecución que de paso paredoneo más a la O.E.A que a la democracia Boliviana que se volvió a recuperar.
Por supuesto que el caso es interesante porque demuestra una vez más que el imperio, siempre lo hemos dicho, no tiene amigos solo intereses y hoy viene por los restos de un payaso que indudablemente se va a ir en cualquier momento, pero dejando en un estado agónico a una O.E.A que ya está sin Cuba, sin Venezuela, sin Nicaragua, sin el Salvador y a lo mejor cercanamente sin Bolivia, sin Perú y sin Brasil.
Hay quienes llaman al Secretario General de la O.E.A Judas, pero esto me parece una monumental injusticia contra quien después de treinta monedas, una cena y un beso vendió al Mesías y lo digo porque al final Judas tuvo la disposición de ahorcarse luego de realizar lo que hizo pero, Luis Almagro no ha tenido ni la mínima decencia de renunciar ni de pedir perdón por los crímenes y la alta traición que ha consumado contra América Latina, la indígena, a la que desgraciadamente aún no termina de asesinar porque quien duda que está detrás de lo que vive hoy Perú y de la inhibición que le aplicaron a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
Luis Almagro es un rollo de alambre de púas parido accidentalmente en nuestro continente por una noble señora, sin duda alguna, que si aún vive debe llorar desconsoladamente por el monstruo en que se convirtió quien de verdad es el Joker del mundo real y aún, más anarquista, que él inventado por Hollywood que solo en película subleva a la corrompida sociedad estadounidense y que se queda enano frente al flamante Secretario General de la O.E.A que se lanzó contra nuestras democracias para destruirlas a cambio de servir al interés maligno y perverso de la cada vez más odiada política norteamericana.
Soy apenas uno en cienes de millones de Latino Americanos que le quieren escupir la cara a Luis Almagro porque lo que este individuo nos hizo no tiene más nombre que el de un pinche y miserable traidor que se confabuló con el depredador de nuestros tesoros y recursos naturales y con el enemigo más brutal de los pueblos que con nuestras propias manos y nuestro propio corazón y pensamiento deseamos construir el futuro más ideal para nuestras propias conveniencias con libertad, con orden, con paz y justicia.
Al payaso anarquista de Luis Almagro le llueve fuego y créanme que me encanta ser una de esas tantas llamas que lo calcinan porque este tipo solo tragedia nos ha causado y Nicaragua como parte de una américa latina le reclama lo que él junto a un reducido grupo de miserias humanas nos hicieron porque el imperio al que sirve este accidente demográfico opera de la misma manera en todas partes, a través de reductos, de enanos mentales, que hacen no lo que sus conciencias les dicte, -cómo si no tienen- sino por lo que el dólar les ordena y si para tenerlo en mano les es necesario matar a sus propias madres entonces lo hacen sin estupor, sin malicia, sin asco, porque su interés incluso va más allá de lo mercenario porque se sienten realizados al saberse como lame botas u operadores del imperio.
A mí me molesta que Luis Almagro esté siendo investigado por tocón porque le aplican, como en línea paralela, una justicia como la que trató a Alphonse Gabriel Capone, el mafioso de Brooklyn, al que apresaron por evasor de impuestos y no por criminal y lo mismo hacen con Almagro quien debería ser investigado por genocida de los pueblos de América Latina.
Luis Almagro nos debe la renuncia, pero ya. Desde el nicho en que lo colocó el imperio como Secretario General de la O.E.A su actuar ha sido tal que bien merece, como ya lo anunció una de sus más grandes víctimas, el ex presidente Evo Morales ser llevado a la Corte Internacional de Justicia de la Haya porque el bufón fue la cabeza estratégica de una conflagración internacional que hace dos años propició un golpe de estado contra Bolivia que solo recuperó su democracia con un contra golpe, con el voto de su pueblo indígena, no con fusiles, no con gorilas.
Luis Almagro como embajador de Estados Unidos en la O.E.A indudablemente está en la palestra pública. A partir del contra golpe con votos con los que Bolivia respondió al fascismo para recuperar su democracia quedó plenamente demostrado que jamás Evo Morales había sido reelecto por un fraude electoral y que el organismo hemisférico, absorbido política y territorialmente por Estados Unidos, descaradamente se prestó a traerse al suelo la revolución plurinacional que puso a su nación un nombre inspirado en el libertador Simón Bolívar.
Almagro en su propia cara escuchó de México la demanda inmediata de su renuncia; Almagro ya escucho la voz del Grupo de Puebla para que se vaya; Almagro sabe que aquí en Nicaragua estamos deseosos que pague por sus culpas y por toda la canallada que sigue consumando contra nosotros, aunque ahora desde el atuendo de un payaso que nunca fue capaz de generar risas y que hoy solo lástima genera porque al final es el sentimiento que aflora, incluso para aquellos que merecen la pena de muerte y lo digo porque este es un asesino serial colectivo que no termina de cargar con la vida de los hondureños, brasileños, venezolanos, argentinos, cubanos, peruanos, brasileños, nicaragüenses y otros países que fueron severamente golpeados por esas garras que abrieron heridas y que dejaron marcas que nos quedaran visibles para el resto de nuestros días. Las muertes que por acción u omisión del tristemente célebre Luis Almagro se cuentan, son miles de miles en los pueblos que deseamos construir con nuestros condimentos y particularidades la democracia moldeada por nuestras propias manos y en consecuencia eso lo convierte no en viejo rabo verde, sino en genocida.
Hablo de cifras de escándalo que pasan igualmente por la destrucción económica que nos causó y el irreversible daño moral que se constituye en pesadillas de todos los días y eso convierte al hasta hoy Secretario General de la O.E.A en el primer violador de los derechos humanos, no de nuestros países, sino de un hemisferio, de un continente, que no lo dejará vivir en paz porque tierra que pise será pueblo que lo escupa y expulse y junto a él a todos esos gobiernos que van de salida y que fueron parte de la tinta escarlata que ha escrito este trecho oscuro, siniestro y luctuoso que nos ha tocado vivir a naciones que no hay duda somos totalmente diferentes al jefe imperial que rige la vida de este vulgar y ordinario traidor.
Debo testimoniar que antes las sesiones de la Organización de Estados Americanos me quitaban el sueño cuando sabía que en agenda estaría el caso de Nicaragua porque el show se convirtió en un acoso permanente y sostenido, pero en la medida que estos linchamientos fueron descubriendo su verdadero interés y los comparaba con la realidad que testifico de mí país, aquello terminó en rayos que me resbalaron, que dejaron de asustar, simplemente porque fue una vulgaridad dantesca convertida en una injerencia invasiva alejada de todo respeto.
A parte de que la OEA es ahora una alcoba, que sirve a los alucinantes amoríos de Luis Almagro, vale recordar parte de los estragos que a nombre de la democracia nos hizo este instrumento de los odios imperiales en la década de los 60s y 70s avalados por ella para imponer la criminal modalidad de los golpes de estado por la vía de militares gorilas y esas no son palabras, es la historia escrita con la sangre derramada de nuestros pueblos:
El 24 de noviembre de 1948 fue depuesto en Venezuela el entonces presidente Rómulo Gallegos, tras 9 meses en el poder, ocupando su lugar una Junta Militar de Gobierno.
En mayo de 1954, el general Alfredo Stroessner encabezó un golpe de Estado en Paraguay contra el presidente Federico Chaves, del Partido Colorado.
En junio de 1954 se concretó el golpe de Estado contra el presidente guatemalteco Jacobo Árbenz. Documentos desclasificados por EE.UU. en la década de los 90s y colgados en la página de la Oficina del Historiador del Departamento de Estado, revelaron que el golpe fue organizado por la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA).
En septiembre de 1963, el entonces presidente democrático de República Dominicana, Juan Bosch, fue derrocado siete meses después de haber asumido el poder.
El 31 de marzo de 1964 Brasil fue escenario de un golpe de Estado perpetrado por oficiales militares contra el presidente João Goulart, inaugurando un periodo de 21 años de dictadura.
En junio de 1966 fue derrocado el mandatario Arturo Illia, en un golpe perpetrado por su antiguo jefe del Ejército Juan Carlos Onganía.
En 1976 en Argentina se produce otro golpe, esta vez contra la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón.
El 21 de agosto de 1971, el militar Hugo Banzer Suárez encabezó el golpe de Estado contra el también militar Juan José Torres, quien es recordado como un nacionalista y revolucionario boliviano.
Documentos desclasificados entregados al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile y publicados por el Archivo de Seguridad Nacional revelaron que EE.UU. intervino en la desestabilización del Gobierno de Salvador Allende y en su derrocamiento en septiembre de 1973, y que colaboró con la posterior dictadura militar que encabezó Augusto Pinochet.
El 15 de octubre de 1979 fue derrocado el mandatario salvadoreño, Carlos Humberto Romero, en un golpe de Estado encabezado por jóvenes militares. Este episodio generó una posterior guerra civil que se prolongó durante 12 años y dejó un saldo de al menos 70.000 muertos y otros miles de desaparecidos.
El 20 de diciembre de 1989 más de 20.000 soldados de EE.UU. entraron por tierra, mar y aire a Panamá, en una operación que se denominó ‘Causa Justa’ y que tenía por objetivo capturar a Manuel Antonio Noriega, último militar en dirigir la dictadura que se había instaurado en el país desde 1968.
El 5 de abril de 1992, el entonces presidente de Perú, Alberto Fujimori, realiza un “autogolpe” de Estado en su país, con el respaldo de las Fuerzas Armadas. el mandatario disolvió al Congreso y encarceló a todos los miembros de la Suprema Corte de Justicia.
El 29 de febrero de 2004, el presidente de Haití, Jean-Bertrand Aristide, fue obligado a abandonar su país.
En junio de 2009 se perpetró otro golpe de Estado, esta vez en Honduras, contra el presidente Manuel Zelaya.
Y después de toda esta barbaridad, donde la tal O.E.A no vio, no escuchó, no dijo nada, vino el golpe contra Hugo Chávez en Venezuela, los golpes sucesivos en contra de Lula y Rousseff en Brasil, el fallido golpe de estado en Nicaragua en el 2018, hace dos año en Bolivia con Evo Morales, lo que acaban de consumar en Perú, lo que nuevamente hacen con Lula y así se la quieren montar en México a Andres Manuel López Obrador y en Colombia a Gustavo Petro y seguramente esto continuara cada vez y cuando surja un gobierno con una visión política y social diferente a la del capitalismo salvaje de los emperadores en la Casa Blanca y sus lacayos lamebotas.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.
