Detalles del Momento: No las debo, no las temo
Por | Moisés Absalón Pastora
Los refranes o dichos populares, aparentemente cargados de un folklore mordaz, que supuestamente los hace ser poco serios, contienen en realidad una carga grande de verdad y de sabiduría que termina pintando radiográficamente una situación o a un personaje por lo que es o por lo que hace de manera que basta una sola frase para que entendamos con unas cuantas letras lo que muchas veces quiere decir un discurso.
Hago a continuación un ejercicio interpretativo de algunos refranes:
“AUNQUE LA MONA SE VISTA DE SEDA, MONA SE QUEDA”:
Quiere decir que cada uno es como es, y no se puede ocultar o cambiar con mejoras meramente externas. Puedes disfrazarte de mil formas y nunca ocultarás lo que verdaderamente eres.
“NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER”:
Resulta inútil tratar de convencer a alguien de que vea lo que no quiere ver. No importa qué tan buena vista tenga o qué tan grande sean sus ojos para contemplar la impactante altura del Monte Everest, aun teniéndolo en sus narices, porque si no lo quiere ver simplemente no lo verá, como tampoco escuchará aquel que no quiere oír.
“NO HAY PEOR CUÑA QUE LA DEL MISMO PALO”:
Esto claramente alude a quienes, teniendo un mismo origen, una misma ascendencia o viniendo del mismo círculo o familia se convierten en nuestros peores rivales, contendores o enemigos. En nuestro caso algunos individuos que nacidos equivocadamente aquí se lanzan contra nuestra nicaraguanidad para coludirse con quien nos hace daño.
“CONOZCO EL SEBO DE MI GANADO”:
Es cuando sabemos lo que tenemos y nadie nos va a venir a contar un cuento sobre lo que verdaderamente sabemos de individuos que tienen un comportamiento público que los hacmuchas veces tan predecibles que nos permite deducir sus reacciones sobre todo cuando andan por malos caminos.
“TE CONOZCO MOSCO”:
Me puedes decir cualquier cosa, pero te equivocas porque te conozco y sé cómo eres y esto vale fundamentalmente para los que se quieren pintar de angelitos y en realidad son murcielaguitos que quieren ser vistos como santas palomas.
Los anteriores son solo un ejemplo del refranero popular nicaragüense que retrata de pie a cabeza a personas o circunstancias de las que derivan situaciones que terminan en la palestra pública y que por precisarlas en los diferentes contextos pintamos con algún dicho, que, como la imagen, vale más que mil palabras.
Hoy por hoy sectores interesados en permear la confianza que el nicaragüense confiere al proceso electoral buscan ambientar atmósferas en las cuales se victimizan porque saben que ya no pueden como antes lanzarse contra la estabilidad que hoy nuevamente goza el país, poniéndose ellos como santas palomas y a nosotros, los que estamos de este lado de la historia, como las escopetas que les disparan.
Estos angelitos, en realidad zopilotes come muertos, se deprimen cuando ponemos en su lugar a los agentes extranjeros obligándolos a respetar nuestra soberanía, pierden el sueño cuando le cortamos las alas al libertinaje desenfrenado que se expresa a través de las noticias falsas y por supuesto se retuercen aterrorizados porque aquí los crímenes atroces hoy tienen cárcel perpetua para quien se les ocurra cometerlos.
Mucha carga negativa, como si se tratase de algún veneno, antes era lanzada sobre la sociedad nicaragüense con una impunidad que realmente era ofensiva porque los que lo hacían se pavoneaban, nos enrostraban su mal actuar, y con lenguajes corporales casi nos decían y qué, sin que nosotros, a los que nos han querido ver como escopetas tuviéramos un instrumento jurídico para castigar el delito.
Traigo esto de los refranes a la línea editorial porque hablando con alguien que participó en los hechos trágicos desprendidos de 2018 y que fue un tranquero de marca mayor me decía uno de estos días que “NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA” y que todo aquello, que lo atrapó a él en la inmensa manipulación que el imperio tejió desde afuera sirvió más bien para despertar a la gente que había sido engada y que tiempo después se plantea cómo estuviera Nicaragua hoy si el terrorismo no hubiera desatado sus demonios.
Precisamente para que eso no vuelva a suceder, como existe en otros países aquí legislamos en función de la seguridad nacional, de la estabilidad y de paz porque sin esos tres factores estaremos siempre manos arriba y el terrorismo invasor, interventor, mediático, religioso y políticos será una amenaza que hoy menos mal tiene que pensar muy bien lo que quiera hacer, porque aquí habitamos un país que tiene leyes, no para que se violen sino para que se respeten.
Hay un refrán muy categórico para graficar lo que significa la culpa y la inocencia y qué lugar tiene esto en el actuar y comportamiento del individuo y es aquel que reza; “EL QUE NO LAS DEBE NO LAS TEME”.
En principio está máxima lo que exalta del individuo es su conciencia limpia, la que te permite abrazar a una almohada y dormir plenamente como niño sin que te delaten las ojeras del hipócrita y el mentiroso, porque hay, quienes teniendo grandes pesadillas y pecados, se revuelcan en la cama y amanecen al día siguiente tragándose un erizo o un lagarto para decirte que todo les va bien, que no les pasa nada, cuando en realidad están habitando un verdadero infierno.
La vida es una tierra sobre la que sembramos y si en ella yo puse una semilla de amor seguramente andaré sobre los caminos de la nobleza que me representan confianza, seguridad, prosperidad y nunca temeré por algo porque entonces mi cosecha será gentil, pero si yo siembro odio cualquier fruto estará enfermo y enfermaré a todo lo que me rodea y en consecuencia me tendrán que aislar para aplicarme la medicina que corrija mi mal y que a veces es medicina tan amarga y dolorosa que termino temiendo por ella.
Por esas mismas razones hay otro dicho que es más sentencioso que aquel que dice “EL QUE NO LAS DEBE NO LAS TEME” y es el que reza que “EL QUE MAL ANDA MAL ACABA”.
Si yo no he cometido ningún delito, si yo me siento libre de culpas, si no agredí, ofendí, difamé, calumnie, maté, robé, violé, entonces a mí que me registren y me acusen porque sabré demostrar mi inocencia, porque no es lo que dicen que soy, es lo que soy, ante Dios, ante mi familia, ante la sociedad, ante el entorno en el que me desenvuelvo, pero si soy todo lo que dicen y efectivamente soy un delincuente consumado, un peligro para el país, una amenaza para la nación entonces sí es comprensible una reacción como la que ahora tienen aquellos que pegan el grito al cielo porque tenemos leyes vigentes que no las inventamos nosotros, que no las descubrimos como si se tratase de agua helada o la rueda y que existen en Estados Unidos, en Latinoamérica y en Europa y en definitiva somos de los últimos en aplicar lo que bien vale una crítica por no haberse hecho antes porque nos hubiesen ahorrado muchos crímenes originados en el odio.
Ante la decisión fiscal de cobrar a quienes no pagan impuestos han pegado el brinco al cielo no los empresarios, que saben cuáles son sus responsabilidades y obligaciones sino los evasores que nos roban a todos; Ante la decisión de castigar las consecuencias desprendidas de las noticias falsas los que maldicen la ley no son periodistas, sino difamadores y calumniadores de la persona pública y privada; Ante la correcta iniciativa de tener una Ley de Agentes Extranjeros, los que reclaman ardidamente diciendo que los están reprimiendo no son las personas naturales y jurídicas que trabajan con capitales externos empleados transparente y legalmente para los propósitos establecidos en sus constituciones estatutarias, sino los mercenarios, los filibusteros, los vende patria, que reciben la plata del enemigo del país para hacerle daño a Nicaragua y a los que hay que dejarles claro, que este no es un asunto de represión política contra nadie sino de la aplicación de la justicia sobre un terrorismo a ultranza que erró viendo dundos y babosos en un país que simplemente les dice mansos pero no mensos.
Cuando el 7 de noviembre próximo, exactamente dentro de un mes, usted se encuentre ante la cita con la historia que representa decidir el destino del país piense en todas estas cosas. Cuando este en la urna, únicamente acompañado de su conciencia, piense que su decisión nos hará ir de lo bueno a lo mejor y que juntos con el poder de la razón vamos a salir adelante para derrotar las amenazas por muy altaneras que nos quieran lucir.
El pueblo en su inmensa sabiduría sabe de sus conveniencias y corresponde a quienes realmente le han servido y hoy por esa voluntad de servicio tenemos la mejor nación de todos nuestros tiempos y lograda por nicaragüenses empinados solo en el patriotismo y en la determinación de probar qué sí existen hombres y mujeres que pensando en el bien común y esmerándose por los demás pueden hacer posible que los sueños se hagan realidad y que dejen de ser solo promesas. Lo invito este 7 de noviembre a que demos juntos el salto de lo bueno a lo mejor, lo invito a tomar la autopista del futuro a la velocidad del progreso, del desarrollo y la prosperidad quhemos y seguiremos construyendo.
Vote por la paz, por la dignidad, por la soberanía, por la inclusión. Vote por la Alianza Unidad Nicaragua Triunfa en la casilla dos, la realidad transformadora y revolucionaria que nos hace auténticamente libres.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA