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  • 14 agosto, 2024

Detalles del Momento: “Nuestro Coloso de Rodas”


Por: Moisés Absalón Pastora.

Por muy optimistas que seamos nunca podremos decir que Nicaragua está en un lecho de rosas. Si el mundo tal como lo vivimos nos luce patas arriba, enredado en una madeja bélica, polarizado política e ideológicamente como parte de un proceso de recomposición en sus esferas de dominio globales y por supuesto deprimido económicamente por los olores a pólvora que se respiran y que disparan todo, entonces nuestro país, que es parte de la sociedad planetaria, no está al margen ni tampoco tiene inmunidad para no sentir los efectos que generan situaciones como esas.

Claro que padecemos, nos alcanza la onda expansiva de los conflictos entre poderosos porque nuestra característica económica es pequeña y esa es una realidad que vivimos por muchas razones, y que como siempre digo, obliga a reflexionar para innovar todos los días y corregir esa verdad monumental, aunque haya quienes no la acepten.

Seguimos siendo una economía pequeña, sí, pero proporcional y porcentualmente hablando, a pesar de la tragedia de 2018, de la sostenida agresión norteamericana que ya es demencial y criminal, de la pandemia, del ETA, el IOTA y de los idiotas, nuestro país creció a partir del 2007 hasta nuestros días más que cualquier otro en el continente americano.

Hay quienes no logran entender cómo lo estamos haciendo, cómo es que lo hemos logrado, tomando en cuenta que la mentira desde afuera ha hecho una campaña de lesa humanidad para pintarnos de malos, para partir el cráneo al mundo con un hacha sin filo y meter en la cabeza de cualquier ingenuo la descalificación, la calumnia y la difamación que han sido los ingredientes que desayuno, almuerzo y cena, tiene el menú imperial para envenenar a los demás contra nosotros y de eso por supuesto se hacen eco miserables e indigentes mercenarios de la politiquería mediática que, como excelentes sirvientes nacionales y al servicio de quienes nos agreden, reaccionan perturbados y en sus líneas editoriales visibilizan la frustración por no vernos quebrados económicamente.

¿Cómo comprender que países más grandes que el nuestro, que en su oportunidad ocuparon altos rangos en su desenvolvimiento económico hoy estén, repito, proporcional y porcentualmente debajo de nosotros?

Creo que encontrar la respuesta es un tema interesante porque amén de la existencia de muchos factores, uno fundamental es el tipo de líderes que gobiernan al mundo. Ahora hay presidentes que de pronto asumen las riendas en sus países, pero terminan dando la impresión de ser conejos que saltaron del sombrero de un mago porque a la luz de los hechos resultan ser más un producto mediático que faroles lumínicos con principios, valores de lucha, historial personal, empatía popular y sobre todo capacidad de conducción a través de liderazgos respaldados por organizaciones sólidas y bien definidas.

¿Tiene peso algo así? Por supuesto que sí. Uno debe conceder a la juventud la antorcha del relevo generacional, pero cuidado con eso, porque eso no significa dar a un chavalo la banda presidencial y decirle ahora te toca porque eres joven, no, nada que ver, porque ya se hizo y no funciona así.

Hoy existen muchas naciones gobernadas por chavalitos que se dieron a conocer no en las calles, las plazas, las barriadas o las calles, sino como Twitteros, como fecebookeros o en cualquier otra red social y son quienes te manejan y te dicen las cosas al saco y rajo, a como salgan, sin que importen los efectos colaterales y de la misma manera que lo hacen la propia vanidad de verse con poder los conduce, por el niño que llevan dentro, a ser manejables, maleables y fácilmente influenciables y eso representa gran parte de la peligrosa coyuntura que vive el mundo de hoy.

Hoy estos chavalos que gobiernan pasan, pero no se quedan, llegan para dejar peor las cosas malas que encontraron y se van y el desorden que encontraron lo revuelven más y lo dejan patas arriba o más enredado y pasa porque nunca fueron políticos, porque nunca tuvieron formación o historia que los empoderara con liderazgos compartidos sino que simplemente son ellos, no aceptan asesorías, son tan ingobernables, que al final tienen que irse porque a pesar de entrar con altas notas de aceptación en el camino se quedaron varados porque no supieron qué hacer.

Mi generación por lo que la historia destaca y por lo que podemos testificar conoce de grandes pensadores y gobernantes que dieron lustre a la política. No necesariamente compartimos con ellos la visión ideológica que tuvieron, eso es otra cosa, pero sí la huella que dejaron marcada para la posteridad de los tiempos como Julio Cesar, Simón Bolívar, Napoleón Bonaparte, George Washington, Mao Zedong, Vladimir Ilich Lenin, Winston Churchill, Nelson Mandela, Martin Luter king, Abrahán Lincoln, Mahatma Ghandhi, Augusto C. Sandino, Fidel Castro Ruz, Olof Palme y tantos y tantos otros que francamente nada que ver con la ligera chabacanada del presente. Traigo esto al tapete porque la edad, la experiencia, la historia, la capacidad, la madurez y el liderazgo marcan una gran diferencia cuando de gobernar un país se trata.

Muchas cosas hemos vivido en nuestro país a lo largo de nuestra historia que, por ser inconclusas, por no haberse tomado las decisiones que correspondían en el momento para solucionarlas se volvieron un lastre pesado y todo por el miedo al qué dirán.

No terminaría de mencionar cada episodio en ese sentido, pero debo decir que la Nicaragua de hoy, la que nosotros conocemos, sobre la que no nos pueden mentir, se debe a quien tenemos como presidente. Por mucho que le duela a quien le duela, porque mientras otros han ido “patrás” nosotros vamos “palante” con él.

Que Estados Unidos nos ha tirado a matar, que el imperio ha embobado a sus sirvientes peleles en el mundo para que también nos quieran destruir, que ya hasta el mismo Tío Sam se cansó de las sanciones, óigase agresiones que nos lanzan todos los días, que la OEA ni su Almugre pudieron, que los mercenarios mediáticos desde afuera ya no saben qué hacer para que les crean, sí, todo eso es una gran verdad, pero la más grande es que no estamos solos, se sigue creyendo en nosotros, nos respetan cada día más porque tenemos en Nicaragua a un Daniel Ortega que se le paró a los que nos quieren ver “patrás” y que llenó de furor nacionalista a los que queremos a Nicaragua “palante” y más ahora que estamos ciertos que aquí ni estamos solos y de que nada de lo que hacemos se debe a un capricho sino a nuestra dignidad.

Vean bien toda la cochinada mediática del imperio contra nosotros, toda la campaña lanzada desde algunos organismos internacionales, todas las posiciones políticas asumidas por los mercenarios mediáticos que ya sabemos quiénes son apuntaron siempre al lado débil de nuestro vivir, la economía, y nos bombardearon de tal manera que no solo pidieron que no nos asistieran financieramente sino que apretaron sus fauces contra aquellos que, como cabezas de instituciones financieras, siempre han reconocido nuestra capacidad gerencial, muy por encima de aquellos que egresaron de Yale, Harvard, Stanford, Oxford u otras del mismo calibre.

Ya sabemos lo que pasó en el 2018, que después vino la pandemia, que de seguido nos cayó el ETA y el IOTA y que las agresiones del imperio jamás se detuvieron y solo eso hubiese sido suficiente para que cualquier otro gobierno cayera, pero como eso no dio resultado entonces la estrategia cambió para ahogarnos financieramente y cuando demostramos que tenemos una gran capacidad de resiliencia y dignidad hubo quienes confiaron en nosotros porque vinieron a constatar nuestra verdad.

Se dieron cuenta que este era un país de leyes, de seguridad, de orden, de justicia, de paz, que estábamos dedicados a construir, a trabajar, a sembrar para producir la tierra, que estábamos de pie con la disposición de jamás dejarnos vencer y que decidimos por nosotros mismos abrirnos al mundo sin pedir permiso a nadie porque ir “palante” siempre fue y será nuestra decisión soberana, libre e independiente.

El Creador del universo que pone y quita Reyes es magnánimo. Nos dotó de una gran sabiduría y madurez para que juntos, en equipo, condujéramos este país sobre olas bravas y sacarlo adelante porque quien tomó el timón es un capitán con una experiencia tal que al final es la respuesta al cómo lo logramos y cómo lo hicimos.

Yo siempre digo de Augusto Calderon Sandino, nuestro General de Hombres Libres, que frente a la histórica amenaza que Estados Unidos es y sigue siendo para Nicaragua ha sido para nosotros nuestro monumental y gigantesco Coloso de Rodas que erguido y armado es nuestro más grande escudo de defensa.

El Coloso de Rodas es parte del patrimonio cultural e histórico de Grecia. Es un monumento estatuario que recorre la historia de la isla de Rodas. Todo en esta estatua, desde sus orígenes hasta su construcción, tiene una cálida historia que se resume, en una palabra: libertad.

La historia del Coloso de Rodas está estrechamente ligada a la de la isla de Rodas. De hecho, esta isla, la mayor del archipiélago del Dodecaneso, ocupaba una posición estratégica y un lugar importante en la economía local. Esto la convirtió en un blanco fácil. Conscientes de esta debilidad, los habitantes de Rodas construyeron una muralla de 15 km de longitud reforzada por un enorme foso.

Esta protección tan eficaz obligaba a cualquier atacante a rodear la ciudad para encontrar un camino. En menos de 30 años, la isla sufrió tres ataques muy violentos. El último de los ataques fue dirigido por Demetrios Poliorcetes, que sitió la ciudad con 40.000 soldados en el año 304 a.C. pero fue derrotado. Para celebrar la nueva victoria, los habitantes de la ciudad decidieron erigir la estatua conocida como el Coloso de Rodas en el puerto de su isla.

Exactamente eso ha sido Sandino para Nicaragua frente a la voracidad yanqui de odiarnos por la posición privilegiadamente geopolítica que ocupamos. Para nosotros el General de Hombres Libres es el Coloso de las Segovias que sigue venciendo, que sigue triunfando y que habiendo trasladado su bandolera y sombrero a Daniel Ortega nos conduce a la prosperidad y al desarrollo de una nación que ya es libre, soberana e independiente.

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.

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