Detalles del momento: “Perros que aúllan”
Por: Moisés Absalón Pastora.
Muy pocas veces vemos o escuchamos al presidente de la república, Daniel Ortega, ser contestatario contra aquellos que en vez de sangre tienen odio corriendo por sus venas y no hacerlo es indudablemente una actitud sabia porque considerando las múltiples ocupaciones que tiene, la complejidad de gobernar un país que vive permanentemente amenazado y en la mira del enemigo de la humanidad y en medio de todo administrar lo poco para mágicamente hacer tanto, es un esfuerzo tan titánico que no da espacio para ocuparse de lo insignificantes que son esos que ni muertos tendrán paz porque cuando el diablo venga por ellos y se los lleve al infierno aquí en el mundo de los buenos no habrá absolutamente nada edificante que decir de esos que comienzan a ser llamados por la tierra, que están muertos en vida, porque cada día que pasa agonizan predicando en un desierto donde rebota el eco de las maldiciones que solo ellos oyen.
Pues bien el pasado jueves en la entrega de las últimas cien unidades de buses que llegaron de país a transportistas que hoy se satisfacen de contar con un transporte público totalmente renovado, sin entrar en mucho detalle y en una sola frase tras presentar a la vicepresidenta Rosario Murillo se refirió a los que ladran, a esos “perros que aúllan” intoxicados en sus fracasos porque la funcionaria todos los días anuncia cosas nuevas, cosas buenas que transforman esta Nicaragua, la mejor Nicaragua de toda nuestra historia.
Las pichurrias, miserias humanas, pocas cosas, charbascas, cucarachas, insectos, bichos, alacranes, chachalacas, bacterias, sucios, cretinos, inadaptados, descerebrados bergantes, piscachas, puchos, vende patria, mercenarios, traidores, asesinos, terroristas, lacayos del imperio, mal nacidos son adjetivos calificativos, sí, pero son los que describen a cada uno de esos perros que ladran, que aúllan, contra la verdad, la verdad que todos los días les enrostra una vice presidenta que comunica el esfuerzo que materializa una voluntad política que revoluciona y evoluciona.
Efectivamente no vale la pena ser contestatarios de la natural inconformidad que pudre la existencia de quienes creyeron que es posible imponer que la mentira es más que la verdad y que en el entretanto de esa desquiciada locura no dimensionan que hay quienes y somos la casi totalidad de Nicaragua, que no nos desgastamos con quienes únicamente existen para estar en guerra contra ellos mismos.
Traje este aspecto interesante del Presidente Ortega, hablando de los “perros que aúllan” contra la vicepresidenta Rosario Murillo, por la carcajada con que lo dice, algo así como como el que reacciona contra un bicho al que sacude y aplasta; al que con mucha ironía se le dice sóbate, no te hagas el fuerte con tus ladridos, porque todo está quebrado e inservible dentro de ti y porque lo que te machacó fue un nicaragüense de verdad, que ama a este país y que todos los días te echa paladas de tierra con cada obra, pequeña, mediana o gigante que cristaliza por la nación y para la nación, la misma que nos hace soñar aquí, pero que por sus éxitos es pesadilla para los traidores y desnacionalizados.
El parafraseo del Comandante Daniel Ortega de los “perros que aúllan” contra la vicepresidenta Rosario Murillo, es una conexión con aquella que dice “LADRAN SANCHO, SEÑAL QUE CABALGAMOS”, que siempre resultó una expresión escuchada desde que fuimos jóvenes que nos puso en modo de reacción frente a las críticas. Algunos la atribuyen a Don Quijote, el protagonista e hidalgo escudero de Cervantes que no la plasma en su obra de hace 400 años, -tal vez en alguna circunstancia la dijo sin escribirla- pero nos significa “déjalos que hablen que nosotros vamos adelante”.
Otro aspecto que pudiéramos ligar en un mismo sentido a lo que originó la carcajada del Comandante Daniel Ortega es aquella, que más que una frase, es en realidad la obra pictórica de Joan Miró de 1926 de un “PERRO LADRANDO A LOS CUERNOS DE LA LUNA”. Los críticos de arte han tratado de entender la pintura y entre los varios significados dicen que los perros utilizan ladridos para expresar una variedad de emociones entre ellas llamar la atención de sus dueños o de otros perros en la zona.
Pues bien, me quedo con esta última interpretación, porque nos confirma el por qué tanto odio sale de los ladridos altisonantes de los que ven en nuestra verdad el limón y la sal sobre las heridas que entre ellos se hacen. En lo personal amo a los animalitos y más a los perritos, pero también todos los que estamos en esa misma sintonía sabemos perfectamente que también hay perros rabiosos que son esos ignorantes que critican cualquier cosa porque creen saberlo todo, pero que ignoran aspectos muy determinantes como por ejemplo que nosotros, los que estamos del lado noble y cierto de la historia, porque construimos y no destruimos, no cargamos las opiniones, los problemas, las culpas, los yo que dirán, los miedos y el pasado de esos perros que ladran no para vender que son fuertes, sino para que sus ladridos los oiga allá el Washington el jefe de la perrera, el que se cansó de la mentira y la necedad de esos que jamás fueron ni serán absolutamente nada porque esos que nos han tirado tierra para hundirnos, a través de sus calumnias, difamaciones y mentiras, pretendiendo sepultarnos, lo que hicieron en un gran contra sentido, fue hacer que en nosotros nacieran flores.
Además de la vicepresidenta Rosario Murillo muchas otras personas más hemos sido el objetivo de ataque de la bestialidad de la ignorancia y de la misma manera que ella también decimos al “bagazo poco caso” y no es solo una posición de ignoro a sus ladridos sino una determinada conciencia que nos dice que el enemigo, así nos ve el odio, es un confeso mortificado por su fracaso y que llegará el momento, ya no tan lejano, a lo mejor está a la vuelta de la esquina, en que no tendrá otra que entender su realidad y es que los vencedores estamos aquí y que somos vencedores porque los misiles lanzados desde las plataformas de odio nos hicieron fuertes porque cuando el ataque de la infamia es desmedido, sostenido, desproporcionado, desde diferentes frentes y lanzado con alevosía y ventaja no pega, no golpea, no impacta, no llega, no convence, entonces significa una sola cosa que nuestra coraza es la razón, la verdad, la dignidad y el respeto que nos tiene el mundo por lo que estamos haciendo por Nicaragua en contraste con toda esa miseria humana que verá la consumación de sus días desde largo porque ni los queremos ni los necesitamos.
Las cosas no suceden por casualidad y aunque lo del 2018 fue algo simplemente espantoso, porque en gran medida nos acomodamos y tan a gusto que no nos dábamos cuenta que dormíamos con el enemigo que estaba en nuestras costillas, lo cierto es que al final nos zarandeó la historia, nos mostró que las alimañas siempre serían las alimañas y que estas venían por la paz a la que nos habíamos acostumbrados y entonces decidimos no consumar aquel axioma de que uno no sabe lo que pierde hasta que lo pierde y entonces despertamos con aquello de que todo tiene su límite para poner a la basura en su lugar.
El Presidente Daniel Ortega se ha tirado una gran carcajada para decirnos que con la ironía también se puede atacar y vencer al odio y tengan la seguridad que eso es tan cierto que para la indigencia politiquera en el imperio o ticolandia o en cualquier estercolero que se encuentre es muy doloroso porque ellos quisieran que aquí quien está al frente de la revolución los determinara como una vez que me comentaba Eliseo Núñez hijo, que aquí la oposición estaba tan jodida que se conformaban con un regaño de Daniel Ortega, pero que ni eso y que ellos ante el Frente Sandinista ni a la condición de zancudos llegaban.
Estos gusanos no entienden que la inmensa mayoría de los nicaragüenses que estamos en nuestro terruño somos gentes feliz y que lo somos no solo necesariamente por lo que tenemos sino porque eso que tenemos lo hemos hecho con nuestras propias manos, es nuestro producto, es el arte creado desde la libertad que vivimos porque es lo que esas miseria humanas nunca nos dieron cuando estuvieron como asaltantes del poder y que nos querían robar porque ellos no realizaron que los guerrilleros que nunca estuvieron el Harvard o en Yale hayan levantado de la nada a la Nicaragua de hoy.
De vez en cuando sin embargo siempre será sabroso bañar con insecticida a estas cucarachas y será algo que nos toque a los que tenemos plataformas anti misiles los que lo hagamos, pero solo por diversión, porque no vamos a conferirles la importancia que, aunque sueñen no la tienen, sino que lo vamos a hacer para que sepan con qué tuza se rascan.
Estos bárbaros en el habitad de esa hipocresía en la que viven, después de haber vomitado, igual que lo siguen haciendo hoy y lo seguirán haciendo mañana, casi con lágrimas, como las del cocodrilo que llora de placer cuando tritura a su presa y con las manos manchadas de sangre quieren hablar de amor, pero es que no saben del dolor de las heridas que nos hicieron, no saben que esas punzadas están abiertas y que solo podrán cicatrizar si ellos dejan de lastimar y no hablo en este caso de los que ya fuimos lastimados, sino de ellos que a través del odio lo hacen contra sí mismos asi que deben estar claros de algo y es que son muy mala gente y el que es mala gente, aunque vaya a misa, al culto, imploren a Dios ante la congregación en el salón del reino o se traguen todo un saco de biblias la gente mala como ellos, siempre será mala.
Muy contrariamente al lado oscuro nosotros estamos del lado de la fuerza donde está la verdad y cuando decimos que de verdad demostramos amor es porque somos capaces de crear paz y eso obedece a condiciones que están muy bien plantadas en Nicaragua.
Nosotros los difamados, los calumniados, los bombardeados por el odio sabemos que estamos pagando un precio, pero eso sí no pagamos el precio que es más alto y que es el que te cobra la actitud cobarde de quedarte anclado en el pasado o en el mismo lugar y eso es lo que marca la diferencia porque nosotros vamos hacia adelante y además tomados de la mano del Creador y estamos donde el corazón nos pone porque somos capaces de soñar despiertos para hacer realidad lo que nuestro Rubén deseaba, ver grande a su patria, a esta nación que es de quienes la aman, no de la que la destruyen como ya hicieron sus asesinos, desnacionalizados, desterrados y traidores, los perros que aúllan porque les damos donde les duele con la tajona de la verdad.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA