Detalles del Momento: Sentimos a Bolivia
Porque lo vivimos en carne propia y más que cualquier otro país, que pudo haber sido cómplice de lo que nos pasó, a partir de Abril de 2018, los nicaragüenses sentimos el dolor de Bolivia y si hay alguna diferencia es que aquí no pudieron porque hay un ejército y una policía profesional nacida desde las entrañas del pueblo que difícilmente, por no decir jamás, se prestaría a un golpe de estado sabiendo que quien aquí dirige la administración pública lo que hace es transformar Nicaragua encontrando en la pobreza y la ignorancia a sus verdaderos enemigos.
Estoy claro que lo que vive américa latina es una explosión de dignidad contra Estados Unidos y contra todo lo que el imperio creó en nuestra América latina para saquearla y con nuestros tesoros, centenariamente robados, construir la riqueza de la que se jactan, pero que líquidamente representa la sangre y el sudor que nos han succionado gota a gota.
Es este nuestro continente, que jamás será el patio trasero del imperio norteamericano, están pasando cosas trascendentales que apuntan hacia nuestra verdadera libertad e independencia y llegará el día en que la América Latina tendrá en el mundo el peso económico que hasta ahora las oligarquías detractoras de su propia raza quisieron solo para ellas como pago por representan a sus amos anglos que saben que el terreno que ya perdió no lo vuelve a recuperar y que los Mayas, los Olmecas, los Incas y todas las civilizaciones que nos formaron vienen por más porque el momento de romper las cadenas llegó.
Yo no tengo duda que en Bolivia el contra golpe está en marcha y que tiene una razón mucho más poderosa para vencer que el pretendido desmontaje que las oligarquías de ese país quieren hacer con todo lo que un indígena moreno, sin preparación, sin mayor oratoria y media lengua como Evo Morales hizo en los últimos trece años por su país y por su gente porque hoy el mundo es Evo, porque todos sabemos que quienes pretenden sustituirlo se van a quedar con las ganas porque lo de ellos es insostenible y porque saben que su peor pesadilla va de regreso.
Toda acción tiene su reacción y sobre todo análisis previo que condujo al golpe de estado en Bolivia donde hay perdedores internos y externos que no son los indígenas ni el Movimiento hacia el Socialismo, ni Evo Morales, sino los cabecillas fascistas que lo montaron y medios internacionales de prensa que no vieron, no dijeron u oyeron, pero que sí respondieron al interés del imperio, lo que tenemos que decir que la mecha del contra golpe la encendió el propio Evo Morales cuando en una actitud patriótica y humanista, en defensa de la vida de aquellos por los que había luchado toda su vida decidió renunciar porque abandonado y traicionado por las cúpulas castrenses era lo que correspondía.
Evo Morales en realidad fue obligado a renunciar, sin duda hubiese podido escapar como presidente de Bolivia, pero, aunque no detuvo la matanza, la represión, la discriminación, la cárcel contra los suyos, su decisión fue noble y ese paso aceleró la comprensión de todos los sucesos que ahora no dejan duda que quienes se trajeron al suelo lo mucho que había avanzado Bolivia, tarde o temprano van a pagar sus crímenes porque no puede ser de otra forma.
Hoy gracias a lo que pasó en Bolivia aquellos que no lo querían ver, los que tenían sobre sus ojos una enorme venda de dinero, ya saben y tienen un panorama clarísimo que lo mismo que quiso imponerse en Nicaragua, para derrocar al gobierno legítimamente electo de Daniel Ortega, es exactamente lo que sí pudieron hacer en Bolivia y que la más grande marioneta ejecutora, manejada por las garras del águila imperial, fue el tristemente célebre de Luis Almagro que al frente de una Organización de Estados Americanos se convirtió en la prostituta de la Casa Blanca, porque recibe y actúa en función de los placeres que compra quien por sus actos está siendo juzgado por sus propios compinches que ya comprenden que este es el peor corrupto que como presidente ha tenido la bandera de las barras y las estrellas.
El imperio no va poder seguir haciendo de las suyas en América Latina y sus amenazas las pueden tomar y hacer con ellas lo que quieran, lo que más satisfacción les dé, igual puede hacer la O.E.A y su secretario general porque se les acabó la fiesta a ellos y sus peleles nacionales, porque no nos van a seguir amargando la vida.
Si esto no es cierto vayan a preguntarle a los indígenas de Ecuador; pregúntenselo a los Chilenos que tienen al neoliberalismo agónico tendido sobre una cama de clavos; háganlo con los Argentinos que están próximos a reencontrarse con un gobierno de izquierda que sin haberse constituido como gobierno ya les devolvió la esperanza; háganlo con los cubanos que después de 60 años de bloqueo están en pie, dignos, altivos, celebrando en grande los 500 años de fundación como ciudad de la Habana; pregúntennoslo a los nicaragüenses que venimos de regreso y que históricamente le hemos dado hasta por debajo de la lengua a los gringos que abusivamente nos impusieron a uno de sus ciudadanos como presidente y que para colmo nos decretó la esclavitud y como nerón nos quemó nuestra bella Granada; Pregúntenselo a los indígenas Bolivianos, sobre todo ahora, que son un ejemplo de honor y que desde las calles, miles y miles preparan las condiciones y el terreno para el retorno de un Evo que es la reencarnación viva del desmembrado Túpac Katari quien dijo para la historia, de un presente que se lee con su sangre: “Pueden matarme a mí, pero volveré hecho millones” y esos millones somos el mundo.
Túpac Katari, líder aymara, como Evo Morales, formó un ejército de alrededor de 40 mil hombres para enfrentarse a las fuerzas colonialistas de España. Logró poner un cerco a la ciudad de La Paz en 1781, sin embargo, en noviembre de ese mismo año fue traicionado por algunos de sus seguidores y fue capturado por los españoles. Un juez lo condenó a ser “desmembrado” con el mismo método bárbaro usado para ejecutar a Túpac Amaru, es decir, cuatro caballos tirarían de él por sus extremidades hasta descuartizarlo.
Igual quisieron hacer con Evo Morales con el golpe de estado. Lo pretendieron atar para que un caballo representado por el imperio, otro por las fuerzas castrenses, otro por Mesa y Camacho y otro los medios internacionales de la mentira lo desmembraran, pero no pudieron porque el Indio que en los últimos trece años devolvió la dignidad a los pueblos originarios de los que viene y revolucionó una Bolivia que cuando la tomó estaba en la cola de los países pobres del continente, logró, desde una verdadera odisea, salir a tiempo, hacia México lindo y querido.
¿Qué hizo Evo desde el 22 de enero de 2006 hasta el 10 de noviembre de 2019?
Desde el inicio de su mandato, decretó la nacionalización de empresas y los recursos hidrocarburíferos del país, como el gas natural.
El producto interno bruto creció 327 por ciento en los últimos 13 años y llegó a 44.885 millones de dólares en 2018. En el último informe de perspectivas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), Bolivia resultó la economía con el mayor crecimiento económico a finales de este año con una proyección de 3,9 por ciento.
El “colchón financiero”, que incluye las reservas internacionales, depósitos y aportes a las AFP, subió a 53.269 millones de dólares.
En el período 2006 – 2017, el ingreso anual per cápita pasó de 1.120 dólares a 3.130.
En 2005 Bolivia era el segundo país con mayor nivel de deuda externa con el 52 por ciento del PIB. Para 2018, se convirtió en el séptimo país menos endeudado de Latinoamérica, con 24 por ciento de deuda.
La pobreza extrema se redujo más de la mitad en la última década, pasando de 38 a 17 por ciento entre 2006 y 2017.
La cifra de desempleo bajó de 8,1 a 4,2 por ciento durante el mandato de Morales. Y el modelo económico de su gestión permitió que el 62 por ciento de la población tenga ingresos medios.
Según la Organización Mundial de la Salud, el presupuesto en Sanidad se aumentó entre 2007 y 2014 un 173 por ciento, gracias al enfoque del Gobierno de Evo Morales en la mejora de los derechos sociales.
Se construyeron 1.206 unidades educativas por año para un total de 16.733.
Más de 34 hospitales de segundo nivel, 1.061 nuevos establecimientos de salud y 18.550 ítems han sido construidos en las últimas décadas.
La esperanza de vida subió de 64 a 71 años.
El salario mínimo era de 440 bolivianos. Actualmente es de 2.060 bolivianos.
El alcance de las instalaciones de gas a domicilio se extendió a más de 8.000 hogares.
Con las distancias y recursos naturales correspondientes algo así en Nicaragua se hizo desde el 2007, y a pesar del fallido golpe de estado de 2018, se sigue haciendo aquí con Daniel Ortega y se seguirá haciendo en Bolivia con Evo de vuelta, porque, para que más le duela a un ignorado comentarista deportivo que hoy hace de politiquero, “A ESO PÓNGALE SELLO”.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.