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  • 26 diciembre, 2023

Dios bendice a Nicaragua: Granero y Vía Láctea de Centroamérica


| Edwin Sánchez

I

La Palabra del Dios de Abraham, de Isaac e Israel no retorna vacía.

No me es dado juzgar a pastores, predicadores y salmistas, nacionales o del exterior. Pero sí sé que ni las leyes divinas ni la de los hombres en cualquier parte del mundo, incluido El Vaticano, permitirían la impunidad de aquellos báculos y mitras que ungieron los tranques de la muerte como la “más genial invención” en 2018.

Y pastores, predicadores y salmistas no vinieron con la sangrienta liturgia de un Golpe de Estado, y ungir a los que quemaron vivo a jovencitos como Gabriel de Jesús Vado o despedazar en vida a Bismark Martínez.

Contra todo el embate de las fuerzas espirituales de maldad hubo hombres y mujeres de Dios que se pusieron en la brecha y el Bajísimo no les dobló el brazo.

El Espíritu Santo los condujo.

¡Ay de aquellos que deshonraron la dignidad que les confería ministrar la Palabra de Dios!

Ningún Concilio de Iglesias, ningún Ministerio Evangelístico, ninguna institución de las Asambleas de Dios o de la Iglesia Pentecostal Misión Internacional, se rebajó al bárbaro acto mundano de darle un ultimátum al Gobierno Constitucional de Nicaragua, presidido por el Comandante Daniel Ortega y la escritora Rosario Murillo.

Hemos visto y oído, durante la última década y la que corre, numerosas cruzadas evangelísticas, vigilias, cultos en las iglesias, los barrios y en las colmadas plazas.

No fueron voceros del odio, la intolerancia y la violencia. No manipularon las Sagradas Escrituras para fomentar la inestabilidad, los rencores y el desprecio a las autoridades nacionales.

No usaron los púlpitos y los altares como aquelarres inmundos que comprometieran la paz de Nicaragua, la hundieran en la calamidad y derrumbaran la economía hasta por debajo del -4%.

A partir de la segunda década del siglo XXI, el testimonio colectivo es que hubo una plena y democrática apertura a la Palabra de Dios en Nicaragua, que no se conoció en el rígido siglo XX de los avasallantes monólogos de los hombres, y el monopolio religioso tradicional.

Hay, pues, un crecimiento exponencial de las iglesias que exaltan el nombre de un rabino judío: Jesús.

Hemos mirado que los predicadores, sea en Managua, Estelí, León o Granada, han bendecido a Nicaragua.

Han orado por la nación y sus líderes, presidente Daniel Ortega, y Vicepresidenta Rosario.

Han bendecido a la patria y que la mano del que Vive y Reina por los siglos esté en los programas y proyectos, en cartera y ejecutados, que potencian a Nicaragua como nunca en toda su historia.

Los verdaderos cristianos, evangélicos y católicos, y sin iglesia definida, han doblado rodillas por la nación.

Han ondeado, los primeros, la bandera de Israel.

Han profetizado grandes bendiciones para Nicaragua.

Y el país que estaba muerto como Lázaro, durante casi 200 años, se levanta al llamado del Único que puede y venció a la muerte: Jesucristo hombre, el mismo que dijo: “La salvación viene de los judíos” (Juan 4:22).

Pueblo bueno que ora y bendice, prospera.

Gente cómplice así en la maldad y el odio como en la codicia, maldice.

Quieren ver a la nación arruinada, desaparecida del concierto de las naciones como Estado Nacional. Quieren ver a la población sin alimentos, los mercados con los canastos, estantes, módulos y góndolas vacíos. Quieren ver el país sumergido en la desgracia, el caos y la desesperación.

Los malos hijos que nacieron en Nicaragua pueden seguir ladrando sanciones, bloqueos, asedio económico, boicots a su industria, todo lo que un alma poseída por los demonios desee urdir para hundir a un país que ama la concordia.

Pero será en vano.

II

He ahí las bendiciones flagrantes del Dios Viviente y Verdadero a Nicaragua…

Hospitales, carreteras del primer mundo, estadios, parques y polideportivos erigidos con gusto, y por primera vez en cinco siglos, se unió el Pacífico con El Caribe.

Hay superávit en las finanzas públicas, se contiene la paridad del Córdoba respecto al dólar. Se exporta más que en ninguna otra época. Se destinan recursos con objetivos reivindicativos, se avanza en beneficios sociales para el pueblo, y se democratiza cada vez más el acceso a especialidades médico-tecnológicas como en el Centro de Hemodiálisis en Jinotepe, con 78 máquinas para 450 pacientes no solo de Carazo.

Además, los mercados locales están más que abastecidos de todo tipo de granos, carnes, verduras, frutas de la época.

Los ganaderos, los porcinocultores, los avicultores, los finqueros, los pescadores…, cuentan con notables niveles de producción y cada año con mejores resultados.

De hecho el Todopoderoso de Israel dio luz verde a Nicaragua para restituir lo que ya habíamos dado por perdido durante casi medio siglo: recuperar, y con creces, el privilegio de ser el Granero de Centroamérica, aunque en Costa Rica, por ejemplo, empaquen nuestros frijoles que luego los venden en el Palí, y en otros los enlaten.

Y no solo somos El Granero sino que también la Vía Láctea de Centroamérica.

Según los estudios del Ministerio Agropecuario, hay en total 154 mil 701 fincas de ganado de las cuales 121 mil 266 se dedican principalmente a la producción de leche que ordeñan diariamente un promedio 1.1 millones de vacas.

De acuerdo con la Cámara Nicaragüense del Sector Lácteo, se establecieron en 2023 alianzas con las cadenas Pizza Hut y Subway, como plataformas también para alcanzar otros países.

Nicaragua ha logrado introducir en el mercado internacional quesillo, queso morrolique, mozarela y crema, entre otros productos.

El yogur se abre camino en países centroamericanos como Costa Rica, informó a Radio Camoapa, el ingeniero Wilmer Antonio Fernández Vargas, presidente de la Cámara Nicaragüense del Sector Lácteo (Canislac).

“El éxito se debe a la diversificación de los productos exportables. Tienen alto valor agregado y están reflejados en las estadísticas que benefician al país grandemente. Significan recursos económicos que ascienden a 165 millones de dólares hasta el 8 de agosto de 2023”.

“En la actualidad estamos exportando queso mozarela a Guatemala. Antes no se exportaba y durante el año exportábamos casi un contenedor”, recordó Fernández Vargas.
Estos son los hechos.

Y lo confirma Mauricio Guevara, Representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA, en Nicaragua.

“Tomando en consideración el tamaño del hato ganadero, considerado cercano a los 6 millones de cabezas, con una proyección positiva de crecimiento anual, el volumen y la calidad de la producción de leche, así como la diversidad de productos derivados, se puede perfilar al país con un potencial importante como productor y exportador en este rubro, además de oportunidades claras de crecimiento y acceso a nuevos mercados como Canadá, República Dominicana y Estados Unidos”.

III

En 2015 escribíamos:

“En los cenáculos del pensamiento conservador tradicional, albarda sobre aparejo, todavía veneran a una Nicaragua decimonónica, pero sin el ilustrado ‘estorbo’ de Zelaya.

“En ese desfasado imaginario, no conciben que las iglesias evangélicas hayan crecido exponencialmente en las últimas tres décadas o que una buena parte de la sociedad se identifique con el sandinismo y no tanto con los sobrevivientes y viudos de las paralelas históricas.

“Trancar puertas y calendarios a los nuevos vientos y tiempos, con los rancios paradigmas del pasado, es una deformación”.

Deformación que quisieron reinstalar en 2018.

Hoy contamos con otra realidad que se reitera en el año que termina, al confirmarse la transformación del Mapa Espiritual de Nicaragua:

En agosto de 2023 se conoció que el 18.4% de nicaragüenses que en algún momento profesaba la religión católica han dejado de serlo en los últimos seis meses.

Raúl Obregón, gerente general de M&R Consultores, señaló de ese 18.4% que dejó de ser católico, el 11.6% ahora profesan la religión protestante, mientras el otro 6.8% siguen siendo creyentes pero sin denominación religiosa.

En Vos TV se reporta que “el 47.5% de los nicaragüenses se declaran protestante; 34.2% católicos y 18.3% son creyentes sin denominación religiosa”.

Stephen Evans, predicador estadounidense, aseguró el 3 de agosto de 2013, que “Dios ama a Nicaragua entera y que los mejores días de Nicaragua están por delante”.

Diez años más tarde, el asesor Presidencial, Laureano Ortega y el ministro Iván Acosta, firmaron con la República Popular de China el proyecto del Aeropuerto Internacional Punta Huete y el Proyecto Tres Esferas para el almacenamiento de Gas Líquido de Petróleo.

Laureano subrayó que “tendrán un impacto profundo, positivo en la vida de los y las nicaragüenses”.

El Primero de Enero, por si fuera poco, es el banderillazo de salida al Tratado de Libre Comercio con el gigante asiático.

Son pasos colosales como los puentes a desnivel, y que solo pueden denigrar las mediocres mentalidades que extendieron el subdesarrollo más de la cuenta.

En 2014, líderes cristianos anunciaron “tiempos de abundancia sobre nuestras familias y nos ayude a que nuestra nación siga adelante”.

Jesús dijo: “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”.

Nicaragua ya sufrió mucho. Fueron siglos de abandono, guerras, rapiñas y dictaduras oligárquicas.

El resumen ejecutivo de este lastre con pedigrí es el descarrilamiento y destrucción del Ferrocarril del Pacífico de Nicaragua en el primer quinquenio de los 90. Y el expediente de la barbarie de 2018, para variar con el mismo fierro de los que consideran sus Escudos Heráldicos superior al Escudo Nacional de Nicaragua. (Idolatrados por sus hijos de casa).

Fueron los viejos tiempos de un territorio condenado, destinado y maldecido por los invertebrados abolengos a no pasar de ser paisito, patio trasero, banana republic…, y algo peor todavía, y que muchos no lograron atisbar entonces.

El hecho mismo del retorno del verdadero Sandinismo a dirigir la nación, conjuró la descomposición gubernamental que iba en camino de degradar a Nicaragua a la calamitosa condición de Narco Estado, tomada por el sicariato, las desalmadas maras y las bandas del narcotráfico.

Gracias a Dios Nicaragua no está bajo el control de los cárteles transnacionales de México o de Colombia. No quedamos atrapados en la espiral de violencia que es una inacabable pesadilla de la que no despiertan muchos países de América.

Somos Nación. Somos República. Somos un Estado de la Paz.

Ya avanzamos en el sueño de Rubén de la Patria Grande, y divisamos las primeras casitas de la aurora.

Pero no se puede remontar en menos de 20 años, casi 200 años de subdesarrollo, incuria, filibusterismo, menosprecio a la Patria, decadencia, injerencias, invasiones, falta de visión y exceso de mediocridad, ineptitud oficial (y personal) de la élite gobernante.

Frente a ese pasado y su anacrónico linaje, hay un vasto pueblo de cultura judeocristiana que ama y bendice la Casa de Nicaragua.

Los justos —y hay justos evangélicos, católicos, sin denominación, y excelentes nicaragüenses— que en sus habitaciones y en plaza pública clamaron al Creador y proclamaron prosperidad para nuestra tierra.

Hoy ven lo que creyeron, gracias a aquel Niñito israelita que nació bajo la Estrella de David:

El renacimiento de Nicaragua.

Y hacia Belén, la Caravana pasa.

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