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  • 26 mayo, 2023

Donde MVL pone la viga del ojo, palanquea un Golpe de Estado


Edwin Sánchez

I

Escribir con los códigos de la Guerra Fría es ser amanuense del anacronismo en América Latina.

Es lo que sucede con Mario Vargas Llosa.

Y, como definía el finado escritor Tomás Borge al poeta Pablo Antonio Cuadra, hay un MVL grande, el novelista, y uno pequeño, el furibundo ultraconservador.

Don Mario tiempo ha que no entiende lo que sucede al sur del Río Bravo.

En vez de estar al nivel del autor de Conversación en la Catedral, es un remedo de Joseph McCarthy, el “obispo” civil de la Santa Inquisición Anticomunista que sufrió Estados Unidos en la década de los 50.

Todo aquello que no cuadre ni se encuadre a su obstinada visión del mundo, que en su mentalidad sigue dividido artificiosamente entre la cortina de las “almas purificadas” y la cortina de “las almas impuras”, para él es “populismo”, “averno” …

Obvio que las “recetas” del escribidor, ante los avances científico-técnicos, sociales, económicos y políticos del siglo XXI, son de la época del soliloquio. Lo que a su entender pudo ser remedio, hoy es tóxico para la multiplicación de los diálogos.

Don Mario es, pues, de esos encasillados prehistóricos.

Cuando surgieron las candidaturas de Ollanta Humala y Keiko Fujimori, “lamentó” que Perú tuviera que elegir entre el “cáncer” que representaba el primero, de la “izquierda” olvidable, y el “sida”, la hija del dictador.

Ese maniqueísmo escandaloso del que abusa es para banalizar lo que amerita responsabilidad.

Años después llamó furiosamente a votar por el “sida”, cuando endosó a Keiko, y desacreditó, para variar, a Pedro Castillo, otro pintarrajeado de “izquierda”.

II

Y a todos los que MVL infama siempre le estalla, por “casualidad”, un golpe de Estado.

Habló pestes del comandante Hugo Chávez, y le dieron un golpe de Estado que Venezuela logró revertir en pocas horas.

Habló ásperamente de la presidenta Dilma Rousseff, en 2016, elogiando los tecnicismos leguleyescos de la derecha como “movimiento sano que busca purificar la democracia”.

¿El saldo?

Un Golpe de Estado de bajo costo por estar en el escalón más alto de la evolución de la infamia: el cuartelazo “letrado” del tribunalazo.

Ejecutado con el ADN de los gorilas que poblaron de dictaduras militares a Latinoamérica, la toga del Lawfare resultó más efectiva que el kepis: cuesta menos alquilar el mallete de un juez para “no ofender a la comunidad internacional”, que mover aviones, tanques y batallones blindados.

Jueces, bufetes y fiscales desenfundan, sin el debido proceso, sin ética y de manera arbitraria, todo el arsenal jurídico para derrocar a un gobernante de causas justas o matar civilmente a un aspirante presidencial “indeseable”.

Don Mario habló disparates del Comandante Daniel Ortega, y, ¡cosas del “destino”!, intentaron un violento golpe de Estado en 2018.

Ultrajes a la dignidad humana, torturas, asesinatos atroces, tranques de sociópatas, francotiradores y paramilitares con Ak 47…: la barbarie “ungida” por los que predican a Cristo por envidia y contienda (Filipenses 1:15), y aplaudida como “protestas pacíficas reprimidas” por la jauría rabiosa de ciertos gobiernos, la industria del falso testimonio y los mercaderes de DD.HH.

Habló ruindades de Evo Morales, y, ¡clase de chiripa!: golpe de Estado “consensuado”, como los anteriores, con la Organización de Estados Amaestrados.

Lanzó invectivas a Lula por “entregarle” Brasil al diablo: “Todos los intentos de crear un paraíso por medio de modelos únicos en la práctica, crearon infiernos”.

Y llegó a la descabellada conclusión de que su “endiosamiento” es “una de las principales causas de la crisis política de Brasil”.

Conclusión: el Golpe de Estado obsequiado por los ultraderechistas en “saludo” a su nuevo mandato.

Racista, despreció al profesor Castillo. Si ya no lo soporta como compatriota por “cholo”, menos que lo tolere en la Casa de Pizarro.

Y es que MVL donde pone la enorme viga de su ojo, palanquea un golpe de Estado:

Las confabulaciones megaderechistas contra Rousseff, Castillo y Lula fueron Golpes de Estado vegetarianos.

Los Golpes carnívoros estaban dedicados a Nicaragua 2018 y Bolivia 2019.

III

La intentona fue muy sanguinaria en Nicaragua porque el Sandinismo demostró que los motores del Desarrollo Humano se encendían con protagonistas de alto calibre: trabajadores, técnicos y profesionales; inversionistas, empresarios y productores; más la propiedad privada, el Estado Social de Derecho y la Autodeterminación.

Salir del socavón de la banana republic no era un buen ejemplo para la América resignada a vivir en la caverna de Platón.

Empero, don Mario no acepta que las derechas petrificadas del continente son las mayores causantes de convulsiones, expoliaciones, injusticias, sanciones y golpes de Estado que disparan los éxodos a Estados Unidos.

“Lo curioso –especula– es que muchos de los latinos que andan en estas fronteras votaron, en sus países, porque pasaran al Estado muchas propiedades privadas y se manifestaron de manera entusiasta cada vez que el Gobierno se apropiaba de bienes ajenos y se convertía en un Estado paternalista”.

Los latinoamericanos si son desterrados es precisamente por un modelo hecho a la imagen y semejanza de la élite de egos: el ensalzado “Estado de Derecho” de don Mario que en el bajo mundo del cinismo es el Estado de Derecha de los egócratas.

El autor quiere dar con el meollo del hoyo de lo que es abismo: “¿Por qué ir a buscar a EE. UU. lo que rehúsan en su propio país? La incoherencia es flagrante …”.

Incoherencia no de los pueblos.

Las diásporas son el corolario de un “refinado” establishment, totalmente inconexo con los desafíos que plantea una sociedad.

La única relación directa de este egocrático V.I.P., enclavado en los tesoros de un país, es mediante la iniquidad. Así como vulnera los derechos humanos y el medioambiente, también alardea de una paz mediocremente abstracta, sin aportar una concreta semilla para sembrar la prosperidad socioeconómica de las familias que no pertenecen a la “alta sociedad”.

Por eso la gente se va en busca de reiniciar sus truncadas biografías que no las salvó ni el tedioso mantra de MVL: “inversiones- propiedad privadas”.

Sus “democracias” solo ofrecen un “futuro” jurásico con político-saurios, mamíferos del Estado y un cimborrio de pájaros de alto vuelo que desde hace muchísimos años confiscaron el porvenir de tantas naciones.

Al abogar a ultranza por el capitalismo en su versión más despiadada, insiste en culpar del fracaso latinoamericano a propuestas alternativas: “El problema, simplemente, no tiene solución mientras no corrijan la tendencia a votar por quienes los expulsan de sus países por las nefastas políticas que aplican”.

Si por eso se marchan, las hemorragias humanas fluyen de las venas abiertas del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, del Ecuador convertido en un monumento a la miseria evitable; del pinochetismo chileno de “alta gama”…

Que sepamos, Colombia nunca fue una base militar, con ínfulas de República, de la URSS.

La gran comunidad colombiana radicada en Estados Unidos está lejos de ser un parto no deseado de Gustavo Petro, a nueve meses de su gestión.

Es provocado por el fosilizado statu quo alabado por don Mario.

Colombia lo aclara:

“La emigración colombiana a Estados Unidos se produjo en los años sesenta y setenta, y se reprodujo en los noventa, especialmente por factores económicos, posibilidades de conseguir empleo y aumentar los ingresos y, en alguna medida, por razones políticas relacionadas con la amenaza de grupos armados al margen de la ley”.

¿Y por qué no habla del euroéxodo de hace siglos?

Por ser de blancos, sus desplazamientos eran de carácter “divino”.

A la emigración española del siglo XVI se le llamó “expedición”, luego “colonización”.

Al escape de Inglaterra y de otros países –huyendo de los egócratas– a lo que hoy es la Unión Americana, se le nombró “peregrinaje”, “llamado de Dios”, “Enclaves agrícolas”…

El éxodo posterior desde el Este no fue “migración”, sino “conquista del Salvaje Oeste”.

La expansión al Sur: “Destino Manifiesto”.

Solo para los migrantes del Sur al Norte no hay títulos gloriosos.

Son “mojados” …

…náufragos “en las aguas heladas del cálculo egoísta”, como describiría Marx al sistema decadente que don Mario adora: la sofisticada elegancia del Country Club y el glamour de Caín sobre el inabarcable martirio de Abel.

 

 

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