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  • 14 junio, 2021

El problema de Estados Unidos no es Ortega sino la oposición tarifada


Por: Carlos Alberto Escorcia Polanco

La oposición antisandinista nicaragüense, totalmente dependiente de una potencia extranjera, una oposición arrogante, prepotente, altamente individualista (todos se creen Machos Alfa y Pavo Reales), provinciana, carente de toda sofisticación política, parroquial y corrupta, es el verdadero dolor de cabeza del gobierno de Estados Unidos y no el gobierno de Daniel Ortega  como quisieran hacernos creer algunos.

El gobierno de Estados Unidos es un gobierno que desde el punto de vista de la “cronología política” aún está en la etapa de su infancia política cuando aún no cumple 6 meses de estar en el poder.

Sus primeras 10 prioridades no tienen nada que ver con el pleito de perros y el canibalismo político mutuo que se tienen la Oligarquia blancoide y la burguesía chapiolla nicaragüenses.

La actual administración de Joe Biden tiene otras prioridades ante las cuales, los berrinches de los politiqueritos nicaragüenses son infantiladas que mas bien fastidian a los arquitectos de la política exterior de los Estados Unidos en Centroamérica.

Joe Biden y su equipo están muchísimo más preocupados por derrotar la Pandemia del Coronavirus, la Recesión económica real y latente que enfrentan Estados Unidos y el mundo, el calentamiento global que Biden describió durante su campaña política como una “amenaza existencial,” para la humanidad, la competencia con China, Rusia y las amenazas del terrorismo, que en derrocar a un gobierno centroamericano.

Un cambio de régimen en Nicaragua mediante la injerencia norteamericana o una intervención militar con “botas en el terreno” no parecen ser la más atractiva opción para el nuevo gobierno estadounidense.

En todo caso sería la última opción, la más incómoda y la más costosa políticamente hablando frente a una población estadounidense que pide subsidios de desempleo,  no costosas aventuras militares.

El pueblo norteamericano es amante de la paz y se lanzaría masivamente a las calles a protestar una agresión militar contra Nicaragua como ya lo hicieron durante la guerra de Vietnam en los 70s y la guerra de la Contra en los 80s.

Específicamente en Centroamérica, los Estados Unidos están más interesados en contener la ola migratoria del triángulo del norte, controlar el narcotráfico proveniente de Colombia, promover un clima de estabilidad para las inversiones extranjeras directas y gozar de las enormes facilidades fiscales que significa para las corporaciones norteamericanas, la Nicaragua de Daniel Ortega.

La razón por la cual, los golpistas nicaragüenses tienen aún cierto grado de influencia en algunas esferas del gobierno norteamericano se debe a los 3 mosqueteros, 3 gatos cubanos batistianos enquistados en el congreso de los Estados Unidos.  Estos 3 piches son, Ted Cruz, cubano de Texas, Marco Rubio, cubano batistiano de Florida y Robert Menéndez, cubano demócrata de Nueva Jersey.

Tres amargos y frustrados políticos cubanos batistianos tienen secuestrada la política exterior de Estados Unidos hacia Latinoamérica, simplemente porque ellos mismos fracasaron en revertir la Revolución Cubana de Fidel Castro a pesar del más prolongado y cruel embargo financiero y comercial en toda la historia de la humanidad de parte de Estados Unidos contra la isla de Cuba.

La realidad centroamericana y muy particularmente la de Nicaragua en los últimos 40 años ha demostrado que el único que puede darle a la región la estabilidad que Estados Unidos necesita para sus propios intereses es irónicamente el gobierno de Daniel Ortega Saavedra.

Bajo las actuales circunstancias, en el remoto caso que Estados Unidos y sus esclavos criollos lograran expulsar a Ortega del poder, Nicaragua se volvería un país ingobernable. El pueblo nicaragüense resistiría la feroz embestida neosomociana y Daniel continuaría “gobernando desde abajo.”

Los gobiernos del triángulo del norte son aliados de Estados Unidos, pero de sus países parten semanalmente caravanas de inmigrantes en busca de trabajo.

Durante los 17 años del periodo neoliberal de los 3 regímenes títeres de los yanques, Chamorro-Arnoldo-Churruco-Somocianos, se dio la más grande estampida migratoria jamás vista en la historia de Nicaragua (1.5 millones), comparada solo a la estampida de las huellas de Acahualinca en tiempos precolombinos.

Si los regímenes proyanques del triángulo del Norte, sufren de hemorragia migratoria, la misma hemorragia que durante los gobiernos agachados en Nicaragua entre 1990 y 2007, resultaron en tremendos desplazamientos migratorios como producto de las política sociales de exclusión de los pobres, entonces, un eventual gobierno tarifado y dependiente de Estados Unidos, igualmente produciría exactamente la misma hemorragia migratoria que Estados Unidos busca evitar a toda costa.

Estados Unidos les ha estado lanzando migajas, pedazos de huesos y premios de consolación a la fanática, desesperada y tóxica oposición nicaragüense, para calmarles sus locas pasiones y para apaciguar a los 3 mosqueteros cubano batistianos (Ted Cruz, Marco Rubio y Bob Menéndez) enquistados como “ovario poliquístico” en el congreso de Estados Unidos.

La mejor prueba que las sanciones yankas son solo huesos y premios de consolación para distraer a la oposición tarifada de Nicaragua, se hace evidente en los siguientes hechos:

Estados Unidos sancionó a la Policía Nacional, pero esta no ha dejado de patrullas las calles de pueblos, ciudades y cañadas nicaragüenses, ni un solo día. Por el contrario ha aumentado y modernizado su parque vehicular y ha aumentado en varios miles sus filas policiales.

Estados Unidos sancionó a Petronic, pero en Nicaragua, no se ha dejado de distribuir ni de vender un solo día. ni siquiera una sola gota de gasolina y derivados como consecuencia de las sanciones a Petronic.  La distribución y venta de gasolina y sus derivados se ha continuado comercializando en forma completamente normal.

Estados Unidos sancionó a ALBA CARUNA, pero ni un solo campesino se ha quedado sin financiamiento para sus habilitaciones agrícolas.  Por el contrario, Nicaragua ya no solo volvió a ser bajo Ortega el granero de Centroamérica, sino también de Estados Unidos. El frijol negro nicaragüense se vende en los supermercados de Los Ángeles.

Estados Unidos ha sancionado ilegal y selectivamente a altos funcionarios del gobierno de Ortega, pero dichas sanciones son solo de valor simbólico, porque a estas alturas del campeonato, ningún alto funcionario del gobierno de Ortega tiene propiedades inmobiliarias o cuentas bancarias en Estados  Unidos.

Existen muchas rutas aéreas alternativas para viajar a Europa o a Japón, Taiwán y China sin necesidad de pasar por Estados Unidos y los balnearios mexicanos y caribeños compiten en calidad con las contaminadas playas de la Florida, por lo que no ir a broncearse al tóxico Miami no es el fin del mundo.

No le recomiendo a ningún nicaragüense ir a bañarse a las playas de Miami, porque puede salir con sarna. Eso si le recomiendo Corn Island, Pochomil o la isla de Ometepe y se dará cuenta que con no darle visa de turista, los yanques le hicieron un favor.

Lo mismo puede decirse en materia de tratamiento médico.  Celebridades de Hollywood viajan “secretamente” a Cuba a recibir tratamiento médico y curarse de enfermedades que no se pueden curar en Estados Unidos. Los funcionarios nicaragüenses tienen la opción de viajar a Cuba para tratamientos especializados sin tener que envidiarle nada a Estados Unidos.

Las mejores universidades del mundo, no están necesariamente en Estados Unidos. Miles de jóvenes estadounidenses se han matriculado en la Escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba, ya que dicha escuela tiene la reputación de graduar a los mejores médicos del mundo. Ya no es asunto de vida o muerte estudiar en Estados Unidos para recibir una educación superior de calidad.

Entonces, las sanciones a instituciones nicaragüenses, a funcionarios nicaragüenses han resultado nulas, totalmente inefectivas para desestabilizar al gobierno nicaragüense, pero la oposición nicaragüense se regocija con entusiasmo de quinceañera de hacienda, cada vez que Estados Unidos les arroja un hueso o premio de consolación con las ineficientes sanciones.

Es prácticamente imposible encontrar una cámara de comercio centroamericana que favorezca la expulsión de Nicaragua del CAFTA o Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos con Centroamérica y Republica Dominicana. Se trata de una red financiera y comercial interdependiente e interconectada y la salida de Nicaragua solo sembraría el caos total a las economías centroamericanas.

Todo lo anterior deja sin opciones reales a Estados Unidos y a sus aliados criollos, habida cuenta que la oposición antisandinista vive enzarzada en mortales luchas intestinas, escenificando un verdadero circo de caníbales, matándose como perros y gatos y demostrando que la unidad no es parte de su ADN político o personal, sino ambiciones desmedidas en las cuales buscan como continuar viviendo parasitariamente de los impuestos del pueblo norteamericano.

La ineptitud e incapacidad total de la oposición antisandinista nicaragüense, constituye entonces el mayor dolor de cabeza para los estrategas del Departamento de Estado, el Consejo Nacional de Seguridad y la Casa Blanca.

El verdadero problema de Estados Unidos no es Ortega sino su Frankenstein, su propia criatura, la oposición tarifada nicaragüense.

Mientras tanto, el político mas astuto que ha producido Nicaragua en los últimos 500 años, Daniel Ortega Saavedra, está aprovechando al máximo el desconcierto, la carnicería y canibalismos internos que sufre la oposición Chamorro-Arnoldo-Churruco-Somociana, sepultándolos en toneladas de concreto y cemento armado, construyendo obras de infraestructura en carreteras, pasos a desnivel que rivalizan con los países desarrollados, tendido eléctrico, agua potables, hospitales a lo largo y lo ancho de todo el territorio nacional.

Los mercados populares donde florece la economía del gallo pinto como el Oriental, el Huembes, el Ivan Montenegro y demás mercados de los departamentos, están rebosantes de verduras, frutas y legumbres, abarrotados de clientes que no se puede ni caminar.

Los economistas predicen que para finales del 2021, las remesas familiares enviadas por los nicaragüenses en el exterior, sobrepasarán los 2 mil millones de dólares.  Este fuerte ingresó en dólares constituye un suero vitaminado que fortalece la economía familiar.

El influjo de 2 mil millones de dólares directamente a los bolsillos de la clase trabajadora, alimenta y revitaliza esa economía del gallo pinto de los mercados populares ya que allí es donde terminan las remesas. Los campesinos que producen los granos básicos, frutas y verduras tienen garantizada su clientela en dichos mercados.

Esta dinámica “tripartita” de remesas familiares, campesinos productores y vivanderas de los mercados, constituye un poderosísimo eje fundamental de la economía nacional que da cuenta de más del 60% de la actividad económica y supera el movimiento del gran capital representado en el COSEP, razón por la cual cualquier paro empresarial para forzar la caída del gobierno de Daniel Ortega, está condenado al fracaso.

A los mercenarios golpistas somocianos, Cachimberboys de los yanques, les encanta usar el término “Circo Electoral” en referencia a las próximas elecciones, mandatadas en la Constitución.  Pero quienes están protagonizando el más vergonzoso circo político en estos momentos, son ellos.

Quienes están verdaderamente haciendo el triste papel de payasos son ellos, quienes están verdaderamente en cuidados intensivos son ellos, quienes están al borde del abismo son ellos.

La oposición “Pre-pago” Antisandinista de Nicaragua está pasando por su peor momento.  No están cruzando el Rubicon como Julio Cesar, sino atravesando el Niagara en taburete y van rumbo al despeñadero como Al Capone frente al Departamento de Impuestos de Estados Unidos.

Ortega está demostrando lo que la mayoría de gobiernos de Latinoamérica no puede hacer.  Todos los gobiernos de Latinoamérica, con la excepción de Cuba, sean de derecha o de izquierda, son gobiernos débiles que no logran imponer en la sociedad el imperio de la ley. ni la soberanía gubernamental, ni el “dominio eminente,” mucho menos el estado de derecho.

Es por eso muy común en nuestros países, ver como oligarcas, burgueses, ricachones y sacerdotes católicos, violan impunemente las leyes y nadie les toca un pelo. Si un sotanudo romano viola a una menor, la policía no lo arresta pero si un pastor evangélico hace exactamente lo mismo, se pudre en la cárcel.

Ortega está demostrando también, como en la novela del traidor Sergio Ramírez Mercado que en Nicaragua “Los ricos también lloran.”  Ortega está aprovechando el momento de máxima debilidad de los golpistas mercenarios, para cobrarle a la familia Chamorro en nombre de la sociedad nicaragüense, la factura empapada en sangre, sudor y lágrimas del terrorismo impuesto contra el pueblo en Abril de 2018, cuando la “zancona” de la estirpe sangrienta de la dinastía que ya ha tenido 7 presidentes en los últimos 2 siglos, repartió millones de dólares para que hoy millones de nicaragüenses sufran hambre y desempleo.

Carlos Fernando Chamorro, anda nada menos que en Washington, la capital del imperio para coordinar las acciones orquestadas con las cuales “la bestia rubia del norte” como llamaba Sandino a los yanques, piensa agredir a la pequeña Nicaragua, por el crimen de demostrar que aquí nadie está por encima de la ley, ni siquiera la “zancona” que lava ajeno la ropa de los yanques en Nicaragua.

Estados Unidos sabe que tiene una oposición mercenaria inepta.  Estados Unidos sabe que tiene una oposición tarifada incapaz. Estados Unidos sabe que tiene una oposición alquilada totalmente carente de astucia estratégica y anémica de visión política.  Estados Unidos sabe que tiene una oposición “Pre Pago” totalmente dividida y corrupta.

Estados Unidos sabe que en Nicaragua el problema no se llama Daniel Ortega Saavedra.  Estados Unidos sabe que el verdadero enemigo es esa repugnante y asquerosa criatura, manufacturada por ellos mismos llamada Oposición antisandinista Nicaragüense.

Estados Unidos sabe que quien verdaderamente sufre una “profunda crisis política” no es ni Nicaragua, ni el gobierno de Ortega, sino la oposición de los autoapodados “autoconvocados”, los cachimberboys de los cheles, lacayos ancestrales del imperialismo y fieles continuadores del sangriento somozato.

Estados Unidos sabe que en Nicaragua no tiene más alternativas que respetar la voluntad y la autodeterminación de las grandes mayorías humildes de la sociedad nicaragüense.  Estados Unidos sabe que la realidad política, “RealPolitik” le obligará a aceptar la nueva presidencia de Ortega.

Estados Unidos sabe que en la conciencia de las clases populares de obreros y campesinos nicaragüenses, “resucitó Sandino.”

(Carlos Alberto Escorcia Polanco es analista político nicaragüense afincado en Los Angeles, California. En la década de los 80 fue Secretario Nacional de la denominación evangélica Asambleas de Dios, de la cual fue destituido, expulsado y encarcelado por maquinaciones del politiquero tarifado Saturnino Cerrato Hodgon. Escorcia ha sido colaborador ocasional del diario LA OPINION de Los Ángeles, el periódico en español de mayor circulación en todos los Estados Unidos, con un tiraje superior al de todos los diarios de Nicaragua combinados.  Igualmente participa como comentarista ocasional sobre temas latinoamericanos para la emisora KPFK, la emisora en FM de mayor alcance en toda la costa occidental de Estados Unidos, al oeste del rio Mississippi. Actualmente se desempeña como intérprete judicial de los juzgados de Los Ángeles.)

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