El último show de la prensa S.A
Por: Moisés Absalón Pastora.
El video o la fotografía, el montaje del escenario, la expectativa previa, el avance agitado de una supuesta gran victoria, la pintura sobre un lienzo que dibujaba el brazo roto del gobierno ante presiones que solo la imaginación de la desinformación supone y por supuesto el concurso y desplazamiento de agitadores y pregoneros del odio, que son también parte financiada del circo, fueron hilos de la alfombra roja que tendieron al furgón blanco que como en cámara lenta hacía su ingreso a las instalaciones del partido de papel llevando en el contenedor la materia prima “secuestrada” y que impedía al diario La Prensa, S.A, al servicio de la mentira y la injusticia, sacar sus infamias cotidianas en las últimas 75 semanas. Así me inspira resumir lo que a secas significa que los Chamorro pudieron al fin desaduanar, después de que fracasaron en sus chantajes, el material que se le retenía porque por sus pistolas no querían pagar los impuestos correspondientes.
El diario La Prensa S.A a lo largo de su historia, desde que fue fundado por los Chamorro para sostener oligarquías políticas, que por supuesto se tragaron el cortinaje de mentiras, que siempre se abrió y cerró en función de los intereses económicos del diario de la carretera norte, que siempre se mantuvo por los rescates que imponía a sus víctimas pues nunca vivió de la publicidad, sino de las inmensas partidas presupuestarias que cobraba para castigar o premiar a clientes que, chantajeados, eran ungidos o maldecidos de acuerdo a la disponibilidad que tuvieran para acceder, no solo a las cuotas políticas que exigían sus escribanos, sino a las tajadas de poder que siempre arrancaron sus editoriales.
Si uno hace una revisión en retrospectiva y analiza el cómo se desarrollaron muchos eventos políticos en el país, desde que este diario existió y que ahora son solo parte de la historia, uno se daría cuenta que el nivel de influencia de este partido de papel en la vida política, económica y social de la nación fue determinante porque La Prensa S.A logró inocular desde sus páginas un pánico y terror que acalambró a muchos actores.
Ahora el partido de papel, que siempre ha dicho que aquí la “dictadura” lo censura, que le tenían “secuestrada” la materia prima para trabajar, que iba donde sus otros socios oligarcas en laSIP a lloriquear para que estos condenaran al gobierno sandinista o al imperio en Washington donde su amo o a la embajada Norteamericana para que Míster Sullivan les regalara algún cariñito que siempre fue a parar a la bolsa de los Chamorro pero no a la de los escribanos, ya tiene lo suyo, pero no porque el gobierno sandinista, como todos los otras en el pasado, haya accedido a pagar la mordida o el chantaje que abunda en sus páginas a través de la infamia y la mentira, sino porque tuvieron que pagar centavo sobre centavo lo que debían, porque tuvieron que dar al Cesar lo que le correspondía porque sí aquí el pobre paga impuesto el rico también, porque la Chamorrada ni nadie de sangre azul tiene privilegios en cuanto a sus obligaciones, porque no sería justo exonerar de impuestos no solo al que tiene para tirar para arriba, sino que sería una perversidad perdonar algo así a quien o quienes son los responsables y autores directos de la Nicaragua que hoy tenemos.
El partido de papel quiso ver al estado de Nicaragua y a su identidad recaudatoria como si tuvieran cara de mensos o tarados y utilizó el tema de las exoneraciones y exenciones fiscales para aplicarlas también, de manera abierta, descarada, escamoteada o subrepticiamente si se quiere, para extenderlas a negocios, que nada tenían que ver con la impresión del periódico, sino que utilizaron el papel, las computadoras, la energía, el agua, los requerimientos para sus oficinas, la compra de camionetonas de lujo y hasta la adquisición yates, como el de Juancho Chamorro, con los que supuestamente hacían exploraciones sublacustres en las profundidades de las Isletas de Granada donde tienen propiedades tipo magnates que también eran parte del paquete evasor.
A los Chamorro se les ocurrió que detrás de la máscara de la Prensa el verdadero bisne se podía ocultar, sobre todo porque ante cualquier intento legítimos de la DGI, la DGA o la municipalidad de Managua, por reclamar lo que la ley demanda, ellos siempre iban a poder gritar “censura a la libertad de expresión y de información por parte de la dictadura sandinista.”
La Prensa S, A, hizo de sus mentiras una mina de oro, no hay duda, y como solo aquellos que tienen mucho que esconder temen a los manjoles abiertos, lograron en el pasado atesorar de manos de los gobiernos oligárquicos que sus editoriales impusieron los lingotes que quisieron, pero ahora es diferente la cosa y el poder del partido de papel se desinfló ante una voluntad que tiene una opción preferencial por los pobres y que por satisfacer las necesidades de esas clases menos pudientes y que ya no son postergadas por la chamorrada o la oligarquía, tiene que ver cómo hace posible la vigencia de una gran cantidad de beneficios que deben conferirse, no por populismo como políticamente condena el rico o el pudiente que no tiene visión social, sino porque así lo establece, lo ordena y lo manda la constitución de la república, nuestra carta magna, nuestro verdadero pacto nacional. Pues bien, el chantaje no funcionó al diario de la carretera norte que no tuvo más que pagar y desaduanó lo suyo no porque hubo una negociación porque alguien le torció a otro el brazo, no, simplemente porque pagó lo que debía y correspondía.
Ahora bien, si los gerentes, directores, editores, faranduleros y demás escribanos del diario de la carretera norte, que aún queda, creen, que por tener la papelería y la tinta que querían de choña, ya se salvaron, les tengo una mala noticia, ya todos sabemos que el La Prensa S.A está quebrada y que su suerte será la misma que la del Nuevo Diario porque esa es una tendencia mundial que está exterminando físicamente a los periódicos hasta de altísima reputación, pero que aquí se agrava porque el partido de papel del que hablamos es un nido de infamia y de mentiras, de terrorismo y de violencia, de odio y de muerte y por eso su escasa o nula circulación en un país que desde sus páginas editoriales pretendió ser asesinado.
La Prensa S.A ni va a bajar el precio de sus mentiras, ni va a aumentar el número de sus páginas ni va a volver a emplear a todos los tontos útiles que corrió después de haberse ganado el desprecio de muchos empresarios que no quisieron seguirse anunciando en un antro de papel que solo cochinadas representa para un país contra el que no pudo, ni podrá.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.