El viento y Carlos Fonseca Amador
Por: José Luis Ayala
Escribo el nombre de Carlos Fonseca Amador en el cielo de América. Su nombre invicto, eterno y transparente como la garúa que nace en los Andes, para ir a cantar con su guitarra de nogal a orillas del mar.
Pronuncio el nombre de Carlos Fonseca Amador y un coro de niñas al fondo de los celajes cantan a Nicaragua y a la libertad. De pronto su rostro aparece en el viento que llega en su caballo blanco y cruza el tiempo.
Carlos Fonseca Amador, por ser libertario, habita en el corazón de los jóvenes que sueñan con un mundo en el que sea posible se haga realidad la conquista de la justicia y redistribución del trigo entre todos los pobres más pobres.
Carlos Fonseca Amador, supo soportar carcelerías y destierros con honor y sacrificio. Hoy que es su natalicio vuelve a nacer por la voluntad de los insurgentes pueblos de América para no morir jamás. Vive, vivirá siempre y seguirá luchando en cualquier parte del mundo, para que no haya niños mendigos que lloran y cantan mirando el pan que les hace falta.