Elecciones y definiciones en Nicaragua
Por: Héctor Manuel Díaz
Sólo los que no estuvieron ahí pueden decir lo que se les ocurra y criticar un proceso que fue libre, soberano y democrático.
Esto fue lo que sí pudimos constatar todos aquellos que estuvimos acompañando el proceso en diferentes puntos de Nicaragua:
La jornada electoral se desarrolló de manera tranquila, en paz, casi como un domingo dominical.
Gente de todas las edades fluía a los centros de votación. De 16 años, la mínima. A esa edad ya pueden votar, según la ley de Nicaragua.
La participación de los jóvenes en la revolución Sandinista, fue determinante para el triunfo. La revolución les reconoció ese derecho.
Asombraba ver a personas que llegaban a la votación que por razones de edad y de restricciones físicas, en otras circunstancias hubieran podido disculparse de ejercer el voto.
Pero no.
Muchos de ellos llegaban con paso lento, lastimoso, apoyados por un bastón, solos , ante el deber inexorable de manifestar su voluntad en urnas .
Otros más llegaban prácticamente cargados por sus familiares.
Pero todos ellos cumplieron su compromiso cívico.
A diferencia de mi país, México, no vi las largas colas, de espera de horas, tan típicas de nuestras citas electorales.
Más bien, vi un orden muy planeado y organizado para que en dos o tres minutos, el ciudadano nicaragüense pudiera cumplir con el llamado.
Para los detractores de siempre, este sería el punto contundente de que casi “nadie” fue a las urnas.
Por qué esas largas colas no se veían.
Pero no fue así .Nada que ver sus comentarios “in situ”. Nosotros estuvimos ahí. Ellos no. Pero con todo, sí hablan y opinan. Ellos no tienen ningún problema en presumir el don de la ubicuidad que les adorna.
Agregan además, de que hubo militares que intimidaban e impedían el voto libre
No vi eso en todos los lugares que recorrí. Nada.
A todos esos que “hablan y opinan”, no los vi aquí.
Los vi desde sus países criticando y denostando.
¿Vieron el proceso por telescopio? ¿Por CNN? ¿Algún satélite? (por cierto CNN tampoco estuvo ahí)
Asombra leer sus cometarios, sobre todo, de donde los basan. Ellos no estuvieron aquí para juzgar, desde el lugar. Como se debe.
Cómo lo debe hacer alguien que “presume “ser periodista.
Si algo ha servido esta elección en Nicaragua, es para establecer definiciones.
¿De qué lado están los que alzan su voz y critican y que se asumen de izquierda y/o periodistas, cuando no estuvieron ahí?