Encuentro con Embajador de Paraguay ante la Santa Sede
El Señor Alfredo Osvaldo Augusto Ratti Jaeggli, Embajador del Paraguay, y el Compañero Francisco Javier Bautista Lara, Embajador de Nicaragua, conversaron de manera cordial sobre las múltiples coincidencias y particularidades históricas y culturales entre las dos naciones latinoamericanas.
Recordaron que, en 1912, Relaciones Exteriores del Paraguay designó Cónsul en París a Rubén Darío, el nicaragüense más universal. Ese fue el último cargo Diplomático al que fue nombrado durante su accidentada carrera diplomática. También se refirieron al escritor Augusto Roa Bastos (1917-2005), autor de las novelas Hijo de hombre (1960) y Yo el Supremo (1974).
Nicaragua y Paraguay tienen profunda tradición mariana. Nuestra Señora de Caacupé, nombre del municipio capital espiritual del Paraguay-, es Madre y Reina del Pueblo paraguayo, es la advocación de la Inmaculada Concepción de María, y que Nicaragua celebra la popular Gritería en la víspera del 8 de Diciembre, cuando ambas Naciones asumen como feriados nacionales esta devoción católica que data desde antes que la iglesia oficializara el dogma de la Inmaculada Concepción (1854).
Los Diplomáticos reconocieron el valor histórico, político y cultural de lo que soñó Bolívar como La Patria Grande, la fraternidad natural del espíritu Latinoamericano, el vínculo con la Tierra y la Naturaleza, la proximidad familiar, el calor humano y la religiosidad popular que nos califica como “Continente de la Esperanza”. Ratti refirió lo coloquial y afectivo del guaraní, lengua originaria prehispánica de transmisión oral en Paraguay y otras Comunidades suramericanas. Bautista mencionó la privilegiada posición geográfica de Nicaragua, la hospitalidad de su gente, el compromiso de nuestros pueblos por la paz y la solidaridad, el Derecho a la prosperidad y autodeterminación.
Roma, jueves 5 de noviembre de 2020.