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  • 20 diciembre, 2022

Justicia, reportaje y la demencia inducida


Stephen Sefton

Varias, quizás muchas personas entre nosotros hemos tenido la experiencia de cuidar a seres queridos de la tercera edad, que sufren de la terrible enfermedad de la demencia. Y algo que comúnmente se encuentra en esta experiencia es que nuestros seres queridos pueden mantener una conversación gramáticamente correcta pero completamente sin sentido, con personas imaginarias, sobre situaciones inexistentes, recordando acontecimientos que nunca ocurrieron. La conversación suena normal, pero es completamente absurda.

Se siente esta misma experiencia al leer o escuchar las fuentes occidentales que reportan sobre los acontecimientos internacionales. Vale la pena recordar que este pasado día 15 de diciembre en la 77 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Estados Unidos y sus países aliados de la OTAN votaron en contra de una resolución que condenó la glorificación del Nazismo. No es que los representantes norteamericanos y europeos abstuvieron. No. Se opusieron, o sea, de hecho apoyan el nazismo, lo cual contradice todas las afirmaciones que miembros de las clases políticas occidentales hacen a sus poblaciones de apoyar la democracia y los derechos humanos.

Frente a esta contradicción, los muy pocos medios occidentales genuinamente anti-imperialistas a menudo analizan cómo las poblaciones occidentales pueden ser engañadas hasta el extremo de aceptar las genocidas políticas de sus gobiernos fascistas y sus dueños en las élites corporativas norteamericanas y europeas. Por ejemplo, una palabra común que figura en los medios estadounidenses que critican el imperialismo de su país es “gaslighting” derivado de la famosa película “Luz de Gas” estrenado en el año 1944. En esta película la heroína está sujeta a una siniestra manipulación sistemática por su marido, quien busca hacerla declarada demente para así apoderarse de la herencia de su tía, a quien él había asesinado.

Entonces ahora se aplica el término “gaslighting” a la ofensiva de guerra psicológica de los medios de comunicación de los países occidentales contra sus propias poblaciones. Con esta guerra psicológica se inducen dementes creencias falsas para así convencer a las poblaciones norteamericanas y europeas que la criminal política extranjera de sus gobiernos promueve y defiende la democracia y los derechos humanos. La estrategia fundamental para lograr imponer esta demencia inducida masiva es la repetición incesante de grandes mentiras junto con la eliminación de fuentes de información que contradicen las mentiras.

Por ese motivo implementan políticas de censura en las redes sociales, eliminan fuentes de información como RT de Rusia o Press TV de Iran como se ha hecho recientemente por medio de decretos de la Unión Europea y sus países miembros. RT y Press TV manejan los tradicionales criterios de reportaje en el sentido de querer reportar la realidad. Sin embargo, para las fuentes de desinformación occidentales, la realidad es precisamente lo que se esfuerzan para eliminar para poder inducir la demencia colectiva entre sus poblaciones.  María Zakharova, vocera de la Cancillería de la Federación Rusa, ha comentado sobre las recientes medidas de censura contra RT que:

“Son una prueba más del deseo de la Unión Europea de censurar severamente los flujos de información hasta prohibir los medios indeseables, en contra de los principios de libertad de expresión y medios que declara contra terceros países. La decisión actual viola aún más el derecho de los residentes de la UE al acceso a la información”.

Precisamente, porque los criterios de reportaje de los medios occidentales se formulan para inducir creencias falsas. Por ejemplo, promueven la creencia que la OTAN es una organización defensiva, que Irán y no Israel es una amenaza nuclear o que Irán es un país donde no respetan a las mujeres, que Estados Unidos lucha contra el terrorismo. O alegan que China no sabe cuidar la salud pública de su población, que Cuba, Nicaragua y Venezuela son dictaduras que desestabilizan la región.

Por supuesto, la realidad es lo contrario. De manera incuestionable, Cuba, Nicaragua y Venezuela contribuyen grandemente a la estabilidad regional. La OTAN es una organización militar agresiva que atacó la población civil de Serbia con bombardeos masivos y apoya el asalto genocida de Ucrania contra la población rusoparlante en Donbass. Estados Unidos es el mayor promotor del terrorismo en el mundo. China es uno de los países más exitosos en defender la salud pública de su enorme población.

Es importante entender que no se trata solamente del trabajo desleal y falso de los medios de comunicación occidentales o el represivo control ejercido por las gigantes corporaciones de comunicaciones como Meta, Twitter y Google. También el aparato de guerra psicológica occidental busca incorporar y controlar la industria académica, siendo la producción intelectual en temas de las ciencias sociales de especial importancia para inducir creencias falsas. De suma relevancia en este sentido también es el agresivo actuar de los poderes occidentales,especialmente Estados Unidos, para imponer su control del aparato del derecho internacional.

Se trata por ejemplo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU o la Corte Internacional Penal y los varios tribunales especiales establecidos en años pasados para tratar temas específicas, como Ruanda, el Líbano o el antiguo Yugoslavia, entre otros. Estos tribunales de dudosa legitimidad desempeñaron sus investigaciones en apoyo a los objetivos de la política extranjera del Occidente colectivo contra sus enemigos. Pero sus tendenciosas conclusiones entran en la historia como definitivas. con el efecto de congelar en la forma de falsas memorias las sesgadas premisas con las cuales se justificaron su establecimiento.

Aparte de buscar el control de las instancias importantes que inciden en el desarrollo de la jurisprudencia internacional, Estados Unidos ha logrado imponer su jurisdicción nacional sobre otros países. Durante seis décadas, de manera ilegal, Estados Unidos ha aplicado la genocida Ley Helms-Burton al pueblo de Cuba, lo cual en efecto eleva las leyes nacionales de Estados Unidos a normas internacionales en perjuicio del pueblo cubano. Otro ejemplo es cómo Argentina fue víctima del hostigamiento e intervención de parte de un juez menor de una corte de distrito en Nueva York quien actuaba agresivamente a favor de los fondos buitres que no aceptaron la legítima reestructuración de la deuda de Argentina acordada con todos los demás acreedores del país.

En el pasado mes de junio Estados Unidos impuso su jurisdicción también en el caso del avión venezolano secuestrado en Argentina donde las autoridades actuaban con procedimientos completamente al margen de la ley argentina por motivo de una investigación de la policía estadounidense. Estas ejemplos de la aplicación desleal e injustificable de la ley se basan en  el despliegue de siniestros artificios, completamente desligados de la realidad y la verdad. En estos casos, de manera invariable, las pruebas que se presentan son burdamente sesgadas, claramente inventadas o sencillamente no existen.

Entre los casos más notorios de este tipo han sido la persecución y tortura de Julian Assange por haber revelado los crímenes de Estados Unidos en Irak y Afganistán, de Jorge Glas en Ecuador y el ilegal secuestro judicial de Alex Saab. Lo más reciente es la infame condena emitida al inicio de este mes contra Cristina Fernádez después de más de una década de permanentes arbitrariedades legales en su contra. Estos abusos de la justicia nacional formalizan falsos juicios que tienen la intención y muchas veces el actual efecto de destruir a sus víctimas. A nivel internacional sirven para presionar, hostigar y condenar a países enteros que defienden su dignidad nacional y su soberanía.

Nicaragua reflejó esta realidad en su mensaje este mes al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas: “El legítimo Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua, no se cansará de repetir con dignidad, en voz alta e irrebatible, nuestro total rechazo a este tipo de mecanismos, que “actualizan sus reportes de Derechos Humanos”, de forma unilateral y parcializada; actuando como un “instrumento de presión e injerencismo”, al esgrimir argumentos alejados de la realidad de nuestra Patria, con la única finalidad, de mantenernos en el subdesarrollo y desvirtuar nuestros logros, para tenernos sumidos a las directrices de potencias extranjeras.”

En este contexto también es relevante el mensaje del pasado mes de noviembre del Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei , al pueblo iraní en que observó en relación a fallido intento de golpe por los poderes occidentales en ese país, “Uno de sus puntos vulnerables es la lucidez de ustedes. Cuando ustedes son lúcidos, ellos resultan perjudicados… Lo que busca el enemigo es hacerse con el dominio de los cerebros. Dominar estos es para él mucho más valioso que dominar los territorios.”

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