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  • 4 diciembre, 2023

La entidad sionazi es una fuerza para la guerra colonial


Ramón Pedregal Casanova.

 

 

Los recursos naturales que los regímenes europeos extraían de sus colonias de Medio Oriente como también del resto del mundo, América Latina, África, Oriente lejano, permitieron al capitalismo su desarrollo, pero la pérdida de las colonias llevó a éstos a aliarse con los grupos financieros sionistas que, dueños del dinero lo inyectaban a unos y otros para las guerras que llevaban a cabo. En ese camino de alianzas el sionismo como grupo financiero se proyectó como un aliado político-militar a los imperialistas si apoyaban su intención de crear una entidad que se viese respaldada en una zona geoestratégica. Y a eso accedieron las potencias europeas y más tarde EEUU.

En síntesis, el sionismo se desarrolla en el proyecto neocolonial como continuidad del expansionismo europeo. El paso siguiente fue el traslado de gentes que se prestasen a establecerse como colonos en Palestina, para lo que había que expulsar a la población autóctona, pues de lo contrario el sionismo no dispondría de un territorio tal y como había teorizado su proyecto imperial el ideólogo Herzl en su libro El Estado judío en 1896.

Para la realización de su proyecto en los primeros Congresos del sionismo consideraron la posibilidad de ocupar Palestina, pero también discutieron la posibilidad de emplearse en Argentina y en Uganda, contando con la influencia de Inglaterra, y en el caso de Uganda por ser una de sus colonias. En 1899 celebraron el 2º Congreso, y en él salieron ganadores los sionistas que observaron que Palestina era colonia británica y tenía geográficamente una situación inmejorable respecto a los recursos, lo que les daría un carácter de potencia regional. Además decidieron la creación del Banco Colonial Judío, con sede en Londres, y sobre el que el historiador Bernfeld declara que aunque fundado como un banco ordinario que se ocuparía de operaciones de crédito, de estímulo a la agricultura, el comercio y la industria, en Palestina y en Oriente, perseguía sin embargo una finalidad esencialmente política.

Los sionistas declararon sobre la creación del Banco que era el órgano más apropiado para entrar en negociaciones con el gobierno turco para la concesión y compra de tierras, y Herzl declaró que la finalidad del Banco era la adquisición de una gran concesión con todos los derechos soberanos que se acostumbra consentir a las compañías que se otorga una carta de concesión. Los sionistas pretendían que esa carta fuese el primer paso para conseguir una Carta europea que les garantizase, les concediese   mejor,   el   derecho internacional.

Los objetivos se iban cumpliendo porque el dinero compraba el derecho y con todo el entramado se implicaban las grandes potencias en la acción sionista. Así compartieron el proyecto neocolonizador y se dieron unos y otros continuidad en el expansionismo que había guiado siempre a las potencias imperiales europeas. El sionismo quería ser actor principal imperialista y se comprometía a ello si se le garantizaba el respaldo para quedarse con Palestina, no quería disponer de un lugar de espiritualidad ni unas tierras en las que desarrollar colonias agrícolas realizadas por la infiltración sucesiva, a la que Herzl se oponía diciendo La infiltración tiene que terminar mal siempre, ya que regularmente llega el momento en que el gobierno, a instancias de las poblaciones que se sienten amenazadas, detiene la afluencia ulterior de los judíos. Por consiguiente, la emigración no tiene realmente razón de ser más que si tiene por base nuestra soberanía asegurada. La Sociedad de los Judíos negociará con las autoridades soberanas de los territorios en cuestión, y ello bajo el protectorado de las potencias europeas si la cosa les conviene.

Los congresos sionistas discutieron la localización de la tierra en la que ubicarse, y el territorio ugandés, que lo ofreció Inglaterra a Herzl el 17 de agosto de 1903, fue descartado en el 6º, y ya en el 7º Congreso se acordó poner en marcha el programa colonial sobre Palestina, y se abrió paso el planteamiento de expansionismo sobre los países limítrofes.

Entre tanto Inglaterra y Francia firman en secreto el Acuerdo Sykes – Picot (1916) con el que se reparten Medio Oriente, aceptado por Rusia   zarista,   Acuerdo   que   la Revolución Soviética triunfante denunciaría. Entonces Inglaterra hace una declaración pública de apoyo a la instalación del hogar nacional judío en Palestina (el término hogar   nacional jurídicamente no tiene cabida en el Derecho internacional y que por ser confuso permitiría el propósito sionista), lo que se conoce como Declaración Balfour, carta firmada entre el ministro de exteriores inglés y el representante sionista Lionel Walter Rothschild.

Terminada la 1ª Guerra europea el sionismo envió a la Conferencia de Paz de Versalles, 3 de febrero de 1919, su intención   expansionista   manifestándola    de    la siguiente manera:   Estas   fronteras   englobaban territorios     que pertenecen hoy a países árabes, como el sur libanés, las riberas oriental y occidental del Jordán, una parte del norte de Hedjaz (región de Arabia Saudita que va desde el paso del canal de Suez por todo el mar Rojo hasta Yemen) y toda la península del Sinaí.

Creada la Sociedad de Naciones Inglaterra se encarga el Mandato sobre Palestina. El Mandato termina en 1948. Inglaterra se había hecho con Palestina y Transjordania mediante el Tratado de Sévres en 1920, Tratado que no fue después firmado por las partes. Para remediarlo, la Sociedad de Naciones aprobó la entrega a Inglaterra en la Conferencia de San Remo en ese mismo año de 1920, y, haciendo valer su peso, Inglaterra confirma su interés por darle valor legal tras vencer al imperio turco en la 1ª Guerra.

El interés por esa apropiación imperialista había venido dado por el desarrollo industrial y comercial inglés en todo Oriente, además el acoso al que sometía a la Revolución Soviética desde esa zona apoyando a   la contrarrevolución, y, favoreciendo la intervención de EEUU en la 1ª Guerra en Europa.

El general inglés que va al frente del ejército británico que acaba con la dominación turca sobre Palestina se llamaba Edmund Allenby, cuyo nombre se lo dieron al único paso que hay entre Palestina y Jordania y hoy se mantiene por los sionistas, como vemos pasa de un colonizador a otro colonizador, de modo que todo ciudadano Palestino o ciudadana Palestina a quien el régimen de ocupación y su ejército neocolonial permita salir o entrar en su propio país, debe hacerlo por el puente que tiene el nombre del general invasor. ¿Otra forma de borrar a Palestina y tratar de humillar a su pueblo?

El régimen inglés había prometido a los árabes la independencia y la creación de un solo Estado árabe en la región por su ayuda en la derrota del imperio turco, pero en secreto habían acordado el negocio con los sionistas de entregarles Palestina para hacerlos continuadores de la explotación colonial. Es así como engañaron a los árabes.

Tras la 2ª Guerra en Europa los vencedores dan por agotada la Sociedad de Naciones y crean la Organización de las Naciones Unidas, y en 1948, con la oposición de Cuba y los países árabes, Inglaterra hace aprobar la resolución por la que se parte Palestina y le entrega más de la mitad del país, con las zonas más ricas, a la entidad sionista financiera para que desarrolle su colonización.

La partición es votada y aprobada en 3 minutos. El día antes de la finalización del Mandato británico, 14 de mayo de ese año, Ben Gurión declara la independencia del territorio entregado y los sionistas se lanzan a cometer el crimen de genocidio que se conoce como Al Nakba, El Desastre.

Tras el crimen y las mentiras sobre las que se desarrollaron todas las guerras y las sucesivas colonizaciones, los sionistas con su Banco Colonial Judío, su Fondo Nacional Judío y sus grupos terroristas, la banda Stern, y Leji ( ésta última es la responsable del asesinato del enviado por Inglaterra, Moyne, y de Folke Bernadotte en 1948, a éste el 17 de septiembre al acudir a tratar sobre la paz en la guerra declarada contra los Palestinos tras la creación del establecimiento sionista que llamaron Israel. Ninguna de estas acciones criminales impidió a los miembros de la ONU admitir como un miembro más de pleno derecho el 11 de mayo de 1949 al nuevo colonialista al que el régimen inglés había vendido el territorio.

La ONU, un organismo mundial que se decía creado para el mantenimiento de la paz, incumpliendo su carta fundacional había entregado ilegalmente el territorio de Palestina a un conjunto de organizaciones sionistas que lo pretendían para la   instalación   de   su   propio   establecimiento fundacional, tratando de inscribirlo en la Historia como si de un país se tratase. Pero no solo eso, los principios de las Naciones Unidas declaran que   los   Estados miembros son responsables de la ejecución de las resoluciones que votan el Consejo de Seguridad o la Asamblea   General.    Esta    responsabilidad    aparece como solidaria   y   colectiva.   Cuando   un   Estado miembro viola las disposiciones de la Carta o se niega deliberadamente a ejecutar las resoluciones regularmente adoptadas por el Consejo de Seguridad o por la Asamblea General, corresponde a la ONU tomar a su respecto las medidas que pueden ser de una triple naturaleza:

1) sanciones,

2) suspensión de los derechos y privilegios, y, finalmente,

3) la exclusión. Y si un Estado miembro infringe de manera persistente los principios   enunciados   en   la Carta, la Asamblea General puede, por recomendación del Consejo de Seguridad, excluirlo de la Organización (Artículo 6 de la Carta de las Naciones Unidas). Al no tomar esas diferentes medidas en relación con Israel, la Asamblea General ha faltado, pues, igualmente a su misión. (Recogido del libro El problema palestinense, Coloquio de Juristas   Árabes   sobre Palestina. Argel 22-27 de Julio de 1967).

Las sucesivas guerras de expansión colonial declaradas contra el Pueblo Palestino por parte de la entidad sionazi lo han expulsado de su país creando la mayor población refugiada del mundo con identidad nacional, La UNRWA, organismo de la ONU para los refugiados, declara que hay entre 5 y 7 millones de Palestinos y Palestinas en campos de refugiados en los países que rodean a Palestina y que han ido a parar a los 5 continentes. A eso se añade la población Palestina recluida en ciudades, pueblos y aldeas en el territorio nacional y se encuentran rodeadas por muros, check point, y con 65 leyes racistas de segregación en todo el territorio, empezando por la capital, Jerusalén.

Para no alargarme sobre los hechos que son bien conocidos a lo largo de los 76 años de ocupación sionazi, lo que he tratado en numerosos artículos hasta éste, me voy a referir a los últimos acontecimientos: el Pueblo Palestino resiste a la agresión, ¿no es eso un clamor de justicia? Los bombardeos del sionazismo de los últimos días contra Gaza, que en la agresión anterior fueron en pleno Ramadan, como las prohibiciones de acercarse a la Mezquita de Al Aqsa, que para provocar la asaltaron días antes de la intervención de la Resistencia, centro religioso en Jerusalén para el mundo musulmán, ciudad que tiene un estatuto internacional declarado por la ONU, llamado Corpus Separatum. El sionazismo “Israel” con la descarga represiva sobre la población pacífica, dejó en la última agresión más de 260 asesinados, de los cuales 66 son niños y niñas, y 1600 heridos, y en la que comenzó el 7 de octubre se declaran 15.500 Palestinos muertos de los cuales la mayoría son niños y mujeres, y quedan bajo los escombros otros tantos miles.

A esos crímenes hay que añadir la destrucción de cientos de viviendas, hospitales, mezquitas, colegios y universidades, han bombardeado las calles que conducen a los centros de salud y los hospitales, los centros de enseñanza, los centros de ayuda internacional, el alcantarillado, la potabilizadora de agua, las panaderías, han asesinado a 70 periodistas, el centro de distribución eléctrica, los cementerios y las dos grandes     librerías de  Gaza,  y el mismo centro de comunicación internacional en el que estaba la prensa extranjera, la ciudad muestra la imagen de un mundo arrasado buscando con ello el población al desierto del Sinai.

A pesar de todo la Resistencia no se ha callado, no ha sido destruida, y ha respondido como nunca, dentro de Gaza, dentro de Jerusalén, dentro de Cisjordania, dentro de los territorios ocupados   desde   1948,   en   los campos de refugiados, y en todos los países donde se encuentra el Pueblo Palestino. Como consecuencia de la unidad frente al ocupante, en la invasión anterior a los 11 días el gobierno sionazi pidió una tregua incondicional, pero entonces se temió que tan solo fuese una parada en la guerra, en aquella ocasión como en la agresión desde el 7 de octubre, se hizo y se ha hecho visible la respuesta dada al invasor a nivel militar por todas las facciones de la Resistencia agrupadas en un Comando Central desde Gaza, además de levantarse una respuesta cada vez mayor en Cisjordania y Jerusalén, e internacionalmente se ha visto en las movilizaciones populares.

El resultado ha sido desastroso para la entidad sionista en cuyos refugios subterráneos ha tenido que meter a todos sus colonos, además se le ha hundido el turismo, la industria se ha paralizado, el desprestigio internacional ha aislado a la que se decía la potencia de Oriente Medio, se ha visto en todo el mundo la matanza y destrucción que ha realizado y las denuncias se han multiplicado en los organismos internacionales donde se habla de justicia.

Ha funcionado como nunca la transmisión por las redes sociales entre los grupos y las personas solidarias. Todo ello ha acentuado la huida de colonos de vuelta a sus países de procedencia, un par de cifras: desde 2008 se han ido el 18% de los que entraron, la mayor subida fue en 2014, año en que se fueron de Palestina 30.000 sionistas, y ahora se han agotado los billetes de avión y están a la espera otros tantos miles que han pedido su pasaporte para irse.

El antídoto del imperialismo es la liberación y la independencia de Palestina, no hay otro camino. Los pueblos han gritado en todo el mundo por Palestina, en apoyo justamente de la lucha en la que han dado su vida los mártires de la nación, se grita Palestina por los prisioneros, por el Pueblo, por la Resistencia, por los refugiados, y por un asunto inolvidable más: que los responsables sionazis sean llevados ante la Corte Penal Internacional.

Israel es fruto de las ilegalidades cometidas por las potencias europeas decadentes, y ahora por el imperio decadente estadounidense.

Los medios de propaganda de los promotores de la entidad sionazi han permanecido callados mientras se aplastaba a la población que asistía a Al Aqsa, y solo cuando la Resistencia, después de haber dado un plazo de dos días para que se permitiese asistir a la Mezquita, respondió a la agresión, entonces la prensa de los aliados de Israel se llenó de ataques a la Resistencia llamándola grupos terroristas.

Bueno pues hay que aclarar que ninguna de las organizaciones Palestinas está considerada como terroristas en la lista de las Naciones Unidas, que es la organización mundial que representa al conjunto de países del mundo. Solo EEUU tiene su lista particular en la que mete a quien le responde. Pero hay que añadir entre las contradicciones que se presentan una más: la parálisis del Consejo de Seguridad de la ONU viene dada porque en él, el tal Israel tiene un puesto permanente a través de EEUU, que para mayor despropósito es el que desprecia los acuerdos fundacionales y las resoluciones que se deben aceptar para formar parte del organismo.

Bajo el engaño continuo y la violencia imperial ha sido construido lo que llaman Israel, entidad enemiga de la Ley Internacional y los Derechos de los Pueblos y los Derechos Humanos, establecimiento neocolonial sobre el que la misma ONU emitió la Resolución 3379, 10 de noviembre de 1975, declarando : El sionismo es una forma de racismo. Como todo depende de la relación de fuerzas, al caer la Unión Soviética, con los cambios de gobierno habidos en los países que se separaron, el régimen estadounidense y sus sionazis fueron a la ONU a votar para que se eliminase esa resolución, y la hicieron desaparecer emitiendo la más breve de la historia del organismo, la resolución solo dice que la 3379 queda eliminada, y hoy no se puede encontrar ningún rastro más que en       alguna página como la siguiente: https://www.revistalacomuna.com/geopolitica-y- antiimperialismo/sionismo-onu-resolucion-3379/ Para hacernos una  idea de lo importante que fue aquella Resolución nos da la medida la emisión de otras más de veinte Resoluciones de la ONU condenatorias del ente colonial (3089, 3219, 3236, 3240, …) y otras tantas que aprobaron la UNESCO, la OIT, la OMS, … exigiendo a los colonialistas sionazis su salida de los territorios ocupados, denunciando además su ideología.

Los acontecimientos históricos y los del presente deberían unir a las fuerzas antiimperialistas y mantenerlas en el internacionalismo solidario para exigir el castigo a la entidad colonial que, siguiendo al colonialismo imperial europeo y ahora de la mano del de EEUU, hace la guerra contra Palestina. Que no se deje sola a la Resistencia Palestina, que se        comprenda  que  con la  vida de  sus  gentes está protegiendo las libertades de los pueblos del mundo.

La entidad sionazi es una fuerza para la guerra colonial. Solo unidos conseguiremos la Palestina Libre, Independiente y Soberana.

 

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de AMANE. Miembro de la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Internacionalista e integrante de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN.

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