• Por admin
  • 3 noviembre, 2021

¡La suerte está echada! victoria soberana y dignidad patriótica de Nicaragua


“Por los inmortales de ayer, hoy y siempre:
¡Juramos defensa la victoria! ”
Del libro de las verdades eternas.
“La perseverancia es el secreto de todos los triunfos”.
Victor Hugo.

El título ¡La suerte está echada! es la célebre frase de Cayo Suetonio en su obra histórica Vida de los doce césares (121 dC), cuando el emperador Julio César cruzó el río Rubicón (año 49 aC), al noreste de Roma, frontera de las Galias, región que gobernaba, para emprender la conquista sin retorno del imperio romano. También se dice: “cruzar el Rubicón”, cuando es el paso a un rumbo cuya opción única, frente a una complicada y compleja situación, es seguir adelante para vencer con determinación, sin retroceso.

Nicaragua “cruzó el Rubicón” el 19 de julio de 1979 con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista para no regresar jamás, cuando, como dijo Tomás Borge: “el amanecer dejó de ser una tentación”, y ahora, como antes, seguimos con la fuerza renovada e inagotable de cada amanecer …El rumbo continúa siendo el mismo, perfeccionándose en el camino andado, aprendiendo, enmendando y haciendo sin detenerse ni doblegarse … Avanzando para derrotar la pobreza, superar la desigualdad, construir nuevas y diversas oportunidades para todos y todas, en especial para los más vulnerables, para los sectores históricamente excluidos, desde “la opción preferencial por los pobres”, hacia una sociedad “con mercado” y no “una sociedad de mercado” que es excluyente, acaparadora, egoísta y consumista, avanzando firmes hacia el horizonte de justicia social, dignidad, soberanía y autodeterminación, con voz propia, desde un modelo propio, solidario, comunitario, cristiano y socialista, hacia la conquista de ser nosotros mismos en nuestra casa común y siempre libres.

La pequeña y digna nación nicaragüense desarrolla con decidida soberana, a pesar de la grosera manipulación, desinformación global, de las múltiples e inhumanas maniobras golpistas, desestabilizadoras y antipatrióticas instruidas y financiadas desde afuera con complicidad interna, de las amenazas, principales y agresiones de nueva forma y viejas prácticas, una vez más, en su democrático camino, legítimo y popular, por el bienestar común, una nueva elección general para presidente, vicepresidente, diputados ante la Asamblea Nacional y el Parlamento Centroamericano, expresiones de participación y representatividad en el indetenible avance por continuar construyendo identidad, equidad, solidaridad y sostenibilidad conforme a las aspiraciones populares sustentadas por la institucionalidad política y social de Nicaragua.

Los electores son los nicaragüenses. Asumimos el derecho irrenunciable a decidir por cuenta nuestra lo que nos compete, sin intromisión externa, a pesar de las ingratas traiciones de los autoexcluidos, sin dejarnos confundir por la ficción, los disfraces y las mentiras, ni atrapar por miedo o amenaza, sin someternos al oscuro y ruidoso resplandor del conquistador imperial que emana fuego y escupe falsedades, que sigue comprando con espejos, canicas doradas, y modernos dispositivos virtuales …, porque afortunadamente los que eligen en Nicaragua, son de la misma noble estirpe de Diriangén, Rafaela Herrera, Augusto C. Sandino, Francisco Zeledón, Leonel Rugama, Julio Buitrago … Rebeldes y dignos, por naturaleza hormonal y herencia genética, quizás dijera José Saramago. Así eran, así somos, así seguiremos siendo … siempre mejores.

La intromisión imperial utiliza diversos instrumentos amañados para manipular, se extiende al terreno de lo virtual, explota y sesga las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, …), desde sus servidores centrales, censura (oculta y cierra) opiniones divergentes y desborda a nivel global las que perturban, desestabilizan y promueven caos contra gobiernos progresistas y organizaciones populares. Sin embargo, las elecciones no se ganan en la escena virtual que se desvanecerá como espuma, como fue la virtualidad ficticia creada en 2018, insostenible e ilusa, generador de confusión y caos, la victoria se conquista en el terreno real, con la presencia digna y patriótica de electores, sustentados con la sólida evidencia de la prosperidad con equidad y solidaridad.

Es imposible desconocer la participación popular al volcarse los ciudadanos a las urnas electorales, como mecanismo democrático y no propósito esencial, como medio y no fin. Conforme el padrón electoral del Consejo Supremo Electoral de Nicaragua, unos 4.3 millones de compatriotas están habilitados para ejercer su derecho a votar en las elecciones del 7 de noviembre. Eligen y deciden los que asumen y votan. Según datos de la participación electoral histórica, esta oscila entre 64% y 73%, con un promedio de 70%, es superior a la registrada en Estados Unidos, México, Guatemala, Costa Rica y Colombia, entre otras naciones americanas. En correspondencia a ello, la votación esperada será cercana a 7 por cada 10 inscritos, es posible que, al menos 3 millones de ciudadanos ejerzan el sufragio universal como derecho cívico voluntario, porque en Nicaragua no es obligatorio como si es en Argentina, Bolivia,

La primera gran victoria electoral en Nicaragua 2021 ya ocurrió, fue la que ha permitido llegar a la fecha de elección en un ambiente social, económico y político, digno, estable, seguro y tranquilo, con el país enfrentando con responsables y solidarias acciones, desde nuestra realidad, las circunstancias circunstancias de la pandemia y, adicionalmente, desmontando con legítima contundencia, una vez más, el intento de agresión que pretendía frustrar el proceso político institucional mediante la descarada intromisión externa para contaminarlo y desvirtuarlo, imponer organismos de fantasía, mensajes, plataformas y personajes dóciles. Frente a toda esa horrorosa y grotesca maniobra, Nicaragua venció. Afuera quedaron los traidores y sus visibles promotores de todos los tiempos …

La segunda victoria electoral será la decisión de la mayoría de los nicaragüenses de recurrir al voto para expresar su voluntad cívica y patriótica . Acto ciudadano conquistado con la victoria popular revolucionaria de julio de 1979. Serán unos tres millones de nicaragüenses los que continuaremos marcando el rumbo de prosperidad . Son la atronadora voz que reafirma que somos dueños del presente y artífices del futuro, constructores de la nación y que, la belleza, la riqueza y el esplendor que los primeros cronistas llamaron “el Paraíso de Mahoma”, es nuestro, “por gracia de Dios ”.

Al votar decidir elijo, no ir en contra de nadie, – ¡líbrame Señor de los que van en contra de todo y devastan todo con afán oportunista y desesperanza! -, sino a favor de la soberanía, la independencia y la dignidad de Nicaragua – ¡líbrame Señor de la traición a la patria, de la sumisión vergonzosa y de la indignidad humana! -. Elijo libremente expresarme por la opción cívica y el derecho a la autodeterminación en la casilla política que mejor represente mis aspiraciones y la mayoría de compatriotas, mis hermanos nicaragüenses.

Al votar, no voy en contra de alguien, sino a favor de la prosperidad con equidad, del desarrollo con sostenibilidad, de la democracia participativa, popular e inclusiva que trasciende a un acto aislado e incluye una efectiva oportunidad para vivir, opto por la defensa y promoción de la vida, por calles y ciudades seguras, por viviendas dignas, por acceso al agua potable, a la energía eléctrica, al transporte colectivo, a la intercomunicación electrónica ya carreteras, calles y caminos de acceso para todos y todas, principalmente para los más apartados de los beneficios egocentristas del capitalismo salvaje, profundamente egoísta, expoliador y destructor. Mi voto es para que más niños, niñas y jóvenes accedan a la educación pública, para que las universidades tengan más espacio educativo de calidad, para que el regocijo de la cultura y el arte florezcan abundantes en todos los pueblos y en las más humildes casas , para que la salud llegue hasta el más pobre y vulnerable y que ningún enfermo sufra por la ausencia de auxilio y solidaridad, decido ir por el Buen vivir y que el vivir bien no sea, nunca más, privilegio de pocos … ¡Del egoísmo, la traición, la actitud destructora y la desesperanza, líbrame Señor !.

Lo más indigno del derrotado y autoexcluido, es descalificar al ganador antes, desconocer al otro árbitro y echar las culpas a sin asumirlas, rogar al extraño y clamar injerencia, ignorar su incompetencia y el sesgo antipopular, evidenciar el camino errado y no enmendar, esa es su perdición, el acabose del tonto útil que se lleva al olvido la historia. Quedan fuera del juego cívico digno para ocultarse sin vergüenza bajo la bota imperial o el manto colonial. Según diversas encuestas de opinión, el sandinismo tuvo al menos 1.8 millones de votos, que representan la incuestionable voluntad democrática y popular para continuar avanzando …

Lo anterior no es producto del azar ni la suerte circunstancial, sino consecuencia de la persistencia de propósito por seguir “haciendo bien el bien común”, del dedicado solidario, del minucioso servicio comunitario, de la voluntad inclaudicable, de la fe inquebrantable, del heroísmo patriótico y de la dignidad constante. ¡Hazme Señor instrumento de tu paz …!

Todos los pronósticos confirmaban una categórica verdad que los fracasados –a quienes les gusta destruir e ir en contra del legítimo bien común- saben: la alianza Unida, Nicaragua triunfa , de la casilla 2 del Frente Sandinista de Liberación Nacional, logra, por la habilidad de perseverar en realizar bien el bien común que conquistó a los electores como sujetos activos, una decisiva victoria , que ahora, como escribió Darío: “… dejando el picacho que guarda sus nidos, / tendiendo sus alas enormes al viento, / los cóndores llegan, ¡llegó la victoria! ”( Marcha Triunfal ).

… “Ahora –dice Leonel Rugama – quiero hablarles de los santos:” …

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