Mediante elecciones soberanas, Nicaragua derrota el injerencismo
Está claro que el gobierno de Estados Unidos no descansa en su afán de interferir en cualquier proceso electoral que se produce en Nuestramérica. Son pocos los países que han logrado su verdadera independencia, según su proceso histórico vivido.
Nicaragua, además de Cuba y Venezuela, es uno de los países que repunta en dignidad, soberanía y autodeterminación. A nivel nacional, Nicaragua decretó que la Dignidad está por encima de todo y esta no se negocia, con nadie en absoluto.
La historia de nuestro país demuestra la sumisión vergonzosa que padecían los gobiernos de Nicaragua en las primeras décadas del siglo pasado, durante la dictadura somocista y durante gobiernos neoliberales. En estos tiempos, se llevaban a cabo procesos electorales fraudulentos donde Washington decidía quién sería el gobernante de nuestra nación.
“Aquí en Nicaragua, a los nicaragüenses, a nuestros antepasados, a nosotros mismos en estos tiempos, les ha tocado enfrentarse directamente a los invasores yanquis, a los que los traidores trajeron con William Walker, y se creían dueños de Nicaragua, y ya Walker era el presidente de Nicaragua”[1]. (Comandante Daniel Ortega)
Producto de esto, nuestro Pueblo fue despojado de todo derecho humano, sin derecho a la educación, salud, seguridad, recreación… un país hundido en la pobreza extrema.
Adicionalmente, la estrategia injerencista del gobierno de EE.UU. se extendió a técnicas de agresión económica mal llamado bloqueo económico – financiero y una guerra de agresión contra nuestro Pueblo en la primera etapa de la Revolución.
“En los años 80 ya sabemos, era una guerra y nuestra economía era una economía de guerra; en los 90 llegaron al gobierno los que les sirven a los yanquis, financiados por los yanquis para que pudiesen contar con muchos recursos para las elecciones, para las votaciones, para buscar los votos […]”. (Comandante Daniel Ortega)
¡No es fácil librarse de las garras del Diablo! Solo la capacidad e inteligencia del Gobierno Sandinista permitió crear las bases para que nuestro Pueblo tenga condiciones plenas de ejercer su derecho al voto en forma libre y soberana.
Actualmente, el Pueblo de Nicaragua goza de soberanía electoral, sin intromisión extranjera alguna y como resultado de esto, obtenemos el contundente deseo popular de continuar fortaleciendo el camino de la Paz y la prosperidad.
“Aquí vence la Paz. Aquí triunfa la Paz y la Paz es alegría y la Paz es certeza de que no sólo la lucha continúa por mejorar nuestra vida en el plano material, sino también por crecer […] en conciencia de Soberanía, de Dignidad y de Concordia”[2]. (Compañera Rosario Murillo)
Por más que ladren los perros de la white house y repitan mil veces su falso discurso de “democracia, libertad y derechos humanos”, el Pueblo humilde y valiente de Nicaragua tiene claro cuál es el camino a seguir; el Pueblo de Nicaragua no se deja engañar.
El General Sandino mostró el camino, el Comandante Carlos Fonseca Amador diseño la estrategia y el Comandante Daniel Ortega, acompañado de la Compañera Rosario Murillo ejecutan este plan que sigue otorgando al Pueblo garantías de que el magno objetivo de transformación es posible. Nicaragua logrará, de una vez por todas, vencer la pobreza…
En Nicaragua no nos conformamos con migajas, seguimos construyendo la Patria que nuestros héroes y mártires soñaron, una Nicaragua Digna, Soberana, Linda y Siempre Libre.
“Nuestros sueños no caben en sus urnas solo en las nuestras de la dignidad patriótica”[3].
Nicaragua Linda, Bendita y Siempre Libre