Sanciones a Rusia del dicho al hecho hay billones de dólares de trecho
Programa “¡Ahí les va!”, RT en Español
con la Periodista Lucía Kramer
Tema: “Sanciones a Rusia del dicho al hecho hay billones de dólares de trecho”
17 de Noviembre del 2022
La dependencia de Occidente con las materias primas rusas se trata, al fin y al cabo, de apenas un problema temporal. Claro, la cosa es que no se sabe si es temporal por unos meses, temporal por unos años, temporal por unas décadas o temporal por siempre jamás.
En conjunto, hoy los Países occidentales importan menos desde Rusia de lo importaban antes de Febrero. Pero, individualmente, los hay que compran a Moscú lo mismo e incluso todavía más que entonces. Y, además, aunque en Occidente todavía les cuesta asumirlo, el Mundo no se reduce a Occidente, lo que mete otra incógnita en una ecuación económica y geopolítica que trataremos de resolver en este video. ¡Ahí les va! “Occidente y la Energía Rusa. ¿Renuncia total o ´Renuncita´?
Al momento de grabar este video, desde el 24 de Febrero, la Unión Europea ha importado hidrocarburos rusos por un valor de 109,638 millones 504 mil 851 euros… Perdón, 109,638 millones 507 mil 718 euros… Perdón otra vez, 109,638 millones 513 mil 452 euros. En fin, me rindo.
La cifra varía a cada instante, pero hoy, mientras grabamos, ronda los 1,600 euros por segundo. Es decir, más de 5 millones de euros por hora. Es decir, más de 130 millones de euros por día. Nota de convertibilidad: al día de hoy, como bien saben, decir euros es más o menos lo mismo que decir dólares, tanto a nivel cambiario como a nivel político. Fin de la nota. Prosigamos.
De esas cifras, el global de estos casi 9 meses de cargamento fósiles desde Moscú hacia Bruselas corresponde, en su gran mayoría, a petróleo y gas, mientras que el carbón hace el resto. La fuente de esos datos, el Centro CREA, que se define como una Organización independiente, con sede en Finlandia, afirma que obtiene sus cifras “mediante el seguimiento detallado de los movimientos de barcos y flujos de oleoductos”.
Pero mucho ojito. El Estudio hace referencia a las compras directas de la Unión Europea a Rusia. Las ventas indirectas, a las que tanto se han aficionado en Occidente en este año, no están contempladas en estas cifras. Es decir, no se incluye cuando China vende a Europa Occidental el gas licuado que compró a Rusia y cuando llega a los puertos europeos petróleo ruso comprado y refinado en la India, por ejemplo.
Si desglosamos a nivel de Naciones, nos encontramos algunas sorpresitas. Si bien, como es “vox populi”, Alemania lidera las importaciones de gas ruso en Europa, hay casos menos voluminosos, gasíferamente hablando, pero voluminosísimos en el sentido de lo que implican geopolíticamente, como el de Polonia.
El Gobierno polaco (probablemente el más entusiasta a la hora de sancionar y exigir sanciones contra Moscú, junto con las naciones bálticas), anunció allá por Mayo su “irrevocable” y “completa” renuncia al gas ruso desde esa fecha en adelante, pero desde entonces y hasta Octubre, en promedio compró más de un millón de euros diarios en ese rubro. Lo que puede parecer poca cosa al lado de lo que siguen adquiriendo en petróleo ruso hoy en día: 112 millones de euros solo durante la primera semana de Noviembre.
A pesar de todo lo que podemos leer en titulares sobre la díscola y supuestamente adicta al gas ruso, Hungría, Budapest ha importado menos hidrocarburos rusos en estos meses que otros Gobiernos que se presentan a sí mismos como auténticos faros morales de Europa respecto a la guerra en Ucrania, como el ya mencionado de Polonia y los de Francia, Holanda, Bélgica o España.
Ni siquiera Naciones que, comparado con la Unión Europea, importaban poca energía rusa, como Estados Unidos o Reino Unido, fueron capaces de cumplir esos tajantes anuncios de que le decían adiós de forma irreversible y completa a los derivados fósiles provenientes de Rusia.
En conjunto, Londres y Washington desembolsaron casi 2,500 millones de dólares a Moscú desde finales de Febrero hasta la fecha y, aunque de forma irregular, no han dejado de importar petróleo ruso ni siquiera a estas alturas de año.
Pero no solo del pan vive el Ser Humano, ni de hidrocarburos la economía global. Porque hay otras materias primas o derivados de origen ruso que en Occidente apenas sí mencionan, y no es coincidencia, como el caso del Uranio o el Titanio. Dos metales a los que les dedicamos sendos videos en su momento, por su importancia para la energía nuclear y la aeronáutica, respectivamente, de los cuales Rusia es responsable de la gran mayoría de la producción global adaptada para aplicaciones prácticas.
Y, al contrario que con el gas, el petróleo o el carbón ruso, a los que en Occidente dicen querer renunciar, pero no lo logran, en el caso del Uranio y Titanio ni se plantean tratar de renunciar, porque no les cabe la menor duda de que no lo lograrían. De intentarlo, en cuestión de meses se verían forzados a cerrar decenas de Centrales Nucleares y adaptar los aeropuertos para el despegue y aterrizaje en ala delta.
Entonces, Occidente sigue importando discretamente ese dúo metálico tan vital para su super-vivencia económica en las mismas cantidades que hacía antes de Febrero. Y si lo visto hasta ahora los sorprende o desconcierta, esperen a ver lo que viene a continuación. Y es que, en algunos casos, no es ya que se siga importando de Rusia igual que antes, es que hasta hay casos de Países que sancionan a Rusia y le compran más hoy que antes de sancionarla. Escucharon bien: ¡Hoy, más que antes de sancionarla!
Es el caso, por ejemplo, de Bélgica, que según una investigación de un diario tan poco sospechoso de tendencias pro Kremlin como de New York Times, en 2022 incrementó sus importaciones desde Rusia en un 130% respecto al promedio de años anteriores. De los 1,400 millones de euros en adquisiciones realizadas en estos meses, casi 2/3 corresponden a la importación de diamantes rusos.
La pintoresca estrategia de buscar quebrar la economía de otro País comprándole más y más cosas no es solo cosa de los belgas, también se ha manifestado en estos meses en otros Países sancionadores, como España, Alemania, Holanda o Japón, pero el caso de Bélgica es especialmente llamativo, y no solo por ser el líder en ese extraño fenómeno.
Y es que Bruselas, como bien saben, es la Capital de Bélgica, pero también la “capital” administrativa de la Unión Europea, por lo que no deja de ser bastante chocante que, actualmente, el mayor flujo comercial desde Rusia hacia Europa Occidental tenga lugar, precisamente, bajo las narices, perdón, bajo los despachos de Josep Borrell y Úrsula von der Leyen.
Entonces, ¿todo esto quiere decir que Rusia ni se despeina con todos los intentos del Occidente colectivo por quebrar su economía? ¡Cuidadito aquí! Porque, por ejemplo, según el estudio del Centro CREA, en conjunto, hoy (si nos fijamos en el día a día), la Unión Europea desembolsa a Moscú bastante menos de la mitad de dinero que a principios de Enero.
Pero, aunque resulta que la mayoría de ingresos de Moscú en materia de hidrocarburos durante estos meses provienen de las arcas de los miembros del Club de Bruselas, estos apenas suponen algo más de lo que aporta el resto de clientes de Rusia a nivel global.
Y, progresivamente, las Naciones no sancionadoras han venido volteando la tortilla. Hoy, en conjunto, China, India y Turquía, comparado con principios de año, compran el triple de petróleo a Rusia, compensando en buena medida la caída de las ventas de Moscú a Occidente.
Otra vez, según Medios nada sospechosos de ser “Russian-affiliated media”, como Bloomberg, el gran giro en el destino del petróleo ruso, de Europa a Asia, está tomando su impulso definitivo justo en estas semanas. De acuerdo con el Medio estadounidense, actualmente, Asia compra más de 2 millones diarios de petróleo ruso por vías marítimas, contra 700,000 que todavía navegan hacia Europa.
Toda esta realidad se ve reflejada en un reciente informe del FMI, que revisó sus previsiones de contracción económica para Rusia para este año. Del 8.5% pronosticado en Abril, hoy el Organismo estima un decrecimiento del 3.4%. Una cifra en principio bastante manejable, sobre todo tratándose del País oficialmente más sancionado del Mundo. El Fondo atribuye esta recuperación, en primer lugar, a la redistribución petrolera internacional implementada por Moscú.
Entonces, como ven, estamos ante la confirmación de una profecía autocumplida: la de que las renuncias y sanciones contra la energía rusa cambiarían drásticamente el panorama energético global, pero no de la forma que esperaban los impulsores de esas medidas. Algo que ya desde Febrero se sabía que sucedería, pero hoy, además de comprobar, podemos medir con precisión, tanto económica como geopolítica.
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