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  • 28 noviembre, 2022

Un mundo dividido – instituciones e integridad


Stephen Sefton

Durante sus palabras de bienvenida  a los participantes del cuarto Foro Municipal Internacional de los países BRICS+ este pasado día 24 de noviembre el Canciller de la Federación Rusa, Sergei Lavrov comentó: “Los BRICS encarna una sinergia de culturas y civilizaciones que representan diferentes regiones del planeta. Esta estructura internacional es el modelo de una auténtica diplomacia multilateral que se ajusta a las realidades del siglo XXI… solo es posible responder a los numerosos problemas actuales, ya sean en el ámbito de seguridad o economía, de manera colectiva, basándose en el balance de intereses y en las normas universalmente reconocidas del Derecho Internacional.”

Para la Federación Rusa, el sistema de relaciones internacionales dominado por Estados Unidos y sus aliados no responde a la realidad de los problemas del mundo. Así sienten muchos gobiernos de los países del mundo mayoritario, como se consta por el alto nivel de interés de ellos en unirse a la iniciativa BRICS+.  Sin embargo, vale la pena entender que China y Rusia tienen apreciaciones diferentes de las de la India, Brasil y Sudáfrica. IBSA, el Foro de Diálogo de estos últimos tres países,  se fundó en 2003 en el mismo año en que se fundó la Organización de Cooperación de Shanghai, a iniciativa principalmente de China y Rusia y seis años antes del BRICS.

Por un lado, sus diferentes visiones de cómo desarrollar sus relaciones muestran el compromiso de los cinco países al principio de la unidad en diversidad. Pero también revelan la complejidad de los procesos que se están desarrollando en un mundo cada vez más dividido entre los países del mundo mayoritario y el bloque de Estados Unidos y sus aliados. Un factor en esta división ha sido el impulso hacia un nuevo modelo de cooperación e independencia institucional de los países que promueven el sistema BRICS. Otro factor ha sido el rechazo del mundo mayoritario de las ilegales medidas coercitivas unilaterales occidentales por ser incompatibles con los principios de las Naciones Unidas.

Estos factores se combinan con la incapacidad de instituciones como las Naciones Unidas de defender las relaciones internacionales basadas en la justicia y la equidad, siendo el ejemplo más claro el fracaso de los sucesivos acuerdos sobre el Cambio Climático. Sin embargo, varios países esperan todavía sostener relaciones de respeto mutuo y cooperación equitativa con Estados Unidos y la Unión Europea. De los países BRICS, Brasil, Sudáfrica y la India son ambivalentes en sus relaciones con el Occidente. Esta realidad indica en parte sus características y circunstancias específicas y en parte también el alcance ideológico del neoliberalismo y de la globalización corporativa.

El vector principal de este alcance ideológico sigue siendo el alto nivel de control que las instituciones financieras occidentales mantienen todavía a nivel mundial. Se trata de un dominio extenso en sectores claves para la economía y el comercio mundial, por ejemplo en el sector de seguros, en los mercados de bonos y valores de deuda, las agencias de calificación crediticia o hasta el transporte marítimo. El ejemplo más claro del poder, cinismo e hipocresía occidental en este sentido, ha sido el reciente bloqueo en varios puertos europeos de 300,000 toneladas de fertilizantes de Rusia destinados a varios países empobrecidos en vías de desarrollo.

En relación a su propio país, las autoridades de la Federación Rusa han logrado superar prácticamente todas las ilegales medidas punitivas occidentales impuestas contra su economía y comercio. Desde 2014, Rusia ha desarrollado su propio Sistema de Transferencias de Mensajes Financieras (SPFS) con más de 80 bancos participantes, para así evitar las secuelas de ser excluido del SWIFT, el servicio interbancaria global del Occidente. Desde 2015, también China ha implementado su Sistema Interbancaria de Pagos Transfronterizos (CIPS) que ahora cuenta también con más de 80 bancos participantes de Japón, Rusia y África.

Otro fenómeno relacionado es el desarrollo de sistemas de pago digital por medio de tarjetas o teléfonos inteligentes. La India ha implementado un Interfaz de Pagos Unificado que facilita el desarrollo de diversos métodos de pago digital en todo el país. Similares sistemas operan en varios países africanos. Desde 2017, la Federación Rusa ha implementado su sistema MIR. En 2002, hace veinte años, China estableció su sistema Union Pay, lo cual se acepta ahora en casi todo del mundo.

El impulso del mundo mayoritario hacia la independencia de sus sistemas financieras y comerciales es un fenómeno paralelo con la desilusión general con las instituciones internacionales dominadas por los países occidentales. El pasado ocho de noviembre, en el aniversario de la caida del Comandante Carlos Fonseca, nuestro presidente Comandante Daniel reclamó al Secretario General de la ONU su silencio sobre el genocida bloqueo a Cuba.

“Sr. Guterres…son 180 votos contra 4 votos, entonces, ¿qué espera para tener el valor de decir que se cumpla con lo que están mandando los Pueblos? Que se cumpla con el voto de las Naciones, de los Pueblos, si queremos tenerle algún respeto a Naciones Unidas; de lo contrario, yo les digo, Queridos hermanos, no nos hagamos ilusiones con Naciones Unidas, eso es un desastre, que ha servido nada más para cometer crímenes horrendos, siempre en Países en vías de desarrollo.”

Ejemplos abundan de la falta de buena fe de parte de los países del Occidente. Durante siete años desde 2014, la Federación Rusa esperaba que Estados Unidos y sus aliados hicieran cumplir los Acuerdos de Minsk para llevar paz a Ucrania y proteger a la población rusoparlante de la región Donbass contra los ataques militares de su propio gobierno. Ahora los mismos ucranianos han admitido que nunca hubo la menor intención de parte de Estados Unidos y la Unión Europea de hacer cumplir esos acuerdos.

En América Latina, Nicaragua y Venezuela han sido víctimas de los informes elaborados de mala fe por la oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU. Sin embargo sus informes se han usado para justificar las criminales medidas de coerción unilateral occidental que incluyen el descarado robo de la empresa venezolana CITGO por Estados Unidos, la retención de miles de millones de dólares por el sistema financiero europeo y el secuestro de US$3 mil millones del oro venezolano por el Reino Unido. Ahora los países occidentales se han apoderado de activos de la Federación Rusa con un valor de más de US$300 mil millones.

En el caso de Siria, la Organización para la Prohibición de Armas Químicas manipuló la evidencia recogido por sus propios técnicos en 2018 y la usó para acusar falsamente al gobierno sirio de haber usado armas químicas. La misma organización ha permitido el abuso de sus procedimientos para facilitar falsas acusaciones contra la Federación Rusa de usar agentes químicos contra civiles como Sergei y Julia Skripal o Alexei Navalny. Algo parecido ocurre en la investigación de actos de terrorismo por los gobiernos occidentales y sus aliados.

La investigación de la destrucción del vuelo de Aerolíneas Malasia MH17 sobre Ucrania en 2014 excluyó evidencia disponible de parte la Federación Rusa y nunca recibió datos satelitales muy relevantes de las autoridades estadounidenses. Igual pasó con la investigación del ataque terrorista contra los gasoductos de Nord Stream en el Mar Báltico este año. Las autoridades danesas y suecas prohibieron la participación en su investigación de representantes de la empresa rusa Gazprom, propietaria de los gasoductos. Más siniestro todavía es el encubrimiento por las autoridades estadounidenses de su programa de laboratorios de guerra biológica en Ucrania.

Este programa fue descubierto durante la operación militar rusa en defensa de las poblaciones de Donetsk y Lugansk. En vísperas de la Novena Conferencia de Revisión bajo el sistema de la Convención sobre las Armas Biológicas, que inicia esta semana en Ginebra, el alto mando de las fuerzas armadas rusas denunció que Estados Unidos planifica un presupuesto de decenas de miles de millones de dólares para seguir sus investigaciones con sumamente peligroso material viral y bacterial de una manera que viola sus obligaciones bajo la Convención.

Todas estas consideraciones conducen a la misma conclusión del compañero Canciller Sergei Lavrov cuando en otro foro reciente declaró, “Europa forma parte de los procesos de resurgimiento del neonazismo”. Entender esta realidad es indispensable cuando se busca explicar el colapso moral e intelectual que prevalece en las sociedades norteamericanos y europeos. El motivo fundamental de la creciente división entre los países del mundo es que las élites y sus gobiernos en Estados Unidos y sus aliados carecen totalmente de buena fe y en cada oportunidad actúan para destruir la integridad institucional.

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