La Biblia, la narrativa de la primera revolución triunfante de la historia
Por: Carlos Alberto Escorcia Polanco.
La Biblia es la historia de la Salvación, la descripción de la intervención de Dios en los asuntos humanos, pero también es la narrativa de la primera Revolución triunfante de esclavos en toda la historia de la humanidad, la Revolución de los esclavos hebreos vanguardizada por el profeta Moisés en Egipto.
El Dios de la Biblia es el Dios que escucha el clamor de los esclavos en Egipto y envía a Moisés para liberarlos: “El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.” (Éxodo 3:10)
En la histórica y sobrenatural de Dios en la historia, cuando se revela a Moisés en el desierto y por primera vez en el relato Bíblico, Dios le dice a un ser humano cual es su nombre, Dios se revela como el eterno “Yo soy el que soy.”
Dios nunca les dijo a Adán y Eva cual era su nombre y así fue por miles de años hasta que se da la institucionalización de la opresión esclavista del rey Faraón en Egipto contra el pueblo hebreo. Dios interviene en la historia y hace formal carta de presentación iniciando con su nombre.
Dicha intervención sobrenatural de Dios en la historia es lo que los teólogos de la Liberación denominan el “momento segundo” de la acción redentora de Dios en el universo, siendo la creación misma de los cielos y la tierra el momento primero. Durante el momento segundo de Dios con Moisés en Egipto, Dios se revela como el Dios que libera.
A partir de ese momento comienza la lucha del Dios liberador contra los ídolos de la opresión en Egipto, incluyendo al becerro de oro, el tabernáculo del dios cananeo Moloc y la adoración a la estrella del dios pagano Renfan, misma estrella que aparece en la bandera del moderno estado de Israel. (Hechos 7:43)
La historia del libro de los Jueces narra como Dios por medio del profeta Samuel intentó impedir que los hijos de Israel imitaran las costumbres paganas de los pueblos vecinos. Lo primero que Dios les previno, además de la idolatría fue advertirles que no debían tener rey, porque Dios era su rey. Pero los israelitas desobedecieron a Dios y nombraron al rey Saul, el primer fracaso político de la nación.
La Biblia contiene también la narrativa de un pueblo (el pueblo de Israel), que pecó contra Dios y vive hasta el día de hoy más de 3,000 años de rebelión contra su propio Creador, Jehová Dios de los Ejércitos. El pueblo de Israel cayó en el pecado contra revolucionario conocido como “la contradicción de Coré: “nombremos un capitán y volvamos a Egipto.” (Números 14:4)
Sin embargo, como veremos más adelante, “la liberación de un pueblo oprimido como parte integral de la liberación de un pueblo oprimido” como lo dijera el sacerdote Gaspar García Laviana en 1978, evoluciona y trasciende la transformación de un modo de producción (el esclavista) a otro y se convierte en la redención integral del espíritu, alma y cuerpo de la humanidad.
Hasta el día de hoy el estado Sionista de Israel no acepta a Jesucristo como el Mesías que anunciaron los profetas del Antiguo Testamento. Consideraron a Jesús de Nazareth, nacido de la virgen María como un impostor y le dieron muerte crucificándolo en un madero y entregándolo a los poderes imperiales de la ocupación extranjera del imperio Romano.
Desde Genesis hasta Apocalipsis, la Biblia fue escrita durante un periodo histórico que cubre 1,600 años de historia humana, pero mayormente la historia de un pueblo que sufrió cruel opresión durante el modo de producción conocido como el Esclavismo, bajo los faraones en Egipto. Toda esa saga, que limitaciones de este artículo no nos permiten profundizar, es conocida también como “la historia de la Salvación”.
La Biblia, en su traducción protestante contiene un total de 66 libros, dividida en 2 partes: el Antiguo Testamento, (llamada la Tanaj, que a su vez incluye el Pentateuco o La Torá por los judíos) la cual describe el nacimiento de una nación, Israel, y el Nuevo Testamento el cual contiene la vida de Cristo y los Apóstoles que fundaron la iglesia primitiva..
La Biblia fue escrita por 39 hombres, la mayoría de los cuales jamás se conocieron entre sí. Unos fueron agricultores, otros profetas, otros reyes, otros lideres militares, otros poetas, algunos (muy pocos por cierto) fueron inmensamente ricos, otros inmensamente pobres, pero todos hablaron inspirados por el Espíritu Santo.
A pesar de ser escrita por 39 hombres distintos durante un periodo extendido de 1,600 años, existe una asombrosa coherencia en todos los libros de la Biblia. La amplia diversidad y a la vez unidad de propósitos de la Biblia es sencillamente impresionante. Las limitaciones de este escrito no me permiten abundar sobre el tema de la unidad en la diversidad de las Sagradas Escrituras.
En Nicaragua, el día de la Biblia fue decretado mediante la ley número 3317 de la Asamblea Nacional, aprobado el 15 de Julio de 2002 y promulgado por el entonces presidente Enrique Bolaños y es desde entonces ley de la república. Sin embargo los evangélicos hemos celebrado el día de la Biblia desde hace unas 8 décadas siendo ahora una celebración oficial de la nación nicaragüense.
Aunque la Biblia se centra como un todo en 2 aspectos fundamentales, la persona y el señorío de Jesucristo, como tema central y la historia de la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto a manos de Faraón, la Biblia contiene poesía, prosa, relatos de intrigas palaciegas y los más impresionantes relatos de intrigas palaciegas y los más apasionados relatos románticos jamás escritos.
El tema central de las Sagradas Escrituras es la persona del Mesías. Toda la Biblia, interpretada como un todo, apunta a señalar a Jesucristo como “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29).
La Biblia no contradice ni a la teoría de la evolución del científico e investigador inglés Carlos Darwin, ni a la interpretación materialista de la historia del autor alemán Carlos Marx. Muchos eruditos y biblistas apuntan al hecho de que el orden de los 7 días del relato de la creación en el Genesis coincide con el orden de la formación de la eventos de la teoría de la evolución.
Carlos Marx, el intelectual más brillante de la historia después de Jesucristo, era judío, pero no existe consenso absoluto que fuera ateo doctrinario. Todos los seres humanos en algún momento de nuestras vidas hemos dudado de la existencia de Dios, lo cual no nos hace necesariamente ateos.
La Biblia no cuestiona de ninguna forma las monumentales tesis históricas del Materialismo Histórico. Si bien “el Materialismo Histórico” se centra en la idea de que el desarrollo de las sociedades humanas está determinado por las condiciones materiales y económicas, y que los cambios en estas condiciones impulsan el cambio social y político” (Enciclopedia de la Inteligencia Artificial de Microsoft), los principios de la Biblia trascienden o van mucho más allá de los cambios económicos y sociales de la historia.
Mientras la teoría Marxista de la Historia considera la economía y las condiciones materiales, los determinantes de la historia, una interpretación bíblica de la historia, si bien no ignora dichos factores, considera ir a la mera raíz de la naturaleza humana que es el espíritu y propone cambios del corazón o la conciencia humana.
Es generalizado el concepto de que para entender a Marx y su teoría político-económica, es necesario tener primero amplios conocimientos académicos, lingüísticos e históricos. Con la Biblia sucede todo lo contrario, los humildes, los pobres, los esclavos y los oprimidos, “los condenados de la tierra” como diría el intelectual Martiniqués, Frantz Fanón, la entienden con una sencillez apabullante que llena la sed espiritual de sus almas.
La Biblia es el libro que más se vende en todo el planeta y así ha sido en los últimos 500 años desde que Juan Gutenberg inventó la imprenta en 1450 en Alemania. El primer libro que imprimió Gutenberg fue la Biblia conocida como “La Vulgata Latina” traducida al latín por San Jerónimo en el siglo IV.
Desde esa fecha precolombina, se han impreso alrededor de 7 mil millones de copias de la Biblia en la casi totalidad de idiomas y dialectos que habla y escribe la humanidad entera. La Biblia constituye el éxito de librería más grande del mundo que no tiene rival en toda la historia humana.
Grandes hombres de la edad contemporánea han tenido elogiosos conceptos sobre las Sagradas Escrituras. No solo políticos prominentes, sino líderes militares y poetas han admirado el carácter superior y sobrenatural de la Biblia.
Entre estos conceptos altamente elogiosos de hombres famosos se encuentran los siguientes:
Gabriela Mistral (famosa poetisa chilena del siglo XX): “Libro mío, libro en cualquier tiempo y en cualquier hora, bueno y amigo para mi corazón, fuerte, poderoso compañero. Tú me has enseñado la fuerte belleza y el sencillo candor, la verdad sencilla y terrible en breves cantos. Mis mejores compañeros no han sido gentes de mi tiempo, han sido los que tu me diste: David, Ruth, Job, Raquel y María.”
Abraham Lincoln (presidente de Estados Unidos, libertador de los esclavos negros): “Creo que la Biblia es el mejor regalo que Dios ha dado al hombre. Todo el bien que el Salvador del mundo nos proporcionó se nos comunica en este libro y si no fuera por él, no sabríamos la diferencia entre el bien y el mal.”
Charles Spurgeon (el más famoso predicador inglés del siglo XIX, se calcula le predicó a más de 10 millones de personas): “Cuanto más cavamos en las Escrituras, más nos parecen una mina inagotable de verdad.”
Billy Graham (el más famoso predicador estadounidense del siglo XX, se calcula le predicó a más de 200 millones de personas en los 5 continentes): “Somos las Biblias que el mundo está leyendo; somos los credos que el mundo necesita; somos los sermones que el mundo está escuchando.”
Martin Lutero (monje Agustino alemán, fundador del protestantismo en Alemania en 1517 y traductor de la Biblia al idioma alemán): “Los escritos de hombres mortales nunca podrán compararse con lo divinamente inspirado. Debemos ceder el lugar de honor a los profetas y apóstoles, manteniéndonos en actitud humilde a sus pies al escuchar sus enseñanzas.”
Isaac Newton, (físico, matemático, astrónomo y teólogo inglés: “Hay más indicios seguros de autenticidad en la Biblia que en cualquier historia profana.”
George Washington (primer presidente de Estados Unidos: “Es imposible gobernar el mundo con justicia sin Dios y sin la Biblia.”
Immanuel Kant (Filosofo del siglo XVIII, nacido en Prusia, hoy Kaliningrado, Rusia): “La existencia de la Biblia, como libro para el pueblo, es el mayor beneficio que la raza humana ha experimentado. Todo intento de menospreciarla es un crimen contra la humanidad.”
Napoleón Bonaparte (destacado militar y político francés del siglo XVIII): “La Biblia no es un mero libro, sino una creación viviente, con un poder que conquista todo lo que se le opone.”
Theodore Roosevelt presidente de los Estados Unidos: “Un conocimiento profundo de la Biblia vale más que una educación universitaria.”
Y hablando del desarrollo científico que hoy vemos multiplicarse en una progresión geométrica, cabe preguntarnos:
Cómo supo el profeta Isaías que la tierra era redonda cuando no existían telescopios ni naves espaciales para viajar a la tierra y tomarle fotos a nuestro planeta azul?
Isaías 40:22, versión Reina Valera 1960, nos dice que Dios está sentado sobre el circulo de la tierra.” Este pasaje constituye toda una declaración científica que ni Cristóbal Colon supo de ella, porque en su época, toda la comunidad científica creía y decía que la tierra era plana.
Cómo supo el patriarca Job que la tierra flota libre en el espacio sideral, cuando Job existió hace miles de años?
Job 26:7 versión Reina Valera 1960, dice: “cuelga la tierra sobre nada.” La vida del patriarca Job se hunde en la profundidad de los siglos, 2 mil años antes de Jesucristo, en tierra de Uz, perteneciente al reino de Edom, en lo que hoy sería la república de Jordania o Arabia Saudita.
Según el diccionario de inteligencia artificial, Job vivió aproximadamente en la misma época del patriarca Abraham. Como podía el patriarca Job, el héroe de la paciencia, saber que Dios se sienta sobre el circulo de la tierra? Cómo sabia Job que la tierra tenía un circulo si no era astronauta, ni existían naves espaciales con cámaras para fotografiar la tierra?
La respuesta es obvia, tanto en el caso del profeta Isaías como del patriarca Job, es que hablaron inspirados por el Espíritu Santo y porque el relato bíblico sencillamente confirma que la Biblia es la palabra de Dios, es la carta de amor de Dios para la humanidad. Amén.