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  • 27 mayo, 2020

Otto de la Rocha, maestro único y original


Por: Carlos Midence

Otto de la Rocha es, sin duda, el más original de nuestros creadores-cantautores. El más transversal y versátil. El que más talento ha derrochado y compartido con Nicaragua, con  la región y el mundo. Compositor, arreglista, músico, intérprete, actor, productor, guionista, poeta,  teatrista, humorista, educador popular, promotor sociocultural,  fabulador,  estudioso de la Cultura Campesina de Nicaragua, con alta  capacidad para las onomatopeyas, grafismos, parodias artísticas y creación de personajes. Es, lo que podríamos llamar, en métodos actuales: un industrioso de la Cultura. Sujeto cultural por antonomasia. Maestro de una serie de buenos artistas que hoy sobresalen en Nicaragua. Comprometido con el rescate y fomento de los principios y valores de la nicaraguanidad y las luchas de nuestro pueblo. Esto, en términos culturales.

 En términos sociopolíticos siempre tuvo la firmeza y claridad de posicionarse en el lado correcto. Jamás titubeó, cuando de identificarse con el Sandinismo se trató. Demostró con ello, consistencia política y coherencia en reconocer que ha sido el Sandinismo el único modelo que promueve y apoya la cultura, así como todos los ámbitos necesarios para que la ciudadanía mejore sus condiciones de vida,  lo que, actualmente en Nicaragua se refleja en las políticas públicas inclusivas e incentivadoras  implementadas por el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional.

Ambas dimensiones  convivieron en el maestro Otto.  Su vida creativa jamás se divorció  de su plano personal y político, en tanto se sabía portavoz de lo más íntimo del ser nicaragüense: trabajador, emprendedor, infatigable e inclaudicable en su causa. No se puede separar el sujeto cultural del sujeto político.

Reflexionaré e Ilustraré lo que vengo afirmando. En lo que refiere a la incidencia y alcance cultural de su obra  en el pueblo,  me lo demuestran los siguientes  hechos: uno de los primeros temas que le escuché  tararear a mi madre fue, precisamente,  el icónico Una Canción, completo tema musical en el que se reflejan los extraordinarios elementos poéticos-amorosos del campo nicaragüense y su conjugación con la tupida  naturaleza del país. Esto, acompañado de un arreglo en el que se juntan las  notas del son nacional, con las implicaciones de la música internacional, lo que nos  permite  disfrutar una sonoridad entre lo local y lo cosmopolita, así como su  ritmo acompasado que nos invita  a bailar en clave nicaragüense.   

Otros ejemplos, de lo que venimos diciendo son, la incidencia en el imaginario nacional de sus personajes que van desde el Indio Filomeno, Aniceto Prieto, Lencho Catarrán y su universo y microcosmo afincado en el Ojochal,   hasta protagonistas musicales como Plutarco Malpaisillo,  el Peón de su tema homónimo o La Palomita Mensajera que, protagonizada por Aniceto Prieto y el propio Otto en su capacidad de doblar personajes, adquirió  personalidad propia, pues este programa cumplió función de vaso comunicante  sociocultural entre el campo y la ciudad y viceversa. En este sentido, se puede rastrear su identificación con la sensibilidad popular, en tanto sus personajes y programas son prueba contundente de la huella del cantautor en su  pueblo. Otro ejemplo es tener claridad que, en Managua, no  se  puede llevar a cabo  acto cultural alguno en el que no se  baile  o cante su  Managua Linda Managua. Tema magistral musicalmente hablando en el que consigue, por medio de metáforas poderosas personificar a la capital en una joven orgullosa de su fenotipo y cultura ancestral y en el que describe, también, la  belleza exuberante y calidez de la ciudad.

Con relación al sujeto sociopolítico, lo demuestro. No dudó en comprometerse en la lucha contra la dictadura somocista, tampoco en unirse a los esfuerzos  revolucionarios, durante la primera etapa de la Revolución. Hizo resistencia al neoliberalismo.  De igual manera, durante la campaña electoral de las elecciones del 2006,  no vaciló en firmar un Manifiesto de  apoyo a la Candidatura del Comandante Daniel. Documento que, junto al también Maestro del periodismo nacional, Ricardo Trejos Maldonado, promovimos en esa fecha. Asimismo, cuando desde el Banco Central, institución en el que cumplí la misión encomendada por nuestro Buen Gobierno de promover la Cultura, llevamos a cabo junto al Instituto Nicaragüense de Cultura, un evento solidario con la Costa Caribe nicaragüense que se vio afectada por el Huracán Félix, Otto,  fue el primero en anotarse para cantar por los hermanos caribeños. De igual manera, en el 2018, durante el violento intento de golpe de Estado, el Maestro mantuvo  inamovible su  compromiso con la Paz y el Sandinismo.  Vivió, cantó  y gozó la Revolución Sandinista en todas sus etapas.

Se puede continuar reflexionando y demostrando su capacidad creadora. Finalizaré elogiando su humildad, capacidad de trabajo y el saber ponerse a tono con los tiempos. Dueño de una imagen cultural integral de su arte sonoro, escritural, teatral y radiofónico. Figura  central y  soporte  de la potencia  cultural de nuestra Nicaragua. Otto, es el Maestro único y original. Vuelve efectiva nuestra Marca País. Resume, como lo demostramos en este escrito, la creatividad, el trabajo, alegría, capacidad, amabilidad,  firmeza y convicción en sus  principios, al igual que el  pueblo nicaragüense.

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